La viuda de Navalni, convertida en ´primera dama´ de la oposición rusa y nuevo azote de Putin

El 16 de febrero, Alexéi Navalni falleció, a los 47 años de edad, en la colonia penitenciaria 3 de Siberia, alrededor de las 14:00, hora local. Según informaciones rusas, el opositor ruso falleció por «causas naturales» mientras cumplía una condena de 19 años por «extremismo». Antes de su muerte comenzó a encontrarse indispuesto. El Servicio Penitenciario Federal del distrito autónomo de Yamalia-Nenetsia, donde se encontraba, no aportó muchos detalles, limitándose a señalar que «se empezó a encontrar mal durante un paseo y, casi de forma inmediata, se desmayó».

Desde entonces, la esposa de Navalni, Yulia Navalnaya, así como sus familiares y allegados, no han dejado de señalar a Vladimir Putin, responsabilizándolo de lo ocurrido. De hecho, la viuda de Navalni aseguró que fue «asesinado». Tras la tragedia, Julia Navalnaya fue recibida por el Parlamento Europeo con una ovación y de pie en Estrasburgo, ciudad que, casualmente, visitó en el pasado junto a su difunto marido y sus hijos.

Pese a que siempre ha optado por llevar un perfil bajo, la muerte de su esposo la ha colocado en primera plana mediática. Siempre fue un apoyo crucial para su marido, un pilar fundamental, y cumplió un rol importante para que Navalny pudiera salir de Rusia cuando necesitó tratamiento urgente después de ser envenenado con el agente nervioso Novichok en agosto de 2020.

A ella, se le atribuyó la figura de ‘primera dama’ de la oposición rusa y el propio Alexéi reconoció que no hubiera podido continuar con su lucha contra el Kremlin, cada vez más desesperada y unilateral, si no hubiera sido por ella. En cuanto a su historia de amor se conocieron en 1998, durante unas vacaciones en Turquía y dos años después tomaron la decisión de casarse, dando así un paso más en su relación. Yulia Navalnaya, que ahora tiene 47 años, es hija del respetado científico Boris Ambrosimov y su madre trabajaba para el Ministerio de Energía.

Es licenciada en economía y ejerció en el sector financiero hasta que decidió dejar su trabajo para criar a sus dos hijos (Daria y Zakhar) cuando su esposo se convirtió en una figura importante de la oposición. «No me casé con un abogado prometedor ni con un líder de la oposición. Me casé con un joven llamado Alexei», declaró al seminario ruso Sobesednik en 2020. Sin embargo, Navalnaya siempre pareció compartir el interés por la política de Alexei, siendo miembro junto a él del partido liberal Yabloko en la primera década del siglo XXI.

Siguiendo siempre la fórmula de la discreción, no fue hasta hace cerca de cuatro años, cuando su nombre fue logrando un mayor protagonismo, coincidiendo con el envenenamiento a su esposo. Antes había llevado una vida relativamente privada con pocas apariciones. Por otro lado, en su perfil personal de Instagram reúne más de un millón seguidores. Plataforma que utiliza como altavoz para expresar sus ideales y donde también comparte pequeñas píldoras de cómo es su día a día. Es familiar y así se puede ver en sus diferentes publicaciones. De hecho, una de sus últimas fotografías es junto a su marido. «Te quiero», escribe en dicho post.