Aida Folch: «Me gustaría envejecer bien, obviamente, pero sin invadir lo que hay»

Solo su trabajo y dedicación ante las cámaras hablan por ella. A Aida Folch nunca le interesó la fama. Ni las redes sociales. Ni aparecer en una revista que no sea de cine. Ahora, a sus 37 años, regresa a los titulares por el estreno de Isla perdida, un thriller a ritmo de jazz que arranca con la luminosidad del verano en una isla griega. Interpreta a una joven que emprende un viaje a una isla perdida donde comenzará su trabajo como camarera. Se trata de la tercera película para Folch, las tres bajo la dirección de Fernando Trueba. Charlamos con ella sobre sus trucos de belleza y cómo se cuida para desafiar el paso del tiempo.

–Dinos por qué no podemos perdernos Isla Perdida.

–Significa mucho para mí. Es una película con muy buena factura, un placer para los sentidos si se ve en cines. Es bella. Y es una película simplemente para dejarse llevar y disfrutar. Sin pretensiones. Como antes. Como siempre.

–La película es un goce para la vista, un canto a la belleza constante pese a tratarse de un thriller. Además de ser parte de esa belleza, ¿la disfrutas?

–Sí, la belleza es muy importante para mí. Es un concepto muy amplio y personal. Necesito estar rodeada de lo que para mí es bello, me hace sentir bien. Y en el rodaje disfruté de estar en un lugar agradable, de captar la luz perfecta para cada plano (o fabricarla), de estar con gente que considero bella…

–En una palabra, ¿qué es lo mejor de Matt Dillon en persona?

–Su físico es envidiable. Tiene 60 años pero se nota mucho que se cuida.

–¿Cómo vive una actriz de treintaytantos la presión constante en temas de belleza?

–La belleza está estipulada por unos cánones de nuestra época y aunque no queramos nos hemos educado con ello, en qué es bonito, qué es feo… digamos que está todo acotado dentro de unos parámetros. Eso me afecta, ya que no solo en mi profesión, sino ya en todas, la imagen es de suma importancia. Me cuido lo que sé, puedo o me apetece, pero trato de no vivir obsesionada con eso como en otras épocas de mi vida.

Sufrir tanto por tener un determinado aspecto me parece una pérdida de tiempo. Intento potenciar lo que considero que tengo más bello y trato de mejorar de forma natural zonas que son más rebeldes.

–Sabemos que confías tus cuidados a Natividad Lorenzo, como otras muchas celebridades como Julio José Iglesias. ¿Por qué apuestas por ella?

–Apuesto por Natividad Lorenzo porque en cuanto la conocí sentí que tanto ella como su centro de estética, eran diferentes a los demás. Ella sabe muchísimo, se forma constantemente y su interés primordial es el de ayudarte. Para ella, igual que para mi, la estética es salud y no todo vale. Compartimos valores y por eso me pongo en sus manos con una confianza total.

–No recurres a la medicina estética como tantas otras actrices, porque considera que es importante respetar tu belleza natural.

–Me gustaría envejecer bien, obviamente, pero sin invadir lo que hay. Los tratamientos faciales que pueden hacerse en el centro son maravillosos porque permiten mantener una piel luminosa y jugosa. Si te cuidas puedes alargar muchas de las cualidades de la juventud.

–Háblanos de uno de los tratamientos más placenteros que te hagas en su cabina.

–Lo que más disfruto es el masaje corporal. Me relaja y me da mucho placer.

–Estos días en los que estás de promoción, ¿qué cosmético llevas contigo?

–Necesito llevar siempre un bálsamo labial. Es muy importante para mí porque se me resecan los labios si no los mantengo continuamente hidratados. He descubierto uno que se llama Hyaluronic Lips Balm, que sirve para regenerar pero que también uso si tengo alguna irritación. Y no me separo de él.