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Los Príncipes de Gales, con los duques de Sussex y Felipe de Edimburgo en la Navidad de 2017GTRES

Cómo se negoció la salida de Harry y Meghan: la cumbre de Sandringham

Las memorias de Boris Johnson revelan que desde Buckingham le pidieron convencer al Príncipe Harry para que no abandonara la Familia Real

Boris Johnson ha vuelto a poner de actualidad el Megxit, la salida del Príncipe Harry y Meghan Markle de Reino Unido y el cese de sus funciones oficiales. El que fuera Primer Ministro afirma en sus memorias Unleashed (Desatado), publicadas el pasado 10 de octubre, que le pidieron que mediara para evitar que los Duques de Sussex se marchasen. Daily Mail, donde el político conservador tiene una columna semanal, publicaba que «pocas semanas después de su aplastante victoria electoral en diciembre de 2019, tanto funcionarios de Downing Street como del Palacio de Buckingham pensaron que Boris Johnson podría convencer a Harry». El ex-PM describe su intento como «un asunto ridículo, una especie de charla varonil, totalmente inútil. Intenté disuadirlo, aunque no funcionó». En una entrevista promocionando su libro confesaba que Harry y Meghan eran un «activo nacional que podrían tener un impacto positivo» y afirma bromeando: «pude llevar a cabo el Brexit, pero no pude impedir el Megxit».

El próximo 18 de enero se cumplirán cinco años de la llamada Cumbre de Sandringham, la reunión que mantuvieron, por un lado, Isabel II, el Príncipe de Gales y el Príncipe Guillermo; y por otro, el Príncipe Harry para abordar los términos de su salida de la institución. Desde hace casi cinco años solo hay constancia de un encuentro más entre padre e hijo, de unos 30 a 45 minutos, cuando Harry viajó desde California hasta Londres, poco después de anunciarse que el Rey padecía cáncer.

Las memorias de Boris Johnson's 'UnleashedGTRES

Pero ¿de qué se habló en la llamada Cumbre de Sandringham?, ¿en qué consistió esa reunión? ¿Se han cumplido los acuerdos de aquella negociación? Comenzamos con los antecedentes: Harry desvela en sus memorias, donde dedica unas trece páginas a este asunto, que, a principios de enero de 2020, a pesar de sus intentos, aún no había conseguido reunirse con su familia para abordar la cuestión. Harrry y Meghan anunciaron unilateralmente, a través de Instagram, que debido al acoso que estaban sufriendo por parte de la prensa tenían la intención de trabajar a tiempo parcial para la Firma, ser «económicamente independientes sin dejar de apoyar plenamente a Su Majestad la Reina» y «repartir su tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica». Harry admite que «contravenía las órdenes de su padre», que le había advertido en un mensaje desde Escocia de que si anunciaba su salida sin haber hablado previamente «estarás desobedeciendo tanto las órdenes de la monarquía como las mías». A pesar de ello, el ocho de enero lo anunciaron porque la noticia «ya se había filtrado a The Sun». El Duque de Sussex dejaba entrever que esa filtración podría venir del entorno del Príncipe Guillermo.

Tan solo diez días después del anuncio tuvo lugar el encuentro en Sandringham, una muestra de que la monarquía, cuando quiere, puede actuar con mucha rapidez. En un principio le plantearon cinco opciones: la primera, permanecer en la Firma «manteniendo el status quo»; la quinta, «la ruptura total que implicaba no tener ninguna función en la monarquía y perder la seguridad»; y entre estas dos, las posibilidades intermedias, que se acercaban a lo planteado inicialmente por la pareja: «trabajar a tiempo parcial, residir en el extranjero y mantener la seguridad; desempeñar un papel menor; distanciarnos un poco, pero no dejar el cargo» -dice Harry. No obstante, finalmente las únicas posibilidades que le permitieron fue un todo o nada.

La Reina Isabel II, en SandringhamGTRES

Para justificar esa decisión los equipos de la Reina Isabel, de Carlos y de Guillermo se acogieron a los Nolan Principles, un código de conducta para los que ocupan un cargo público redactado en 1994, durante el gobierno de John Major, en un comité dirigido por Lord Nolan. Estos principios establecen que «las personas que ostentan cargos públicos no podrán actuar o tomar decisiones para obtener beneficios financieros u otros beneficios materiales para ellos, su familia o sus amigos». El periodista Valentine Low, que lleva más de cincuenta años escribiendo sobre la monarquía británica, asegura que «fue la Reina quien tomó la decisión final». Y según una de sus fuentes, «había una visión muy clara: no puedes estar dentro y fuera». Posiblemente a la monarquía tampoco le interesaba la enorme popularidad de los Duques de Sussex que comenzaban a eclipsar a Guillermo y a Kate. Cuando le pidió ayuda a su hermano «no movió ni un dedo» y en la famosa cumbre, Guillermo «me miró con cara de querer matarme» —asegura Harry—. Parece normal que en la última encuesta de YouGov del mes de octubre sobre la popularidad de los miembros de la monarquía, el Príncipe de Gales se encuentre tan solo en cuarto lugar, por detrás de Isabel II, Kate Middleton y la Princesa Ana.

Una semana después de la tensa reunión, los profesores de la University College London Robert Hazell y Bob Morris publicaron un artículo académico titulado «Prince Harry, Meghan Markle y el acuerdo de Sandringham». Uno de los puntos del acuerdo recogía que «por lo que respecta a sus actividades en el extranjero se han comprometido a «defender los valores de Su Majestad»: se trata de una referencia a los Principios Nolan de la Vida Pública». Aunque Isabel II no vivió para verlo, ya tenían la sospecha de que Harry y Meghan no cumplirían el acuerdo, pues «para lograr la autosuficiencia financiera (…) se muestra cierta preocupación por los medios que pueda elegir la pareja». De hecho, aunque ya habían decidido estar fuera de la monarquía, la entrevista con Oprah Winfrey, la docuserie Harry & Meghan y la autobiografía del Duque de Sussex, Spare, no eran precisamente «defender los valores de Su Majestad». Por su parte, Harry considera que «los acuerdos de Sandringham se habían violado» y que le han «despojado de todo».

Hazell y Morris concluyen el artículo mostrando su respaldo al término medio por el que abogaba Harry, ya que, según afirman, para el futuro se podrían «manejar las aspiraciones y, por lo tanto, la formación de los miembros senior de la realeza de manera que se les permita tanto el apoyo a la monarquía como el desarrollo de una vida profesional satisfactoria». Y añaden que esto «sería un gran beneficio personal para Archi Mountbatten-Windsor, Lilibeth y también para sus primos Charlotte y Louis. Aunque esos posibles cambios llegarían demasiado tarde para el Príncipe Harry».

Archie, el hijo mayor del Príncipe Harry y Meghan Markle, nació en 2019GTRES

En cuanto al estado de ánimo del monarca, «por supuesto que está extremadamente triste por Harry y Meghan. Hay una sensación de desesperación, aunque él ha hecho lo que ha podido; ahora que es Rey tiene muchas más cosas en las que pensar» confiesa un amigo del Rey. Así lo recoge el periodista próximo a Buckingham Palace, Robert Hardman en su libro Carlos III. The inside story. El monarca solo dice: «yo no quiero saber cuál es el problema. I´m just getting on with my life» (Yo solo sigo con mi vida). Un oficial de palacio asegura que «nada es definitivo», dejando así abierta la posibilidad a una reconciliación.

Dejando la tristeza a un lado, el Rey tiene en Sandringham memorias entrañables que permanecen en su recuerdo desde la infancia. Rodeado de preciosos jardines, aquí pasaba las Navidades con su abuela, que fue como una madre para él. Sandringham House, de estilo neo-jacobino, ladrillo rojo, con tejados a dos aguas, salones de estilo victoriano y con dos tapices a partir de cartones de Goya en el comedor, es donde la familia real celebra la Navidad y el Año Nuevo desde hace cinco generaciones. La finca de ocho mil hectáreas, uno de los mejores cotos de caza de Inglaterra, está situada en Norfolk, a 180 kilómetros al norte de Londres donde «Carlos disfrutaba de las fiestas posteriores a las cacerías, antes de que aprendiera a cazar», afirma Ingrid Seward en su libro Mi madre y yo. Siendo estudiante de la Universidad de Cambridge, «durante la temporada de caza invitaba de manera habitual a sus amigos de la Universidad a pasar el fin de semana». Una anécdota que muestra su pasión por las plantas es que «cuando iba de cacería tenía todo el lugar decorado con enormes helechos traídos desde Londres para mantener la temática victoriana de la casa». Seguramente también recordará los paseos y los juegos en la nieve con Harvey, su gran perro labrador de pelo dorado que le acompañó durante tantos años.

Diana y Camila en Sandringham

Como afirma Penny Junor en su libro «Carlos. Víctima o Villano», aquí fue donde «disfrutó de las primeras Navidades de casado con Diana: «Hemos tenido unas Navidades entrañables», le escribió a un amigo. En cuanto a Camila, según Seward, conoció Sandringham en los años setenta, ya que «junto a su marido Andrew Parker Bowles, eran invitados frecuentes». Isabel II «siempre comenzaba aquí la temporada navideña a mitad de diciembre; después de pasar Navidad y Año Nuevo junto a su familia, invitaba a amigos y volvía a Buckingham Palace siempre después del seis de enero, aniversario de la muerte de su padre, Jorge VI». Así lo recoge Angela Kelly que fue asesora personal de la Reina. Harry también guarda recuerdos imborrables de la Nochebuena: «cuando toda la familia se reunía en una gran habitación alrededor de una mesa cubierta con un mantel blanco y cartelas con los nombres. Era una tradición colocarnos en nuestro sitio con montones de regalos y de repente todo el mundo empezaba a abrirlos a la vez tirando de lazos y rasgando los papeles».

El Rey, con los Príncipes de Gales y los duques de SussexGTRES

Durante su larga vida como Príncipe de Gales, en Sandringham celebró tres seminarios para impulsar la agricultura ecológica, una de sus batallas personales. Y paseando por estos bosques, escuchando el rumor de las cascadas, con la tranquilidad del lago y recreándose entre las arboledas con secuoyas gigantes es donde encuentra inspiración para cada momento de su vida. De hecho, una de sus primeras decisiones tras acceder al trono ha sido crear un nuevo jardín topiario, árboles y arbustos podados de forma decorativa para crear, como dicen en Sandringham, «un lugar para la paz y la contemplación». Una muestra más de la afición personal de este Rey espiritual y jardinero.