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Joan Manuel Serrat y su mujer en Oviedo el 22 OctubreGTRES

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El desordenado historial amoroso de Serrat

Desde romances fugaces con estrellas del cine, hasta amores discretos que inspiraron algunas de sus letras más memorables, Serrat ha sido todo un trotamundos en el amor

Joan Manuel Serrat no solo ha sido un icono musical, sino también un auténtico casanova de la época, acumulando un currículum amoroso tan desordenado como interesante. Este viernes, el cantante será galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, y ahí estará, como siempre, su fiel compañera desde hace más de 40 años, Candela Tiffón. Pero antes de que ella llegara a su vida, Serrat ya había conquistado a varias mujeres muy conocidas.

Empecemos con Mercé Doménech, la primera mujer con quien Serrat tuvo una relación seria. En 1969, nació su hijo Queco, fruto de su romance con esta modelo, que nunca llegó a convertirse en su esposa. Queco no solo creció con su padre presente, sino que le ha hecho abuelo de dos nietas, Luna y Lucía, quienes ahora tienen 24 y 20 años respectivamente.

Captura de portada libroED

Después de Doménech, el corazón de Serrat voló hacia otras latitudes, y durante un tiempo estuvo relacionado con la modelo danesa Susan Holmquist. A ella le dedicó la canción Conillet de vellut (conejito de terciopelo), una de esas joyas románticas. Además, Holmquist fue la imagen del libro Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé, lo que la convirtió en un rostro literario inmortalizado.

Joan Manuel Serrat y Candela TiffónIrene Vila Capafons

Uno de los romances más comentados fue el que tuvo con la estrella del cine español Marisol. Aunque fue un amor breve, dejó huella en Serrat, tanto que le dedicó la canción Tu nombre me sabe a hierba, una de las más emblemáticas de su carrera. Sin embargo, la relación no prosperó, ya que Marisol buscaba retirarse del mundo del espectáculo para vivir en tranquilidad, mientras que Serrat seguía en pleno ascenso de su carrera.

No podemos olvidarnos de Charo Vega, nieta de Pastora Imperio, quien fue protagonista de las revistas de la época como la «novia adolescente» de Serrat. Aunque ahora Charo cuenta que lo suyo fue un amor platónico en 1973, recuerda cómo Serrat compartía con ella los versos de Mediterráneo mientras lo componía, una anécdota que deja claro que su relación, aunque breve, dejó huella.

Entre estos amores y conquistas también aparece una Lolita Flores muy joven, quien ha confesado que se enamoró de Serrat con solo 11 años, aunque él no le hizo «ni caso». Según cuenta Lolita, bromeando con cariño, «me sigue sin hacer caso, pero yo sé que me quiere mucho, como a toda mi familia». Aunque Serrat no cayó rendido ante los encantos de Lolita, sí que mantuvo una relación de amistad muy cercana con la familia Flores.

Y, finalmente, llegó Candela Tiffón, el gran amor de su vida. Una joven discreta y publicitaria, hija del responsable de la Feria de Muestras de Barcelona, que lo atrapó para siempre. Se casaron en 1978 en una ceremonia privada, lejos de los flashes, y desde entonces han compartido alegrías y momentos difíciles, como cuando Serrat sufrió un infarto y fue diagnosticado con cáncer. Juntos tuvieron a sus dos hijas, María y Candela, quienes han seguido sus propios caminos, María en Australia con su familia y Candela, quien se convirtió en actriz, casada con Daniel Muriel y madre de dos hijos.

Serrat, con su particular estilo poético, resumió lo que Candela significaba para él en una de sus canciones: «La mujer que yo quiero, me ató a su yunta, para sembrar la tierra de punta a punta». Aunque no fue su primer amor, sí fue su gran amor. Hoy, más de cuatro décadas después, sigue a su lado, acompañándole en cada paso, desde los momentos íntimos hasta los grandes reconocimientos como el que recibirá en Oviedo.