El deseo cumplido de Hortensia Herrero, la vicepresidenta de Mercadona

En el corazón del casco histórico de Valencia, el majestuoso Palacio Valeriola es hoy un lugar de arte, historia y renovación.

Este edificio barroco del siglo XVII se ha convertido en el Centro de Arte Hortensia Herrero, un proyecto que nació de la pasión de una de las mujeres más influyentes de España, Hortensia Herrero, que ha transformado no solo el espacio físico, sino también el panorama cultural de la ciudad.

Según Forbes, Herrero ocupa el puesto número 15 en la lista de personas más ricas de España y la segunda en la Comunidad Valenciana, después de su marido, Juan Roig. Posee el 27% de las acciones de Mercadona, un porcentaje que sustenta su patrimonio valorado en más de 2.200 millones de euros.

A pesar de su éxito en los negocios, su corazón siempre ha estado vinculado al arte. Este vínculo culminó en la creación del CAHH, un proyecto ambicioso que le llevó más de siete años y una inversión de 40 millones de euros, según detalló en entrevistas a medios como Tendencias de Arte. «Uno de los objetivos que tiene mi Fundación es velar por el patrimonio de la ciudad, sacar a la luz la belleza de edificios que son nuestra historia y están en ruinas», comentó emocionada durante la inauguración.

El Palacio Valeriola, que resume la historia de Valencia desde la época romana hasta la cristiana, estaba en ruinas cuando Herrero decidió intervenir. La restauración fue llevada a cabo por el estudio ERRE Arquitectura, que no solo rescató los elementos originales del edificio, sino que también descubrió vestigios del antiguo circo romano en su subsuelo. Amparo Roig, una de las arquitectas responsables, afirmó: «Desde el inicio buscamos recuperar el carácter original del edificio, consolidando los elementos más deteriorados. Esto no hubiera sido posible sin la visión y el compromiso de Hortensia Herrero».

Con mucho arte

El CAHH, con sus 3.500 metros cuadrados, alberga la colección privada de Herrero, una muestra de obras cuidadosamente seleccionadas con la asesoría de Javier Molins, doctor en Bellas Artes y exdirector de la Galería Marlborough de Madrid. La colección incluye trabajos de unos 50 artistas, muchos de ellos adquiridos en galerías valencianas gracias a iniciativas como Abierto València. Molins recuerda que Herrero, inspirada por una filosofía más anglosajona, quería que el arte estuviera al servicio de los ciudadanos: «Le planteé la posibilidad de llevar a Valencia a los mejores artistas del mundo, y ella no dudó en apostar por esta visión». Desde su apertura, el centro ha atraído a más de 200.000 visitantes, consolidándose como un referente cultural. Además de exposiciones permanentes, organiza actividades como conciertos de villancicos y cuentacuentos, reforzando su papel como un espacio vivo y accesible para toda la comunidad.

Como ella misma expresó: «Siento que estoy devolviendo a mi ciudad parte de lo que me ha dado. Este centro es un regalo para Valencia y para todos los que quieran disfrutarlo».

El impacto social de esta mecenas valenciana no se limita al arte. Su Fundación también destina recursos a proyectos de ayuda y reconstrucción, como los cuatro millones de euros que recientemente donó a los afectados por la DANA que golpeó la provincia de Valencia.