Paco Arango: «Si no crees en Dios, te doy su teléfono»

cuando uno se sienta en la mesa con Paco Arango se contagia rápido de su optimismo y se deja llevar por su sentido del humor. Siempre tiene en la boca una historia de superación con una valiosa enseñanza. No es solo lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. En el 2005, creó la Fundación Aladina para ayudar a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias. Uno de sus proyectos más interesantes es Maktub, un vino reserva de la D.O. Rioja y el primero cuya recaudación total se destina a un fin benéfico.

Maktub es una palabra árabe que significa «estaba escrito» y este vino traslada que lo que está destinado a suceder encontrará una forma única, mágica y maravillosa para manifestarse. Todo comenzó en la finca Los Castejones, una viña situada en la Rioja Alavesa que había estado olvidada durante años, y fue recuperada para su conservación por la centenaria bodega Herederos del Marqués de Riscal.

Charlamos con Paco Arango sobre este proyecto, mientras paseamos por el viñedo de Elciego.

–¿Por qué eligió esta bodega en concreto?

–Parece como que me lo estoy inventando, pero Marqués de Riscal siempre ha sido mi vino favorito. Incluso me acuerdo muy bien de la añada de 2004 y las anteriores. Así de viejo soy. Y tuve la gran suerte de conocer a Luis (Hurtado de Amézaga, director técnico de las bodegas y sexta generación de una familia doblemente fundadora) e Isthar Espejo, que es la directora de mi fundación, es la mejor amiga de Carmen, su esposa. Entonces nos juntamos, le planteamos el proyecto a él y a su padre y les encantó la idea. Lo siguiente era escoger qué vino y sucedió un pequeño milagro. En esta viña que no tenía muy buena pinta, que quizá dejaba de existir, gracias a un injerto salió no solo una gran uva, sino este vino, 100% benéfico. Todo lo que se genera es para ayudar a la Fundación Aladina.

–José Coronado también ha mostrado su colaboración con este proyecto.

–Sí. A mí me encanta cuando de repente hay algo escondido dentro de algo. Entonces en la botella aparece un QR con un pequeño corto de animación, contando la historia del vino y narrada por José Coronado. Todo el mundo conoce a José. Es un gran actor y un gran amigo mío y gran amigo de la fundación.

–El nombre de Maktub tiene su historia.

–Maktub es el nombre de la primera película que yo hice, que fue nominada a tres Goyas, y con el dinero de esta de esta película hicimos el centro de trasplantes más sofisticado de España. Ahora ya hay otros, pero en esa época lo era y se llama el Centro Maktub.

–Y creo que Richard Gere y Alejandra Silva también han probado el vino.

–Sí, sí. No he tenido el morro de pedirle que lo promocionen, pero en ello estoy. Tenemos un gran amistad con ellos y apoyan mucho también la Fundación. Yo creo que es algo que igual que el vino tiene que envejecer, Maktub tiene que llegar a más sitios de España y lo va a hacer poco a poco.

–¿Qué relación tiene con las familias de los niños con cáncer?

–El peor día del niño con cáncer es el primero, porque llegan al hospital y seguramente piensan que tienen un dolor de huesos. «Algo le pasa a mi hijo en la rodilla» y acaban en la tercera planta ingresados. Y yo siempre les digo lo mismo: «estáis viviendo el peor día de todos, porque luego vais a ver el tema con más normalidad».

–¿Cuál es la importancia de la fe católica para afrontar que un niño tiene cáncer?

–Yo tengo fe. Y sí soy cristiano y obviamente, soy católico. Yo creo que hay un Dios bondadoso. Siempre digo: «Si no crees en Dios, te doy su teléfono». Estoy escribiendo un libro, que se llama así, porque lo que yo he vivido es extraordinario. Para mí la fe es todo. Es decir, es la única razón que me ha permitido estar más de 22 años trabajando con niños con cáncer. Porque lamentablemente he perdido a mucho ángel a pie de cama. La única explicación que me han dado es a través de que existe un Dios.

Y muchos dirán, pues si existe un Dios, ¿por qué no hace algo? No tengo ni idea. Pero sí lo he visto llorar en los hospitales conmigo, entonces algún día nos lo explicarán. Pero uno de mis motivos para dar testimonio es que ante tanto sufrimiento también hay cosas muy bonitas que hay que verlas.

–Trabajó nueve años con Paul Newman.

–Paul Newman creó los campamentos para niños muy enfermos que se llaman Serious Fun Camps. El hijo de su mejor amigo no podía ir, porque tenía cáncer, y así surgió la idea. Creó el primero en Connecticut y ahora hay 30. Fundación Aladina utiliza mucho el campamento de Italia y de Irlanda. Los niños van gratis sin ningún coste y van sin sus padres. Es una experiencia única. Cuando vuelven, los padre me dicen: «me habéis devuelto a mi hijo antes del cáncer».

Poca gente sabe que Paul Newman creó una línea de alimentación con palomitas, vinagretas...Y ha recaudado 950 millones de dólares. No sé qué premio póstumo hay que darle, pero él lo merece.

–¿Qué más rostros conocidos han apoyado la Fundación?

–Muchísimos. Acabo de hablar con Genoveva Casanova. También nos ayuda mucho el alcalde Almeida, que siempre participa en los mercadillos y compra regalos. Santiago Segura o Carmen Maura.

–¿Dónde se puede comprar el vino Maktub?

–En la web de vinos Maktub, pero también en el gourmet de El Corte Inglés. Y estamos a punto, de cerrar un convenio de distribución nacional.