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Carolina Marín

El lado personal de Carolina Marín: una dolorosa ruptura y la relación con su madre

La deportista recibirá el premio princesa de Asturias, este viernes, en Oviedo

Conocida por su inquebrantable espíritu de superación en las pistas, Carolina Marín está viviendo un momento agridulce. Mientras se prepara para desfilar por la alfombra azul del Teatro Campoamor y recibir el prestigioso Premio Princesa de Asturias del Deporte este viernes, su último año ha sido un verdadero carrusel de emociones. La campeona, considerada una de las mejores jugadoras de bádminton del mundo, ha tenido que superar retos dentro y fuera de la pista.

El pasado agosto, una lesión la apartó del sueño olímpico, pero su lema «Puedo porque pienso que puedo» la ha empujado a volver a los entrenamientos con más fuerza que nunca. Este espíritu combativo es lo que le ha hecho merecedora del reconocimiento internacional, sumando tres títulos mundiales, siete europeos y, por supuesto, el oro olímpico en Río 2016.

Sin embargo, como relata Vanitatis, su vida fuera de las pistas también ha estado marcada por altibajos. La deportista onubense ha atravesado recientemente una ruptura con su novio, Gen Esteban San Millán, un prometedor atleta del equipo de la Real Sociedad. A pesar de la discreción con la que manejaban su relación, Carolina ya había dejado entrever problemas en mayo pasado. «He tenido una crisis... está la cosa chunga», confesaba en La Resistencia con David Broncano. Tras meses de rumores, su separación quedó confirmada cuando, en su cumpleaños, Gen ya no estaba presente. Además, la deportista borró de sus redes sociales las fotos que compartía con él, poniendo fin a una relación que llegó a ser pública por primera vez en San Valentín de 2023. Lo que pocos sabían es que Carolina y Gen compartían más que amor por el deporte: juntos adoptaron a un perro abandonado. Sin embargo, la historia tuvo un final triste cuando el animal falleció a los pocos meses.

Carolina Marín y Gen EstebanGTRES

Este sería el segundo exnovio conocido de Carolina. Antes de su relación con Gen Esteban San Millán, Carolina Marín mantuvo una relación con Alejandro Carrasco, un osteópata, masajista deportivo y kinesiólogo. Se conocieron en la residencia para deportistas Joaquín Blume, en Madrid, donde surgió una relación sólida que los llevó a vivir juntos en la capital, compartiendo su vida con Thori, su querido perro mestizo. Alejandro fue un pilar fundamental en los momentos más cruciales de la carrera de Carolina, acompañándola incluso durante su victoria en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde ganó la medalla de oro.

A pesar de que su relación terminó, Carolina todavía conserva fotos de esa etapa junto a Alejandro en su cuenta de Instagram, un detalle que muestra el impacto positivo que tuvo en su vida personal y profesional.

Cuatro años sin su padre

El golpe personal por su actual ruptura se suma a la pérdida de su padre en 2020, una tragedia que ha reforzado su vínculo con su madre, Toñi. La madre de Carolina ha sido su mayor apoyo, y la veremos junto a ella cuando reciba el Premio Princesa de Asturias. Hace poco, Carolina le organizó una emotiva fiesta de 60 cumpleaños, un evento que, según ella misma contó en Instagram, no fue fácil de organizar debido a la reticencia de su madre. Finalmente, lograron reunir a sus familiares y amigos más cercanos para una celebración inolvidable. En su mensaje, la deportista destacó la fortaleza de su madre, quien, además de su trabajo en una residencia de ancianos, ha sido el pilar fundamental durante los momentos más difíciles, como las operaciones de rodilla que ha tenido que afrontar Carolina.

Pero Carolina no es solo bádminton. Su amor por los animales la llevó recientemente a visitar MundoPark, una reserva natural dedicada a la conservación de la fauna, donde disfrutó rodeada de lobos y otros animales. Además, aunque tuvo que dejar el flamenco a los 12 años para dedicarse al bádminton, sigue mostrando su pasión por el baile en las redes sociales, donde no duda en unirse a las coreografías más virales del momento.

La relación de Carolina con la Casa Real también tiene su propia anécdota. Después de su victoria en Río 2016, la Reina Letizia le propuso que diera clases de bádminton a sus hijas, aunque esto nunca llegó a concretarse. Aun así, la admiración de la familia real por la campeona es evidente, convirtiéndola en un ejemplo de esfuerzo y perseverancia.

Curiosamente, la deportista también sabe disfrutar de la vida fuera del deporte, y fue invitada al 30 cumpleaños de la influencer Rocío Camacho, donde la vimos pasándoselo en grande y codeándose con las figuras más top de Instagram. Amante de la cocina, Carolina ha confesado que su gran sueño sería retirarse en el Europeo de 2026, y que este se dispute en el Palacio de los Deportes que lleva su nombre en Huelva. Una vida llena de éxitos, desafíos, y sobre todo, pasión.