Aitana Bonmatí, la campeona que lleva el apellido de su madre

Es ambiciosa, comprometida y su éxito se basa en la cultura del esfuerzo. Ha ganado todos los títulos con el FC Barcelona y en el verano de 2023 se proclamó campeona del mundo con la selección. Bebe té matcha y le gusta el pastel de limón, y compra el pan en su pueblo a diario, pero de su vida íntima apenas da detalles.

Lucha

Aitana Bonmatí Conca tiene muy claro qué legado quiere dejar dentro y fuera del terreno de juego. Durante sus primeros 16 meses de vida llevó los dos apellidos maternos, porque así lo decidieron sus padres, pues la legislación española impedía poner primero el de la madre y de segundo el del padre. Hasta que en 1999 se cambió la ley y en 2000 sus padres ya le pusieron primero el apellido materno y de segundo el paterno. Su lucha fue tal que llegaron a la televisión. En 1999, la madre de la futbolista apareció en el espacio Bon día Catalunya, donde contó su historia y reivindicó su caso.

Creció siendo una niña que jugaba al futbol en el patio del colegio con los niños. A los 13 años los ojeadores de la cantera del Fútbol Club Barcelona la invitaron a incorporarse a La Masía azulgrana, donde empezó a entrenar por primera vez con chicas en el equipo Juvenil-Cadete. Fue a final de la temporada 2015-2016 cuando fue ascendida al primer equipo del F.C. Y hasta hoy celebrando triiunfos.

Hermética

Con su vida personal es hermética a pesar de ser un referente deportivo y social.

Muchos rumores la han relacionado con alguna compañera de equipo. La primera de ellas fue Laia Codina, jugadora del Arsenal, después de un viaje que realizaron juntas a Milán en 2022. También, se le relacionó con su compañero de club, Pedri. Aunque no hay nada oficial al respecto de su vida privada.

Hija de profesores de Lengua y Literatura Catalana , -filólogos de formación-, la deportista que ha estudiado Ciencias del Deporte y Máster en Gestión deportiva reconoce que la lectura forma parte de su vida cotidiana.

Comprometida

Mantiene un firme compromiso con las causas sociales. Como Embajadora de ACNUR , busca mejorar la vida de los desfavorecidos y siempre que tiene ocasión da visibilidad a la situación de los más vulnerables. Le apasiona la música catalana, toca la guitarra, viaja y vive con su gente de siempre que le hacer vivir «con los pies en la tierra», tal y como confesó en una entrevista para Vogue.