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Garbiñe Muguruza y Arthur Borges

De la finca a los invitados, Garbiñe Muguruza se casa en Marbella

Este sábado, la extenista le da el «sí, quiero» a Arthur Borges en la misma finca en la que se casaron Feliciano López y Sandra Gago

Garbiñe Muguruza y su pareja, Arthur Borges, sellan su amor este sábado, con una boda en Marbella, un significado especial para ambos. Su prometido le propuso matrimonio en el Marbella Club. La pareja ha decidido celebrar su boda en la impresionante finca La Concepción, un hermoso jardín botánico que ha sido testigo de otras bodas memorables, como la de Feliciano López y Sandra Gago.

Los preparativos para este gran día han sido meticulosos, pues los novios han organizado un fin de semana lleno de celebraciones para sus invitados, quienes llegan de diferentes rincones del mundo. Garbiñe y Arthur, una pareja internacional, han reunido a invitados de diversas nacionalidades. La historia familiar de Garbiñe es un crisol de culturas: su padre es español, su madre venezolana y ella nació en Caracas, donde vivió hasta los seis años, cuando se trasladó a Barcelona. Arthur, por su parte, trae consigo raíces canarias, siendo mitad español y mitad finlandés.

Garbiñe Muguruza

Con la ayuda de un equipo de wedding planners, Garbiñe ha dado forma a su visión de la boda perfecta. En declaraciones a la revista ¡Hola!, la deportista enfatizó que no le gustan las decoraciones excesivas ni pesadas; en su lugar, prefiere un estilo más fresco y ligero. Sin embargo, una de sus mayores pasiones es la música, y ha dejado claro que no habrá boda sin ritmo. La novia, amante de la salsa, el merengue y las baladas en vivo, está decidida a crear un ambiente festivo. «Soy muy bailonga y tengo muchos gustos», dice, añadiendo que tendrá tanto un DJ como una banda espectacular en directo.

La novia ha confiado en la casa Pronovias para el vestido. Señala que busca algo elegante y sofisticado, evitando las transparencias y lo provocativo. Pero eso no es todo: tiene planeado lucir dos vestidos. El segundo será más corto, cómoda y brillante, inspirada en el glamuroso estilo Gatsby de los años 20.

Con ilusión, Garbiñe confiesa que ha disfrutado cada momento de la planificación. «Yo era muy relajada porque, comparado con la competición, esto es superfácil», ríe, añadiendo que una boda «no tiene mucho secreto». Aunque Marbella es el escenario principal, también habrá una ceremonia íntima en Ginebra, donde residen. Sin embargo, Garbiñe no puede evitar estar emocionada por la celebración andaluza que se avecina.

La Concepción, un rincón de ensueño situado a tan solo cinco minutos en coche de Marbella, es un bello cortijo que captura la esencia de la Costa del Sol. Este lugar idílico ofrece un paisaje deslumbrante, cuajado de palmeras centenarias que se alzan majestuosamente hacia el cielo, mientras que plantaciones de aguacates, chirimoyas y naranjos salpican el entorno con sus vibrantes colores y aromas. Un mar de almendros se extiende ante los ojos, creando un espectáculo visual que evoca la belleza pura de Andalucía.

La finca alberga diferentes espacios. Entre ellos, destacan los Altos Hornos, un lugar con historia que ofrece impresionantes vistas a la Sierra Blanca, creando un telón de fondo perfecto para momentos inolvidables. La zona de la piscina que es ideal para cócteles y recepciones. Por otro lado, los jardines principales son un auténtico deleite visual, adornados con un centenario nogal americano. No podemos dejar pasar por alto la espectacular fuente que preside este espacio hace que este rincón digno de una película romántica. Con una capacidad para 500 personas, la finca ofrece un espacio amplio y acogedor, además de contar con un parking para los invitados y accesibilidad para autobuses, asegurando que todos puedan disfrutar de la celebración sin preocupaciones. Este entorno no solo es un lugar para celebrar un amor, sino que también guarda un pasado fascinante relacionado con la industria del hierro en la Marbella del siglo XIX.