El majestuoso debut de Doña Letizia en la realeza europea con su vestido rojo de Caprile

El 14 de mayo de hace 20 años la prometida del entonces Príncipe Felipe, la periodista Letizia Ortiz, dejaba impresionada a toda la realeza europea, que acudía a la boda del heredero danés con Mary Donaldson, una abogada australiana.

Doña Letizia eclipsó las miradas de todo el mundo, los dos paseíllos de la periodista asturiana en su entrada oficial a su nuevo mundo, con sendos modelos de Alta Costura de Lorenzo Caprile, por la alfombra real cogida del brazo del Príncipe, a sólo ocho días de su propia boda en Madrid. Eclipsaron las miradas.

Llamó la atención por tres detalles: los modelos elegidos, especialmente el traje largo rojo con dos prendedores art decó prestados por la que pronto se convertiría en su familia política, por la soltura que demostró cuando sabía que las miradas del mundo entero estaban clavadas en ella, y también, asombraron sus peinados.

La peluquera Gloria Delgado, hasta esa fecha, era una habitual de La Zarzuela y persona indispensable para Lorenzo Caprile, él sabía que un traje suyo requería también de un peinado ad hoc. Doña Letizia, aún estaba tomando asiento, pero supo escuchar y entendió que debía dejarse aconsejar. No defraudó.

Gloria había estado días antes en la casa del Príncipe Felipe, en el complejo de La Zarzuela, para hacerle una prueba de peinado a su prometida: «Me recibió en una salita, era media tarde y le enseñé varios dibujos que llevaba. Esa misma tarde le hice una prueba del recogido con las ondas y del moño alto italiano que una semana después le hice en Dinamarca». Doña Letizia, en ese momento, prometida del Príncipe Felipe enseguida aceptó las dos propuestas que la peluquera habitual de Palacio llevaba en su álbum de peinados: «La encontré muy segura, tanto que, en Dinamarca, fui yo la que tuvo que tomarse un valium. Sin embargo, Doña Letizia estaba de lo más tranquila».

El día previo, a la gran boda principesca danesa, en un avión viajaba el Príncipe Felipe y en otro, la Reina Sofía con Doña Letizia, su maquilladora Asun y su peluquera, la entonces periodista las conocía a ambas porque eran las dos profesionales que habitualmente la peinaban en TVE. Junto a ellas y con más experiencia en esas lides regias, viajaban, Gloria Delgado y la peluquera de la Reina Sofía, más los dos vestidos de Caprile para la boda principesca danesa.

Para los fastos de la noche anterior a la boda danesa, encargó un corsé de seda bordado con hombros al descubierto y falda roja y un moño alto italiano. Para el día de la boda se reservó el impactante traje rojo ajustado que aún guardamos en la retina y un moño bajo con ondas al agua, que a muchos recordó el estilo de una estrella americana de los años cuarenta.

Precisamente en Copenhague, la Reina Letizia, contenta por el buen resultado, le preguntó a Gloria si podía peinarla para su boda. La peluquera se disculpó: «Doña Letizia tengo muchos compromisos contratados desde hace tiempo y no puedo anularlos. Eso sí, le di mi opinión de cómo podría ser el peinado de su boda aunque ella sabía muy bien lo que quería».

Ocho días más tarde, jarreaba en Madrid, «abrimos la peluquería a las siete de la mañana y comenzamos a peinar a todas las primas del Príncipe, a la Infanta Cristina y a todas las amigas. Ese día llovía a raudales, fue una locura y no tuve tiempo de desplazarme a La Zarzuela. Como curiosidad te diré que a la Reina Sofía le encanta la peluquería. Cuando iba al palacio a peinar a sus hijas, a la Reina le gustaba sentarse con nosotras y observaba lo que yo hacia». En esa época de breve noviazgo, Doña Letizia lucía una media melena lisa que iluminada con mechas.

El 22 de mayo de 2004, Doña Letizia también madrugó, si es que con los nervios pudo dormir algo, y la peluquera, Luz Valero, que solía arreglarla en TVE asumió el reto de peinar a la prometida del Príncipe Felipe con un moño bajo y raya lateral. El resto, es historia.