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Luis de la Fuente, en una imagen de archivoGTRES

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La vida personal de Luis de la Fuente, el hombre de fe detrás del éxito de la selección

El seleccionador se declara creyente, amante del ejercicio físico y seguidor de la música de Julio Iglesias

Que Luis de la Fuente sustituyese a Luis Enrique en la categoría absoluta de la selección española fue el voto de confianza que este discreto riojano de 63 años necesitaba para demostrar su talento más allá de su destreza con el balón.

Ya han pasado 15 meses de su debut frente a Noruega y, desde entonces, no solo ha ganado ese partido, sino también la tranquilidad de una afición que no le veía capaz de conseguir los mismos logros de su predecesor, sobre todo si se compara con su lista de méritos.

Con la final en Berlín el próximo domingo, De la Fuente ve un nuevo futuro con nombre propio. Algo impensable para aquel lateral izquierdo que llegó a la cantera del Athletic de Bilbao con apenas quince años. En el conjunto bilbaíno estuvo siete temporadas en las que ganó dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa de España. Después fichó por el Sevilla y el Deportivo Alavés.

El seleccionador español ha demostrado que ahora que está en el banquillo no pierde la calma. El natural se Haro siempre se ha definido a sí mismo como un tipo normal, accesible y cercano. Gracias en parte, asegura, a sus padres, Alberto de la Fuente y Berta Castillo. Con él, marino mercante, viajaba a Bilbao para ver jugar al equipo vasco mientras su madre se hacía cargo de la mercería que regentaba en su ciudad natal y que, con posterioridad, su hermana convirtió en una boutique de ropa.

Allí, de hecho, sigue siendo conocido como 'el hijo de la Berti', un apodo del que no reniega. De la Fuente sabe que sus raíces son lo más importante de su vida junto a su familia y, pese a que vive a caballo entre Madrid y Bilbao, siempre que puede se escapa a Haro.

Luis de la Fuente, en el partido contra Francia que les llevó a la finalGTRES

«Son mis raíces, mis costumbres y mis tradiciones. Allí está mi familia, mis amigos de la niñez y mis mejores recuerdos», reveló en una entrevista a La Rioja Digital. «Sigo teniendo un vínculo intimísimo y, aunque ahora por mi profesión, las ausencias son más largas, vengo siempre que puedo y sobre todo en las fechas señaladas», como la famosa Batalla del Vino o las fiestas de la Virgen de la Paz, de la que es devoto.

El riojano se ha confesado abiertamente creyente y profesa una fuerte fe desde niño, algo que le viene de familia. «Durante mi vida he tenido muchas dudas y he estado alejado de la religión. En un momento de mi vida, decidí acercarme de nuevo y apoyarme en Dios para todo lo que hago», contaba en El Mundo.

Luis de la Fuente se levanta cada día a las 7 de la mañanaGTRES

De hecho, la única manía que tiene antes de cada partido es persignarse. Algo que, confiesa, no lo hace como superstición. «Es fe. Cuando me preguntan si soy supersticioso, siempre digo lo mismo, que no. Es simplemente fe», explicó ante los micrófonos de Cope. En otra entrevista ante El Periódico de España afirmó, además: «Tengo buena relación con Dios. Así que le pido a él, a San Fermín y a la Virgen de la Vega que nos ayuden, que estén cerca».

También al Cristo del Cachorro, al que se acercó a pedir salud y trabajo. «Me da mucha fortaleza tomar decisiones con cierta iluminación con el apoyo de Dios», reconoció en una rueda de prensa, donde también aseguró que era correcto referirse a él como español, católico y taurino. «Orgulloso no, estoy orgullosísimo de todo lo que has dicho», respondió al periodista.

Luis de la Fuente, durante la presentación con el Sevilla en 1987EFE

También se declara amante de la música, en especial de la de Julio Iglesias, Sergio Dalma y Luis Miguel. «Soy un romanticón», explicó, al mismo tiempo que confesó que entre sus planes favoritos siempre estará ir al karaoke con sus amigos. No es, en cambio, el único hobbie que tiene. A su vez, disfruta del ejercicio físico como una forma de desconectar y mantenerse en forma tras varias lesiones en su época como jugador. Confiesa que se levanta a las siete de la mañana cada día para ir al gimnasio.

En el terreno personal, se mantiene mucho más discreto. Lo único que se conoce es que está casado con una mujer originaria de Camas (Sevilla) con la que tiene tres hijos. De ellos, tan solo uno ha seguido sus pasos en el mundo del fútbol: Alberto, que, aunque no es futbolista, es responsable de metodología en la SD Huesca y ahora es analista de las categorías inferiores de la selección.