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La emoción del Rey Simeón de Bulgaria al recordar a su padre: «La gratitud es lo más noble que hay»
El Rey de los Búlgaros asistió a la presentación del libro El jardín de Bulgaria, de Sophie Bejarano de Goldberg, que ensalza la labor de Boris III, gran apoyo de los judíos en la Segunda Guerra Mundial
«La gratitud es lo más noble que hay; además la gratitud escasea hoy en día, y oír algo así es muy emocionante, tremendamente emocionante. Voy a tratar de transmitirlo a todos nuestros compatriotas», confiesa con un nudo en la garganta y la voz entrecortada el Rey Simeón de Bulgaria al El Debate tras escuchar las bellísimas palabras de agradecimiento pronunciadas por Sophie Bejarano de Goldberg, la autora del libro El Jardín de Bulgaria, editado por la Editorial Nagrela, durante su presentación.
Una novela inspirada en hechos reales donde se rinde homenaje a la figura del Rey Boris III, padre del Rey Simeón, por su papel histórico como salvador de los judíos búlgaros frente a los nazis. «Mi padre y mis abuelos fueron salvados por la valentía del pueblo búlgaro bajo el liderazgo de su padre, el Rey Boris III, un gran hombre que sigue inspirando», explicó la autora al comenzar su discurso.
El Rey de Bulgaria, que vive a caballo entre Bulgaria y en España, vivió un momento de enorme emoción cuando asistió a la cita para presentar el libro en La Casa de México de Madrid, acompañado por su mujer, la Reina Margarita y por su hijo Konstantin, Príncipe de Vidin, con su esposa María García de la Rasilla.
Un sueño cumplido
Sophie Bejarano de Goldberg, de origen búlgaro que vive en México, subrayó el enorme agradecimiento de toda su familia hacia la Familia Real búlgara. Una historia de supervivencia tras la guerra mundial que se relata minuciosamente en su novela. La historia del no a Hitler de un pequeño país de los Balcanes.
La autora recuerda cómo su padre, quien casualmente tiene la misma edad que el Rey Simeón, y no pudo estar presente físicamente en este evento por razones de salud, le ha ido narrando desde que era una niña la preciosa historia de cómo, gracias al Rey Boris III, se salvó del Holocausto. Él y 50.000 judíos más de Bulgaria durante la Segunda Guerra Mundial no fueron entregados a los nazis porque Boris III, conocido como el rey pacifista, no firmó el decreto para entregarlos a Alemania. Un gesto que probablemente le costó la vida al propio Rey, quien falleció en 1943 a los pocos días tras una reunión con Hitler en el búnker de Rastenburg, Prusia oriental, en circunstancias extrañas, tras haber salvado la de muchos compatriotas.
Príncipe de Vidin
Entre esos judíos estaban sus abuelos y su propio padre Alberto, quien protagoniza esta novela que de forma pormenorizada cuenta la maravillosa historia de una familia a través de la mirada de un niño, una historia que es también la historia reciente de Bulgaria. «La novela me ha llegado al alma por varios motivos. La prosa es maravillosa», confesó el Príncipe de Vidin en su discurso de presentación, también visiblemente emocionado durante este encuentro. «Un libro que habla de mi abuelo, el Rey Boris, ensalzando su figura y su rol en la salvación de miles de judíos del Holocausto. Algo de lo que nos sentimos especialmente orgullosos en la familia y que, a nivel histórico, ha pasado más desapercibido de lo que cabría esperar», apuntó el cuarto hijo del Rey Simeón.
Quien añade, que «como bien relata el libro, sí se restringieron los derechos civiles y confiscaron propiedades a los judíos. Se mandó a bastantes a campos de trabajo, como al abuelo de la autora, pero no se deportaron fuera de Bulgaria y no se les exterminó, salvo aquéllos que pertenecían a los territorios reclamados por Bulgaria y recientemente devueltos, pero que estaban bajo gestión alemana. El Rey Boris III rechazó firmar el decreto que hubiera permitido la deportación de unos 55.000 judíos a Polonia y Alemania. Como además el pueblo en general y la Iglesia Ortodoxa estaban en contra, los nazis no se atrevieron a más».
«Soy la hija de un salvado y usted el hijo del salvador»
La autora -visiblemente emocionada desde el escenario- se dirigió al Rey Simeón, que estaba sentado en la primera fila, para darle las gracias con voz temblorosa. «Soy la hija de un salvado y usted, Rey Simeón, es el hijo del salvador». Fue un momento precioso, lleno de emoción, con los nervios a flor de piel. Imposible contener tantos buenos sentimientos en un instante. Todos los presentes en la sala rompieron en aplausos. «El ejemplo que ustedes dieron sigue vigente más que nunca hoy en día, porque hay quien, aún en los tiempos más oscuros, elige la bondad y la esperanza», resaltó Sophia. «Gracias en nombre de todas las generaciones que existimos gracias a la valentía de su padre y su familia asumieron en un tiempo que en que era un bien escaso».
Sophie reconoció también que durante toda su vida había soñado con este momento, con poder conocer algún día a los Reyes de Bulgaria. Y ese sueño se cumplió este martes, a media tarde en Madrid. En una sala de la segunda planta de la Casa de México que se quedo pequeña y con los Reyes de Bulgaria sentados en primera fila escuchando las bonitas palabras que se dijeron durante la presentación de la obra. Una novela que narra el desgarro de un pequeño de 6 años que asume bajo sus hombros la difícil tarea de ser el responsable de su propia familia en tiempos de guerra. La misma edad en la que Simeón de Bulgaria pierde también a su padre.
Una novela llena de vidas paralelas y de detalles históricos que llevan al lector a ese lugar y a esa época sin esfuerzo a través de la literatura. Una novela que narra cómo en un bosque a orillas del Mar Negro, -el parque da nombre al libro-, el pequeño Alberto soñaba con ser director de orquesta. Un parque en Varna lleno de momentos felices donde aprendió a caminar, vio su primera película y se enamoro de la música clásica.
Una misión
El Jardín de Bulgaria tiene una misión, en palabras de su autora. «La misión de que la historia del pueblo búlgaro se conozca a través de la historia de mi familia». Una historia conmovedora y dedicada a los que desaparecieron y a los que sobrevivieron. El relato de cómo al salvar a una persona se salvan generaciones enteras.
Una historia de amor salpicada por el aroma de rosas de Bulgaria. El aroma de la abuela de la autora, la abuela de la resistencia «que aún perdura en el recuerdo y en el alma» de esta contadora de historias. Sobrevivir para vivir, una gran lección en forma de libro.