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Rafa Sandoval, en su finca El Jaral de la MiraCarmen Duerto

Entrevista

Los Sandoval se estrenan como ganaderos en Las Ventas: «Nos gustaría que el Rey Felipe fuera más a los toros»

Hablamos con el mayor de la familia, Rafa, que hoy se estrena en la plaza de toros de Las Ventas con su ganadería de bravos

Las 100 hectáreas de la finca El Jaral de la Mira, antiguo bosque real, comparten rotonda de entrada con el Valle de Cuelgamuros. A Felipe II le gustaba cazar por sus lindes y bañarse en sus pozas. Ahora es propiedad de los hermanos hosteleros, Sandoval, oriundos del municipio madrileño de Humanes «ahora, en esas pozas con playa, nos bañamos nosotros y le seguimos llamando la poza de Felipe II».

Por El Jaral de la Mira pasa anualmente lo más granado, con corona y sin corona, de la sociedad y eso incluye la comida anual dedicada al premio Nobel, Vargas Llosa.

Debajo de una encina de más de quinientos años, hablamos con el mayor de los Sandoval, Rafa, que hoy se estrena en la plaza de toros de Las Ventas con su ganadería de bravos. Un hito más que añadir a su estrellado y soleado mundo gastro.

– ¿Qué fue primero, la hostelería o el toro?

– Casi a la par. Yo empiezo a torear con 13 años porque iba a la escuela de hostelería en El Batán en la Casa de Campo de Madrid, que estaba al lado de la escuela de tauromaquia. Un día, por curiosidad, fui y vi a los niños con cara de mayores y eso me impresionó y es que se jugaban la vida. Esa responsabilidad de un niño delante de un toro me impresionó mucho y quise probar.

– Pero era un niño.

– Sí, tendría unos trece años cuando empecé a entrenar con ellos, y me picó el gusanillo. Con quince, en el encierro de mi pueblo Humanes, cogí la muleta y dicen que estuve muy bien. Mi padre, que era un gran aficionado, me dijo que me apuntase a la escuela y tuve que decirle que ya llevaba dos años apuntado sin que él lo supiese. Debuté sin picadores con catorce y a los diecisiete con picadores.

– ¿Llegó a tomar la alternativa?

– Sí, finalmente, a los veinticinco tomó la alternativa de manos de Manzanares y de Antonio Carretero en Toledo. He toreado veintiocho tardes en Las Ventas y una vez salí a hombros. También he cortado dos orejas y me he encerrado con seis toros en San Sebastián de los Reyes.

– ¿Por qué lo dejó?

– Lo dejé cuando estaba en mi mejor momento. Falleció mi padre y como era mi mayor fan y no estaba perdió el sentido, a eso se unía que mis hermanos eran unos niños y me tuve que poner al frente del patrimonio familiar. Asumí la responsabilidad, por desgracia, de ser padre y madre, pero estoy muy orgulloso de haber tomado esa decisión.

¿Ahora se saca la espinita?

– Tengo una ganadería de toros bravos, se llama hermanos Sandoval. Mis hermanos me han dado la llave para cumplir un sueño infantil, ser ganadero.

Según Sandoval, el toro bravo es la carne del futuro

Y hoy viven el sueño de todo ganadero.

– Sí, es mi ilusión y hoy, uno de mayo, nos estrenamos en Las Ventas. La ganadería de los hermanos Sandoval debuta en Las Ventas, posiblemente la plaza de toros más importante del mundo. También he de decir que a mis hermanos les gusta el toro bravo tanto o más que a mí.

Son empresarios de éxito, pero mantienen una ganadería de toros bravos, que se supone que es un negocio ruinoso y además, son vapuleados. ¿Cómo se explica?

– Hay a quienes les gustan las carreras de Formula Uno, la lotería o los barcos, pero a nosotros nos gusta el campo. A nosotros los toros nos limpian la finca, son más eficaces que un rebaño de cabras bombero. Y además, date cuenta de que el responsable de todo el ecosistema que nos rodea es el toro bravo, es el guardián de la dehesa. Una dehesa que solamente existe en España y eso es gracias al toro bravo y al cerdo ibérico. Nosotros amamos al toro bravo y, según mi hermano Mario, será la carne del futuro. Tiene menos grasa, más fibra y más alimento.

¿Qué hacen de especial los toros bravos?

– El toro bravo es una obra genética única en el mundo y eso se consigue a base de treinta locos que estamos aquí y los amamos. La raza de nuestro hierro es de Domecq de Vista Hermosa y también tenemos Santa Coloma. Y gracias a ellos, esta dehesa es la despensa de Coque en Madrid.

¿El apoyo de la Familia Real es clave?

– Cualquier cosa que se le pide al Rey Felipe, en cuanto a tauromaquia, él accede aunque sí nos gustaría que viniera más a la plaza. Él lo ha mamado desde pequeño con su padre y sabe lo que representa para nuestro país porque el toro transmite España por los cuatro costados. También el apoyo que hemos tenido del Rey Juan Carlos y de la Infanta Elena es beneficioso, sin duda, pero hay mucha gente que está en contra.

El actual ministro de Cultura no parece aficionado

– Pero si es verdad que, al ministro de Cultura, le hemos invitado hace ya tres meses para que vea lo que es el toro bravo y lo entienda, pero no nos ha contestado. Si uno entiende el toro desde abajo, cómo se cría en libertad y lo que es esto, sin duda beneficiaría al toro bravo. No hay nadie más ecologista y animalista que los ganaderos.

Es curioso que la Infanta Elena esté más implicada que el ministro

– No sé si Doña Elena irá hoy a Las Ventas, pero sí sé que está invitada a un festival que damos en Griñón en junio, en homenaje a la dinastía Bienvenida, ella será la madrina y los toros son nuestros.