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El productor musical, Nacho Cano

Cuando los testigos piden una orden de alejamiento de los policías que investigan

El caso Nacho Cano no para de sorprender: el último giro es que los testigos han pedido al juez que la policía deje de acosarles

El caso Nacho Cano se inició, según la denunciante, por un beso que ella no debió ver. Un beso (si existió) consentido y voluntario entre el cantante y una mujer de su equipo. Según Leslie, la becaria que acudió a la Policía, esa fue la razón de su despido. Si ya es rocambolesco que una denuncia tenga su origen en un simple beso, el nuevo giro de los acontecimientos es absolutamente inusual.

Los testigos del caso Nacho Cano, que son los becarios del musical Malinche y compañeros de la denunciante, han solicitado al juez una orden de alejamiento de los investigadores que llevan el caso. Ellos defendieron al exmiembro de Mecano de las acusaciones de Leslie y acusaron a la policía de detenerles ilegalmente durante horas, quitarles los teléfonos, obligarles a entregar conversaciones de WhatsApp con tono amenazante e incluso de inducir su testimonio.

Semanas después de aquello y cuando todo parecía calmado, los becarios que apoyan a Nacho Cano y consideran a su excompañera una mentirosa, han vuelto a denunciar a los investigadores. El Debate ha tenido acceso a la denuncia que dice así: «Abordaron a los becarios cuando llegaban al puerto de Ibiza. Fueron interceptados por agentes de la policía (...) y recibieron nuevamente un trato denigrante e intimidatorio».

La denuncia continúa diciendo que es sorprendente que los investigadores sigan hasta a Ibiza a unos becarios: «Fueron muy groseros y nuevamente les privaron de la oportunidad de usar sus teléfonos, les separaron, les obligaron a firmar de forma rápida sin ver qué firmaban, les amenazaron con sanciones de 600 euros y les tuvieron retenidos frente a la pared».

Todo para entregarles unas citaciones y que acudan al juzgado a declarar antes de regresar a Méjico. Desde el entorno de Nacho Cano dicen no salir de su asombro por el comportamientos de los agentes y recuerdan que ellos fueron los que detuvieron la primera vez a Rafael Amargo y lo acusaron de traficar con drogas: luego se demostró que pruebas había cero y fue absuelto. «En este caso es lo mismo, pero mientras tanto desprestigia que algo queda. Cuando archiven o Nacho salga inocente, habrán manchado su nombre pero a ellos les saldrá gratis», dicen personas de su círculo más cercano.