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José Coronado en el Auditorio NacionalEFE

José Coronado: «No quiero perder esa libertad de pensamiento que tenemos todos»

El actor reflexiona sobre el peligro de ser criticado por sus opiniones políticas

José Coronado sabe que cuando habla sobre política o temas controvertidos, sus palabras se convierten en dinamita. Preguntado por si cree que en la actualidad hay mayor peligro de ser criticado por sus opiniones, como ha señalado en alguna reciente entrevista, el actor remarca que «vivimos en una época muy compleja y ahora hay que tener cuidado con lo que se dice porque todo el mundo opina y da su veredicto en sus redes sociales».

«No quiero perder esa libertad de pensamiento que tenemos todos», remarca el actor de 66 años, que añade que los actores «no somos ni filósofos, ni oradores ni pensadores». «Lo que pasa es que la gente nos conoce, nos tiene cariño y se para a escucharnos. Entonces cualquier cosa que decimos coge mas grandeza de la que tiene», reflexiona.

José Coronado, en el Auditorio NacionalEFE

José Coronado se mete este fin de semana en el Auditorio Nacional en la piel de Iván el Terrible en la majestuosa obra de Serguéi Prokófiev, un papel que afronta tratando de ser «solamente un instrumento más» de la Orquesta y Coro Nacionales de España, explica a EFE.

Tras el ensayo general en el que Coronado ejecuta con voz poderosa el papel del temible zar y usa una voz más neutral para hacer de narrador en castellano de la obra, un doble papel que entraña una especial necesidad de concentración, el actor asegura en una entrevista que se siente «un poco intruso entre tantos maravillosos artistas».

Fiel al personaje

En esta interpretación, además de la orquesta dirigida por Pablo González y el coro de Miguel Ángel García Cañamero, actúan la mezzosoprano rusa Olesya Petrova y el barítono de la misma nacionalidad Alexander Vinogradov.

«Yo creo que no hay que buscar referencias actuales, hay que ser fieles a la historia de un personaje tan rico», asegura Coronado, para quien el maestro Pablo González es su «tabla de salvación».

«Es el que por supuesto me da la entrada, como se la da a los violines o a los trombones», remarca el actor, que acaba de estrenar la película Puntos suspensivos, de David Marqués, y tiene pendiente la próxima emisión de la serie Legado, en la que interpreta a un magnate de la comunicación.