El kebab que reina en Madrid: es el favorito de Don Felipe y cuesta 7 euros

Cuesta visualizar a un Rey con sus manos pringadas en salsa de yogur, mientras saborea un delicioso kebab con la carne de cordero recién cortada del dürüm. Increíble, pero cierto. A Don Felipe le gusta la buena mesa. Por supuesto, le encantan los platos tradicionales y restaurantes clásicos, como La Lonja del Mar, especializado en pescados y mariscos, donde fue fotografiado este jueves. Pero cuando se le antoja algo de comida rápida, suele decantarse por el kebab.

En concreto, tiene predilección por un local en Madrid, el restaurante Yunie, situado en Chamberí, en la calle Meléndez Valdes. Este local libanés lo abrió Georges, quien llegó a España desde Beirut en 1976, huyendo de la guerra. Durante 27 años, cocinó en un coqueto libanés llamado De Funy, en el barrio de Salamanca, donde se codeó con aristócratas y miembros de la Familia Real, que quedaron prendados de su buen hacer. A partir de ese momento, comenzaron a llamarle para servir sus platos en recepciones de gala en el Pardo o el Palacio de Oriente.

Unos años más tarde, decidió dar alas a su sueño y abrir su propio local. Alquiló una antigua cafetería, cerca de Moncloa, y comenzó a servir kebabs. Con la ayuda de su mujer Amal en seguida se ganó la confianza tanto de vecinos de la zona como de otros ilustres comensales que se desplazaban hasta allí para deleitarse con su cocina. La presencia de guardaespaldas y escoltas resultaba habitual para pedir comida para llevar, con destino a embajadas o incluso Zarzuela.

A día de hoy, tras la jubilación de George, traspasaron el local a un conocido de la familia, Bassam Hamady, quien mantuvo el negocio junto a su socio Wael Salma. Conscientes de la cartera de clientes que tenían y la gran fama adquirida como el suministrador oficial de kebabs a la Casa Real, han mantenido todas las recetas y siguen trabajando con el mismo proveedor de Alcalá de Henares, quien a diario les sirve la carne de ternera y pollo.

La clave de la calidad de su producto es la carne. La compran limpia y se encargan de eliminar los posibles nervios que queden. La marinan al menos 24 horas para que adquiera todos los sabores y, transcurrido ese tiempo, se montan las capas de filetes en un rollo de unos 20 kilos que gira en los pinchos. Las salsas también las elaboran en el propio local, con cuatro variedades a elegir: yogur, tahini, ajo y picante.

La carta está dividida en shawarmas y kebabs, platos, raciones y ensaladas. En el primer apartado, los más populares son el shawarma mixto, que se suele pedir acompañado de patatas fritas. En cuanto a los entrantes destacan falafel, humus o mutabal. En las ensaladas, la más demandas es la de tabulé. El precio del shawarma es de 7,70 euros y el menú compuesto de kebab más una lata de bebida cuesta unos 12 euros.