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Andrés CalamaroGTRES

El descabellado ataque de una asociación de veterinarios contra Calamaro por su defensa de los toros

El cantante habla abiertamente de su pasión por los toros y su relevancia en el mundo de la cultura

La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal ha comenzado una batalla contra Andrés Calamaro, y su defensa pública a la fiesta de los toros. Esta brusca movilización antitaurina, por parte de Avatma, ha tenido como consecuencia, la proliferación de varios insultos hacia el músico al que han relacionado directamente con el consumo de drogas: «Pobrecillo. Cuidad el cerebro y precaución con las drogas, que las consecuencias pueden ser terribles. Véase el ejemplo», escribían en X (Antiguo Twitter).

Con este ataque sin sentido a la libre expresión de un aficionado a los toros, los militantes de la causa antitaurina hacían referencia a las múltiples ocasiones en las que el cantautor defiende su pasión por la tauromaquia. Calamaro no calla lo que otros guardan: le gusta el arte de lidiar toros y lo dice en público, pero sobre todo lo deja claro también en sus conciertos. De hecho, en un espectáculo ofrecido en el WiZink Center de Madrid, en el año 2022, sacó un capote y a ritmo de pasodoble mostró su apoyo al colectivo.

Desde siempre, Andrés se ha declarado abiertamente apasionado, incluso haciendo referencias directas a la tauromaquia en varias de sus entrevistas. En el 2021, para Libertad Digital, el argentino dijo: «es en la tauromaquia en donde se dirime el destino del mundo, la libertad y la cultura, ahora mismo es más importante que la música y tiene la importancia del Museo del Prado». En su opinión, las asociaciones más exigentes de defensa de los animales deben luchar por ellos, pero sin abolir la tauromaquia porque, tal y como señaló en una tribuna abierta publicada en el diario ABC en mayo del 2019, acabar con las corridas de toros supone «sacrificar a toda una especie», escribía. «Para empezar, habría que sacrificar decenas de miles de animales, o regalarlos al matadero de carne, entonces las ganaderías sustentables no serían ganaderías indispensables, y todo ese terreno natural sería obsoleto sin la crianza de novillos y becerras». Y pidió, «respetemos la identidad del toro bravo, que es la del pueblo y la del campo. Que sigan naciendo en el campo vivo y muriendo como elegidos en la plaza».

Pero no es el único artista de izquierdas que defiende a capa y espada el arte de la tauromaquia. Precisamente, Joaquín Sabina, ardiente defensor de la libertad individual de participar en las fiestas de toros, y amigo íntimo de José Tomás, lanzó un feroz ataque contra las multitudes antitaurinas, instándolas a «no hablar de ecología ni de amor a los animales». Muy sonadas fueron estas palabras de compositor: «el que no quiera ir a los toros, que no vaya. Y que se dejen de tocarnos los cojones, que hay cosas más importantes. Pero que no hablen de ecología ni de amor a los animales, porque no conozco a nadie que los ame más que los ganaderos y los toreros». Por otro lado, el pintor y escultor, Pablo Picasso, también fue un fanático de estos festejos durante toda su vida y todas sus obras están llenas de elementos taurinos.