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Genoveva Casanova, en una imagen de archivoGTRES

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Los orígenes de Genoveva Casanova, la mexicana que conquistó al hijo predilecto de la Duquesa de Alba

Este viernes cumple años Genoveva Casanova, la mexicana que estuvo casada con Cayetano, el hijo de la fallecida Duquesa de Alba

Genoveva Casanova celebra este viernes 48 años de una vida digna de una novela. Nacida el 8 de noviembre de 1976 en Ciudad de México, Genoveva es hija de Larry Casanova, un reconocido adiestrador de animales, y de Mariana González-Reimann, quien le legó raíces danesas a través de su abuela Lykke Reimann Nyeboe, descendiente del naviero danés Arnold Eugen Reimann.

Aunque su corazón sigue siendo mexicano, este trasfondo le aporta un aire cosmopolita y un toque internacional que se percibe en cada paso que da.

Sevilla

El destino quiso que en el año 2000, mientras cursaba estudios de Filosofía y Letras, llegara a Sevilla en un intercambio académico. Lo que comenzó como una estancia temporal se transformó en un giro radical de su vida: allí conoció a Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la célebre Duquesa de Alba. La relación floreció, y en 2001 nacieron sus mellizos, Luis y Amina, quienes la consolidaron como madre y la acercaron profundamente a la familia Alba. Para 2005, Genoveva y Cayetano celebraron su unión en una boda de ensueño en el Palacio de las Dueñas, y Genoveva asumió el título de condesa de Salvatierra. Sin embargo, como en toda buena historia, también hubo altibajos, y la pareja decidió separarse en 2007, aunque siempre mantienen un vínculo cordial por el bienestar de sus hijos.

A pesar de la separación, uno de los vínculos más sólidos de Genoveva fue, precisamente, con la inolvidable Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, con quien desarrolló una relación de respeto y cariño profundo, llegando a verla como «una segunda madre». «Para mí, ella fue una segunda madre porque me tocó desde muy jovencita. Me formó mucho, me enseñó tantas cosas, y lo hizo con amor y disciplina», compartió Genoveva en una entrevista, resaltando los años en los que la duquesa la guio y apoyó incondicionalmente.

Lal duquesa de Alba y Genoveva en 2006©Korpa

La pérdida de Cayetana fue un golpe duro, y Genoveva lo ha expresado en varias ocasiones, recordando cómo «me quisiste siempre casi como a una hija más, pasara lo que pasara. «Hasta el día que te fuiste siempre me sujetaste de la mano», dijo. En redes sociales, en el noveno aniversario de su fallecimiento, le dedicó un mensaje conmovedor: «Te echo tanto de menos… tu cariño, tu sentido del humor, tu forma tan maternal de preocuparte y de cuidarnos… cómo quisiera que no te hubieras ido. Aunque a veces aún te siento aquí junto a mí».

Federico X

Sin embargo, la vida de Genoveva también ha estado marcada por momentos de notoriedad mediática. En 2023, fue fotografiada en Madrid junto al príncipe Federico de Dinamarca, lo que desató una ola de rumores en la prensa debido a que el príncipe está casado con la princesa Mary de Dinamarca. Genoveva rápidamente desmintió estos rumores, asegurando que ambos solo compartían una amistad. Pese a ello, la atención mediática fue intensa, y Genoveva decidió refugiarse por un tiempo en San Sebastián y Londres, en compañía de sus hijos. Allí encontró tranquilidad en el histórico Palacio de Arbaizenea, propiedad de su exmarido, Cayetano Martínez de Irujo, donde se dedicó a recuperar la paz y a reflexionar lejos del bullicio.

Para este 2024, Genoveva ha vuelto a la vida pública con renovada energía, aceptando el reto de participar en el programa «El Desafío», una experiencia televisiva en la que comparte pantalla con figuras como Victoria Federica y Susi Caramelo. Este regreso también incluyó unas vacaciones en Maldivas y Sri Lanka, un viaje que, según ella, fue una experiencia de conexión y disfrute. En redes sociales, Genoveva ha compartido imágenes de buceo en las aguas cristalinas y de safaris, mostrando una faceta aventurera que equilibra con su vida familiar y profesional.

Delicada salud

En julio de 2023, Genoveva enfrentó uno de los desafíos más serios de su vida al sufrir un tromboembolismo pulmonar que dejó cicatrices no solo en su cuerpo, sino en su perspectiva de la vida. El diagnóstico fue tan inesperado como impactante: un infarto pulmonar, un derrame y daño en un ventrículo del corazón, lo cual requirió ocho días de hospitalización en Madrid.

Al recibir el alta, inició una recuperación lenta y reflexiva desde su hogar, donde compartió con sus seguidores una mezcla de vulnerabilidad y gratitud. En una publicación, mostró una foto tomada en el hospital y otra paseando por el Retiro, y acompañó ambas imágenes con un mensaje de profundo agradecimiento hacia el equipo médico y sus seres queridos, quienes le recordaron cuán valiosa es cada pequeña oportunidad de respirar libremente. «Gracias por esta segunda oportunidad de estar aquí», escribió, y añadió un llamado a cuidar la salud como un tesoro, recordando que, al final, la vida misma es el bien más preciado y el regalo más frágil.