La metamorfosis de la Infanta Cristina
La hermana del Rey Felipe VI se corona como una de las mujeres más elegantes en sus últimas apariciones, mientras su exmarido ya es un hombre libre
Él es un hombre libre que ha cumplido su condena y ha ajustado cuentas con la justicia. Ella, una mujer que se ha antepuesto ante otro tipo de pena; la de la infidelidad y el desmoronamiento de su matrimonio. Urdangarin y la Infanta Cristina vuelven a estar en la casilla de salida.
El caso Nóos supuso que por primera vez un familiar cercano del Rey ingresara en prisión. Este martes Iñaki terminó su condena de cinco años y 10 meses de cárcel en libertad vigilada. Lleva una vida tranquila en Vitoria del brazo de su novia Ainhoa Armentia, la mujer a la que la Infanta ya no le cuesta mirar.
Se agradece ver a la hermana del Rey guapísima, liderando las listas de mejor vestidas de la boda de Almeida y Teresa Urquijo con un traje de Escada. O acudiendo al funeral de Fernando Gómez-Acebo con una imagen completamente renovada y lejos de aquella que vimos en un aeropuerto, con gafas, y el gesto compungido poco después que salieran las fotos de su marido con otra mujer.
La Infanta Cristina vive en Ginebra, donde se reúne con su padre el Rey Juan Carlos, quien cada vez pasa más tiempo en Suiza. Al mismo tiempo sigue trabajando en la fundación del Aga Khan. Sus cuatro hijos ya vuelan solos; el mayor, Juan, vive en Londres y trabaja para la empresa de organización de eventos de Alejandro Agag. Pablo destaca con su carrera en el balonmano en Barcelona y Miguel ha sacado el curso de monitor de esquí y recientemente, sufría una aparatosa caída. Su hija Irene Urdangarin está haciendo un voluntariado en Camboya y protagonizando más páginas de ¡Hola! de las que le gustaría.
Hay que reconocer que Urdangarin mantiene una buena relación con su cuatro hijos. El exconvicto busca ahora trabajo y vive en un piso en Vitoria sufragado por su pareja, Ainhoa Armentia. Su paso por prisión le ha dejado huella. Ingresó el 18 de junio de 2018 en la cárcel demujeres de Brieva (Ávila), donde estuvo hasta enero de 2021. Su mujer le apoyó siempre, le fue a visitar y no cedió a las presiones de su padre y su familia en general para que se divorciaran.
Muy duro que al final él la abandonase después de conocer a otra mujer cuando estaba cumpliendo el tercer grado penitenciario entró a trabajar en Imaz Asociados, un despacho de abogados.