Comienza la extravagante boda de Marta Luisa de Noruega y el chamán: paseo en barco y 350 invitados

Arrancan los tres días de celebración de la boda de Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek. Tres días para hacer un completo álbum de fotos exclusivas pero ninguna con reyes y princesas que como es lógico no se prestan a comercializar con su imagen.

350 invitados de lo más variopinto y originales y una ola de protestas por la venta mediática de esta boda que no dejan en buen lugar a la institución monárquica noruega, que ya arrastra los problemas legales del hijo mayor de la princesa heredera Mette Marit.

La pareja celebró este jueves una fiesta para reunir a amigos y familiares en el Hotel 1904 en la ciudad de Alesund, al noreste de Bergen. Los anfitriones se colocaron en la puerta principal para recibir a los invitados y saludarlos uno a uno. Lo hicieron conjuntados, de rosa, con el mismo estampado y de su propia marca, Hést. Y este viernes, salieron a navegar con los invitados.

La rentabilidad de los preparativos, la pre boda, boda y post boda es doble porque desde hace un año, Netflix está siguiendo a la pareja, como hicieron con Giorgina, grabando horas y horas que culminan con la boda. El documental sobre su historia de amor «no hay nada mas poderoso que el amor que nos alimenta» según el novio, no tiene aún fecha de estreno. Tampoco ha trascendido lo que cobraran por vender su enlace a una revista extranjera (lo que está siendo muy criticado por los medios noruegos) y su historia de amor a Netflix, lo que sorprende a sus conciudadanos es que, siendo ella princesa, le hayan puesto precio a su matrimonio.

También es verdad que en Inglaterra tienen el precedente de Harry y Meghan, que también él es príncipe y quinto en la línea de sucesión al trono inglés y cobra por sus entrevistas, documentales y libros sobre las cuitas de su familia aunque es cierto que, cuando se casaron en Inglaterra, no vendieron la exclusiva de la boda a nadie. Lo de la princesa noruega y su chamán es inédito. Por cierto, así se titulaban las charlas motivacionales que daban y cobraban «La princesa y el chamán» que motivó el abandono de las funciones oficiales de representación y el uso de su título de princesa con fines comerciales. El Rey Harald tuvo que plantarse y cortar lo que pronto se podría haber convertido en una Disneyland de luz y de color.

Estos hechos inéditos hasta la fecha en las familias reales, han condicionado la asistencia de miembros de otras casas reinantes y por supuesto, la no participación de los reyes y herederos en las fotos que han vendido en exclusiva a la revista de cabecera española.

Este gesto de rentabilizar el evento no se ve con buenos ojos en el país nórdico porque recuerdan que Marta Luisa fue obligada por su padre el Rey Harald a renunciar al uso de su titulo real con fines comerciales y denominar boda real a su enlace con el «servidor de Dios» y activador de energía, Shalman Durek, a muchos noruegos no les parece correcto porque tiene un fin comercial y su titulo de princesa no puede usarlo para ello. Reconocen que lo es por nacimiento y cuando representa a su país pero no para vender exclusivas como princesa.

Martha es la cuarta en la línea de sucesión al trono noruego. Tiene 52 años y es madre de tres hijas, Maud, 21 años, Leah, 19, y Emma, 16. Que son influencers de belleza, amazona y artista. La princesa noruega conoció a su chaman hace seis años en 2018 pero lo hicieron publico un año después. En el enlace habrá unos 350 invitados, entre los que es dudosa la presencia de familias reales europeas, mas allá de los cercanos suecos, los padres de la novia y el hermano y nuera, embarcados también en sus propios problemas, con Marius el hijo que aportaba Mette Marit al matrimonio con Haakon, y que es reincidente en sus problemas de adicciones y maltrato. Ese perfil bajo que todos necesitan para superar la crisis reputacional se verá muy animado en esta boda tan mediática de tres días de duración y con unos invitados muy diversos y originales llegados de distintas partes del mundo.