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Mario Vargas Llosa, a la entrada de lo que fue el bar de La CatedralREDES SOCIALES

Vargas Llosa regresa al histórico bar que inspiró una de sus novelas

El escritor reparte su tiempo entre España y Perú, disfrutando de una vida tranquila junto a Patricia Llosa y sus hijos

Se cumplen 14 años del día en que Mario Vargas Llosa recibió el Premio Nobel de Literatura, un merecido galardón que respaldó su excelsa trayectoria literaria. Fue en octubre de 2010 cuando el mundo supo que el escritor peruano sería premiado, y el 10 de diciembre de ese año, en Estocolmo, dedicó su discurso a su entonces esposa, Patricia Llosa, con palabras que capturaron la importancia de su apoyo: «Sin ella, mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico».

Con una carrera repleta de obras icónicas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral o La tía Julia y el escribidor, el escritor deja un legado literario que sigue inspirando a generaciones. Hoy, con 88 años, ha adaptado su vida a un ritmo más tranquilo pero no menos significativo, repartiendo su tiempo entre España y Perú rodeado de su familia.

Uno de los últimos momentos más simbólicos que ha vivido este año fue su visita al antiguo bar La Catedral en Lima, el escenario que inspiró una de sus obras más importantes, Conversación en La Catedral.

Acompañado por su hijo Álvaro, Vargas Llosa recreó una fotografía tomada hace más de 50 años en la que aparece frente al bar, cigarrillo en mano, durante su juventud. Sin embargo, el bar ya no existe; lo que queda es un terreno abandonado con grafitis en la fachada. A pesar de ello, el escritor volvió a ese lugar cargado de historia personal y literaria, en busca de los fantasmas de sus personajes. «55 años después, busca los fantasmas de Zavalita y el zambo Ambrosio», escribió Álvaro en sus redes sociales, refiriéndose a los protagonistas de la novela.

En una entrevista con El País, Álvaro Vargas Llosa explicó cómo estos paseos buscan mantener viva la conexión de su padre con sus obras y recuerdos. «Cuando estoy en Lima con mi padre, solemos hacer paseos discretos a algunos escenarios emblemáticos de sus novelas. Buscamos momentos en que haya poca gente, porque su avanzada edad hace que la atención de muchas personas pueda ser abrumadora para él», señaló. Este gesto demuestra el cariño y el cuidado que la familia tiene para preservar su bienestar y, al mismo tiempo, mantenerlo cerca de lo que lo define como escritor.

Mario Vargas Llosa en Madrid este veranoGTRES

Lo cierto es que el fin de su relación con Isabel Preysler marcó un cambio importante en su vida personal, propiciando un acercamiento con su exesposa Patricia Llosa y sus tres hijos –Álvaro, Gonzalo y Morgana–. Patricia, quien compartió más de cinco décadas de matrimonio con el escritor, volvió a ser una figura central en su vida, acompañándolo en momentos significativos. Uno de ellos fue la función privada de teatro en Lima, donde se presentó la adaptación de su novela ¿Quién mató a Palomino Molero? Organizado por Patricia, este evento íntimo permitió a Vargas Llosa disfrutar de su obra en un ambiente familiar, rodeado de sus hijos y nietas.

En sus declaraciones a los medios, Álvaro Vargas Llosa habló sobre la salud de su padre para despejar los rumores sobre un supuesto deterioro: «Mi padre está estable, de buen ánimo y mantiene una vida intelectual y familiar activa. Aunque tiene casi 89 años y ha reducido el ritmo de sus actividades, eso no significa que haya dejado de tenerlas». Estas palabras surgieron el pasado mes de octubre tras su ausencia en la tradicional celebración de su Cátedra, que desde hace varios años tiene lugar en la finca El Jaral de la Mira, propiedad del cocinero Mario Sandoval y sus hermanos. A pesar de haber limitado sus apariciones públicas, Mario sigue exprimiendo la vida.