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Violación y eliminación de pruebas: Marius Borg queda en libertad tras una semana en prisión preventiva
Marius Borg se enfrenta a una crisis de credibilidad e imagen pública de la que le costará recuperarse de confirmarse las acusaciones
Marius Borg sigue siendo el principal quebradero de cabeza de la Princesa Mette-Marit. Si no tuviera suficiente con tener que vivir con la fibrosis pulmonar crónica, la enfermedad progresiva que causa daño a los pulmones y le dificulta respirar, ahora tiene que hacer frente a las adicciones de su hijo. El apodado por la prensa del país como el hijo díscolo de la nobleza siempre ha estado en el punto de mira por sus continúas polémicas.
De hecho, el 'Príncipe' se encuentra ahora en prisión preventiva acusado de violar a dos mujeres. Permanece a la espera de juicio y, mientras continúan las investigaciones, sin posibilidad de recibir visitas ni contacto del exterior, está en el centro penitenciario ubicado en Gronland –un barrio al este de la capital de Noruega– y tiene capacidad para 243 hombres.
A las dos acusaciones, se suma la aparición en su teléfono móvil de un vídeo sobre la presunta agresión, según encontró la policía, tal y como recogen varios medios noruegos como el periódico Vg.no. El caso también ha saltado a las redes sociales donde se acaba de viralizar un vídeo en el que el joven de 27 años burlándose de su ex. «¿Cómo rompiste con tu última novia?», se lee en un mensaje, a lo que Marius responde, sentado en una butaca, con cara de indolente y escenificando un tortazo mientras se ríe con burla.
La imputación de Marius hace referencia, según la policía, a un caso de infracción del código penal por mantener relaciones sexuales con alguien que se encuentra inconsciente o que por otros motivos no puede oponerse al acto. El juez aceptó parcialmente la petición de cárcel, ya que en lugar de las dos semanas que pedía la fiscalía, decretó solo una.
El vídeo ha provocado una conmoción estrepitosa en Noruega, mientras la familia real noruega intenta acallar la mala prensa y la falta de dignidad a la que se asocia a Marius Borg. Sobre todo después de que la policía asegure que, en el curso de la investigación, han descubierto que su teléfono ha sido manipulado.
Las autoridades consideran que Borg habría intentado borrar información de uno de los tres móviles que le han registrado. Uno de esos dispositivos se trata de un iPhone, concretamente el último modelo que ha salido al mercado y que cuenta con la función de borrar datos de forma remota. En caso de haberlo hecho, la policía no tendría manera de encontrar pruebas que le relacionasen con sus acusaciones.
El colmo llegó el pasado mes de agosto cuando fue detenido por agredir presuntamente a una mujer a la que provocó una grave conmoción cerebral. La detención desencadenó una oleada de críticas que se volvieron más potentes cuando el afectado confesó que atribuía los daños corporales a estar «intoxicado con alcohol y cocaína».
«Tengo varias enfermedades mentales que hacen que a lo largo de mi infancia y mi vida adulta haya tenido y siga teniendo problemas. He luchado contra el abuso de sustancias durante mucho tiempo, por lo que he estado en tratamiento anteriormente. Ahora retomaré este tratamiento t me lo tomaré muy en serio», explicó.
Y dicho y hecho. El joven ingresó en una clínica de desintoxicación londinense en compañía de Haakon de Noruega. Aunque no es su padre biológico, él lo considera como tal. A los pocos días se unió también Mette-Marit