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Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivoGTRES

Los problemas económicos de Urdangarin en su nueva vida lejos de la Infanta Cristina

El exduque de Palma se ha tenido que adaptar a una vida modesta y trata de ahorrar en su día a día

La vida de Iñaki Urdangarin tras su divorcio de la Infanta Cristina se ha convertido en un tema recurrente, donde muchos se preguntan cómo un exduque, que una vez habitó los palacios, se ha adaptado a un estilo de vida que podríamos llamar «bajo costo». A pesar de que algunos sostienen que disfruta de un nivel de vida bastante acomodado, lo cierto es que este exdeportista parece haber hecho de la austeridad su nueva bandera, al menos en apariencia.

Después de cumplir su condena de cinco años y diez meses por el famoso caso Nóos, Iñaki ha decidido que ya no quiere estar en el punto de mira. «Ya no forma parte de la familia real», ha declarado con un aire de resignación. Su deseo es ser una persona normal y disfrutar de su tiempo con los hijos y su nueva pareja, Ainhoa Armentia.

Sin embargo, la realidad es que Iñaki no ha renunciado completamente a los placeres de la vida, aunque, en este caso, esos placeres parecen estar a la sombra de su círculo de amigos y familiares. Durante sus últimas vacaciones en Formentera a finales de septiembre, el paraíso balear conocido por sus precios prohibitivos, no se le vio luciendo un yate propio o disfrutando de cenas lujosas. No, el exduque fue el invitado de un amigo que tiene que es empresario en Barcelona, lo que, sin duda, le ahorra la molestia de buscar una oferta en Airbnb. Además evitó la temporada alta, que siempre es más cara.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia protagonizan la portada de '¡Hola!'

Dicen que su estilo de vida ahora es sencillo. De hecho, según cuenta Vanitatis, cuando viaja a Barcelona para visitar a su hijo Pablo; en lugar de optar por alquilar un apartamento en el centro de la ciudad, lo que podría ser una alternativa más convencional para alguien de su posición, prefiere alojarse en la casa de su propio hijo, lo que no solo refleja una clara inclinación por mantener un ambiente familiar y cómodo, sino también una intención deliberada de reducir gastos innecesarios. Pero lo que más sorprende a muchos es que, el citado medio recuerda el día que se le vio haciendo la compra en un supermercado local, como cualquier otra persona, lo que refuerza aún más la imagen de alguien que, a pesar de su estatus, opta por llevar una vida modesta, evitando así los lujos que muchos podrían esperar.

Aunque, a pesar de llevar una vida bastante sencilla, es evidente que Iñaki y Ainhoa están disfrutando al máximo de sus nuevas experiencias. Y claro, entre esas experiencias destacan los viajes, que se han convertido en una parte esencial de su día a día. En el último año, han pasado por destinos como Baqueira Beret, un lugar donde, casualmente, la Familia Real también disfruta de la nieve – y aunque no es precisamente conocido por ser barato, parece que no quisieron perderse la oportunidad de aprovechar unas buenas bajadas por las pistas.

Pero no se detienen ahí. Las vacaciones de Semana Santa las pasaron en Marrakech, y su agenda de exploradores incansables también los llevó hasta Camboya, donde visitaron a Irene, la hija menor de Urdangarin, que, como se sabe, ha estado allí trabajando como voluntaria en la fundación de Kike Figaredo. Por supuesto, tampoco podían dejar de lado una visita a Londres, que fue un viaje modesto. Aunque eso sí, no se lanzaron a lujos innecesarios: optaron por volar en una aerolínea comercial hasta Gatwick y, como cualquier turista prevenido, tomaron el tren hasta el centro de Londres en lugar de un costoso taxi, un gesto que sin duda encaja con su perfil de viajeros austeros. En cuanto al alojamiento, se instalaron en un hotel por unos 200€ la noche, una tarifa que, para los estándares londinenses, no está nada mal.

Irene UrdangarinEuropa Press Reportajes

Y parece que la temporada de viajes no termina aquí, ya que está previsto que una de sus próximas paradas será nuevamente el Reino Unido, donde Irene, la pequeña de los Urdangarin, está estudiando. Puede ser que, fiel a su estilo de evitar grandes gastos, probablemente se aloje en la casa de su hijo mayor, Juan, que lleva años viviendo en Londres, haciendo de este otro ejemplo de un viaje bien planificado y sin excesos innecesarios. Aunque, claro, entre vuelos, hoteles y visitas internacionales, parece que su definición de «bajo coste» incluye un buen manejo de los recursos para no parar de moverse.