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Las Brisas Acapulco, en Riviera Diamante (México)

Las Brisas Acapulco, el hotel en el que durmió Luis Miguel en el regreso a su paraíso mexicano

El artista de voz aterciopelada viajó a la ciudad que fuera su hogar en los años 90 y principios del 2000 para dar dos conciertos en el Arena de Riviera Diamante

Las trompetas de los mariachis y sus sonrisas contagiosas dan la bienvenida a los clientes del hotel Las Brisas Acapulco, mientras degustan una margarita con doble de tequila para asimilar que lo que están viviendo es un sueño muy real. Acapulco emerge como la joya del Pacífico mexicano, con sus playas paradisíacas, el calor de sus gentes y el lujo que se respira en este hotel teñido de blanco y rosa. También es el puerto tropical que ocupa un lugar predilecto en el corazón de Luis Miguel. El Sol de México regresó a la ciudad que fue su casa, donde pasó tantas noches de juventud y desenfreno bailando en la mítica discoteca Baby’O. El cantante aterrizó el jueves 14 de noviembre en Acapulco para dar dos conciertos en el Arena GNP Seguros, propiedad del grupo Mundo Imperial, y ubicada en la Riviera Diamante, como parte de su gira 2023-2024.

Luis Miguel eligió Las Brisas Acapulco para alojarse sus dos primeras noches. El hotel se erige sobre un enorme terreno de más de 16 hectáreas de colinas, cubiertas con jardines de hibiscos y con unas vistas impresionantes a la bahía. Construido en 1954 por el empresario español Juan March, se proyectó como una colonia de pequeños chalets. Para diseñar el complejo eligió al arquitecto Jorge Madrigal Solchaga, quien se inspiró en la arquitectura doméstica californiana de la época, adaptada al terreno escarpado. Al caer la noche, las luces de las villas dibujan una silueta con forma de árbol de Navidad, que se divisa desde el lado opuesto.

Las Brisas Acapulco, en Riviera Diamante

Tras varias ampliaciones, hoy es un precioso complejo propiedad del Grupo hotelero Brisas, compuesto por 204 casitas con piscina y 47 suites, que ofrecen una gran intimidad. Madrigal diseñó cada villa para que sus huéspedes no pudiesen ser vistos o fotografiados por nadie, convirtiéndolo en el paraíso blindado de las estrellas. Distribuidas en cinco niveles, Luis Miguel se alojó en El Fuerte, en una de las casitas con mejores vistas y dos piscinas privadas. Como ídolo impertérrito hizo algunas curiosas peticiones.

Sus caprichos

Según ha podido saber El Debate, reservó 7 villas para acomodar a su equipo de seguridad, aunque el hotel, por cortesía, le cedió las otras 7 que componen la zona para garantizarle la mayor privacidad. Luis Miguel pidió flores blancas, la temperatura de la piscina a 34 grados, la presión de la ducha a 125 y todas las ventanas cubiertas con una película opaca para que no entrase la luz. Incluso se tapó la claraboya de la ducha. Para beber se le sirvió agua de la marca Fiji, Electrolit con sabor a coco y de aperitivo, unas nueces. Colocaron algunas botellas de vino tinto. Llegó con su nana, de unos 70 años, que se encarga de cuidar su vestuario y asesorarle, y su amplio equipo de seguridad privada. Y ¿su novia Paloma Cuevas? Ni rastro de ella en Acapulco. Todo apunta a que la cordobesa no le acompaña en su gira mexicana.

Bien es cierto que Luis Miguel accedió a su habitación en su furgón privado y no se dejó ver por el hotel durante los dos días en los que estuvo alojado, ya que durante el fin de semana (los conciertos fueron el sábado 16 y domingo 17) se trasladó a una de las villas del complejo Tres Vidas, en la carretera a Barra Vieja.

Recordemos que el servicio del hotel Las Brisas incluye para todos los clientes un desayuno en la habitación compuesto por café y una selección de panes dulces. Aunque cuenta también con el romántico restaurante Bellavista especializado en alta gastronomía, Luis Miguel optó por cenar fuera del complejo.

La habitación en la que durmió Luis Miguel en Las Brisas Acapulco

La primera noche el cantante se dejó ver en el restaurante Carmenere, donde cuenta con un reservado para él y celebró su cumpleaños en 2019. El despliegue de seguridad era inmenso con 10 miembros de Policía del Estado, algunos con uniforme y otros de paisano, más los agentes de su seguridad privada. A la salida, le esperaban varios centenares de fans. Desde su furgón negro les saludó con la mano, puesto que él nunca se acerca ni permite que se tomen selfis con él. La noche del jueves cenó en el japonés Suntory, con tres amigos de Ciudad de México.

Luis Miguel y su equipo de seguridadGTRES

Luis Miguel tampoco pisó el club privado de playa La Concha, dentro del hotel Las Brisas. Un oasis con una piscina de agua dulce y otra salada, donde se pueden practicar diversos deportes acuáticos. Cuenta con el restaurante La Concha, con especialidades del mar. En la decoración del club y el hotel reinan las franjas rosas y blancas presentes en las sombrillas, las toallas, las paredes o la recepción. También en los icónicos jeeps, bautizados con nombres de celebrities, para trasladar a los clientes.

Club de playa La Concha, en Las Brisas

El binomio lujo y privacidad atrajo a este hotel a numerosos rostros conocidos como Elizabeth Taylor, Mick Jagger, Jackie Kennedy, John Lennon o la tripulación del Apolo 11. Las huellas de las manos de sus ilustres huéspedes decoran las paredes.

Las Brisas también ha sido fuente de inspiración para cantantes como Ringo Starr que compuso un tema que lleva el mismo nombre del hotel en el que se alojó durante sus estancias en Acapulco. «Oh, las brisas, yo te amo, oh, penumbra», canta en español. Sin duda, un enclave para amar y ser amado.