El día a día de Infanta Cristina en Ginebra: sin sus hijos y en uno de los barrios más exclusivos

las calles de Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria han recibido en los últimos meses a una nueva versión de la Infanta Cristina. Ahora, se deja ver. Decidida a disfrutar de su vida recién divorciada de Iñaki Urdangarin, la hija del Rey Juan Carlos visita con frecuencia España, bien para ver a su hijo Pablo, que milita en un club catalán de balonmano, o a su madre y hermanos en Madrid.

Hace ya más de una década que eligió Suiza como su hogar y, aunque ya ninguno de sus hijos vive allí, ella sigue viendo la ciudad como el lugar ideal para seguir con la discreción y tranquilidad habitual. Primero fueron sus hijos mayores, Juan y Pablo, los que tras graduarse en el Ecolint, el conocido dentro donde han estudiado todos, se marcharon a estudiar sus carreras universitarias a Reino Unido y Alemania, respectivamente.

Después llegó el turno de Miguel, que decidió estudiar Ciencias del Mar en Londres. Por último, la benjamina, Irene, abandonaba el hogar familiar para realizar un voluntariado en Camboya que ahora acaba con una mudanza a Madrid, donde también reside su novio, Juan Urquijo, cuñado de Almeida.

En pleno centro, rodeada de zonas verdes y entre calles empedradas, la casa de la Infanta Cristina está localizada en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad y, por consiguiente, con mayor seguridad y privacidad. Recordemos que se mudó junto a sus hijos y su entonces marido cuando este estaba acusado de delito fiscal.

Tal y como avanzó la revista Hola: «La encontró en un momento muy difícil, tras ser privado su exmarido de la libertad y, según cuenta a sus amigos, es perfecto de tamaño para una familia de cinco. Tiene mucha luz, jardín, servicio de seguridad y es una zona residencial que está cerca de todo: restaurantes: tiendas, galerías de arte, incluso de su trabajo». El portal Informalia va más allá y asegura que podría estar pagando entre 3.000 y 4.000 euros mensuales, «atendiendo a los precios de las espectaculares villas que hay por la zona». Si hay que buscarle un inconveniente a la vivienda sería que está algo más lejos de su trabajo, la sede de la Fundación Aga Khan, situada en la Avenue de la Paix.

Previamente habían estado viviendo en un dúplex de 12 habitaciones en el número 12 de la rue des Granges, lo que implicaba que siempre tenían en su portal las miradas indiscretas de los medios de comunicación.

Según la citada revista, además, su día a día es rutinario. «Madruga mucho, hace deporte y se ocupa de su casa, donde no cuenta con mucha ayuda, lo que la lleva a tener que desempeñar tareas como hacer la compra y cocinar». Además, uno de sus planes favoritos cuando disfruta de los fines de semana es ir a Misa los domingos, leer, escuchar música, salir a cenar y visitar a sus amigos en sus casas de campo o de montaña.

Pese a la distancia, la Infanta Cristina está centrada en mantener su vínculo familiar con padres, sobrinos y hermanos. Se ha vuelto habitual una imagen que llevábamos años sin ver al convertirse en fiel escudera de su hermana y madre en distintos actos de la agenda española. Bodas, conciertos, cumpleaños... son ahora parte de su agenda renovada.