El montaje de Sánchez y Begoña Gómez: del cine al museo
El presidente encarga a su equipo de fotógrafos de confianza tomar imágenes distendidas y en contacto con la calle que nadie se cree
Pedro Sánchez y Begoña Gómez, este jueves, en la exposición Pedro del Hierro, en el Museo Lázaro Galdiano
Begoña Gómez no se atreve a pisar la calle y no quiere arriesgarse de manera innecesaria a escuchar abucheos. Prueba evidente es que este septiembre dio plantón a los desfiles de moda en la Mercedes Benz Fashion Week y renunció a sentarse en el front row, como sí hizo en ediciones anteriores. Sabe que en el pabellón 14 de Ifema no resulta sencillo controlar al numeroso público. En cambio, esta semana ha protagonizado dos salidas, perfectamente orquestadas y medidas, acompañada de su marido.
Los Sánchez Gómez tienen a su disposición un equipo de fotógrafos y cámaras para blanquear su imagen. El miércoles, en el cine, y el jueves, en un museo. Espacios públicos, pero perfectamente controlados, ya que programan sus visitas cuando saben que no se les va a incomodar. Un intento de mostrar imágenes distendidas, en medio de la tormenta y los delitos de corrupción que acechan tanto a Begoña como al hermanísimo David Azagra. La mala noticia para Sánchez en que nadie se cree estos montajes.
Sánchez y Begoña Gómez, en el Museo Lázaro Galdiano
El jueves, Sánchez y Begoña se grababan visitando la exposición Pedro del Hierro. Del maestro a la marca, en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Su fiel fotógrafo Borja Puig de la Bellacasa era el encargado de retratarlos y mandar las fotos a EFE. Puig le acompaña a todos las salidas y viajes, ejerce funciones propias de personal de confianza y asesoramiento especial.
Sánchez compartía, además el material gráfico, en su perfil de X con un vídeo en el que se le ve recorrer la muestra, mientras saluda a cada miembro del equipo encargado de exponer ante el público lo que califica como «deliciosa exposición». Pedro Sánchez destaca del diseñador que «supo plasmar en su obra sus experiencias, emociones y rebeldía. Persiguió la democratización de la moda y ha logrado lo que siempre soñó: que la firma sobreviva a su creador». ¿Por qué si tanto le gusta la marca no fue al desfile, el jueves 12 de septiembre, donde el director creativo Nacho Aguayo presentó la nueva colección de Pedro del Hierro? Sí estuvieron apoyando la moda española Isabel Preysler o Victoria de Marichalar. Pero allí Sánchez no podía controlar a todos los fotógrafos y paparazis, ni mucho menos la ideología del resto de asistentes.
Pedro Sánchez y Begoña Gómez en la entrada del cine
El día previo, compartía un vídeo en el que aparecen en los cines Verdi, en la calle madrileña de Bravo Murillo, para ver la película española El 47. Acceden a la sala, como un matrimonio más, sonrisas, paso firme, sin nadie que se sorprenda por su presencia. Sánchez y Begoña no tienen que esperar ninguna fila y el acomodador que revisa sus entradas no se sorprende al ver al presidente. Cuesta creer que no estuviera guionizado.
El jefe del Ejecutivo estuvo acompañado dentro del edificio por seis escoltas que también entraron en la sala para ver la película. Sánchez añadía que salía «emocionado de ver El 47, un homenaje maravilloso a la España plural y trabajadora que construyeron nuestros padres, madres, abuelos y abuelas». Presumía de dignidad. No queda más que reírse.
