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Carlos PiñeiroCortesía para ED

Carlos Piñeiro Franco, líder de Multiópticas: así era su discreta vida en la ciudad de cristal

Empresario de tercera generación, falleció a los 58 años en La Coruña, donde vivía con Paz, el amor de su vida

Puso delante de los focos, posando con las gafas más modernas y de diseño que él creó, tanto a Isabel Preysler, como a su hija Tamara, a Victoria Federica Marichalar y a Eugenia Silva, por citar sólo a algunas de sus grandes embajadoras más recientes. Pero su vida era tan discreta como famosa era su empresa. Porque Carlos Piñeiro era una persona de poca ostentación.

El presidente de Multiópticas fallecía el pasado sábado 4 de enero en La Coruña a los 58 años. Era propietario de la histórica Óptica Americana, situada en la avenida principal de la ciudad, en el Cantón Grande, donde el empresario también vivía y tenía su despacho.

«Bueno en todo»

«Era un gran empresario, un visionario y una gran persona. Salía de vinos, iba al Náutico, le gustaba el restaurante El Cannibal... Era muy discreto pero no se escondía. Y era, sobre todo bueno, lo que se dice un hombre bueno en todo: como padre, como hijo, como marido, como amigo... No hablaba mal de nadie», explica una muy buena amiga de la familia a El Debate. Una amiga que destaca por encima de todo «que él no quería morirse y que luchó con todas sus fuerzas hasta el último suspiro. El amor de su familia, que le cuidaba y le mimaba en todo momento, y el amor de sus amigos le daban vida. Era una persona admirable».

Salud delicada

Carlos Piñeiro murió de una larga enfermedad que padecía desde hacía 30 años. Su viuda, Paz, el amor de su vida, y sus dos hijas recibían el pésame el pasado martes, 7 de enero, en la iglesia coruñesa de San Jorge. Una iglesia cercana a plaza de María Pita, que estaba abarrotada de amigos y familiares que quisieron acercarse para dar el último y sentido adiós a un empresario «muy discreto y muy trabajador».

Viajar y estar con su familia le ocupaban gran parte de su tiempo cuando no estaba trabajando. Hacía deporte de entrenamiento a diario. Vivió siempre muy enamorado de su mujer y pendiente de sus padres, de 93 años. Unos padres que están, como es lógico, en estado de shock. Era hijo único. Ejemplo de lucha y de ganas de vivir, peleaba con todas sus armas contra el cáncer que padecía. «Su muerte era una muerte anunciada. Pero él no se resignó nunca; era plenamente consciente de su situación». Hasta el último segundo vivió feliz, abrazado y atado a la vida.

Inteligente

«Muy inteligente y dotado con el sentido del humor que da la inteligencia», comenta amablemente la amiga de la familia a El Debate. «Le gustaban el mar y la playa; su padre es de Ortigueira y su mujer de Carnota». Dos lugares bellísimos de la costa gallega que frecuentaba en verano. Le gustaba mucho leer, también. Su matrimonio era impecable. «Ella (su mujer, Paz) está entera; pero rota», comenta su amiga. Todo el peso familiar cae ahora sobre su espalda. En la familia son una piña.

Isabel Preysler, imagen publicitaria en la campaña de MóIG

«Su carácter ejemplar, definido por valores como la integridad, la humanidad y la profesionalidad, dejó una huella imborrable tanto en la organización como en todas las personas que tuvieron el privilegio de trabajar a su lado», aseguran desde Multiópticas. «Siempre se van los mejores», apunta la amiga de la familia a El Debate.

Eugenia Silva, imagen de MóGTRES

Su memoria

«Su memoria seguirá viva en cada paso que se dé hacia un futuro más prometedor», señalan desde la empresa en una nota de prensa. Comunicado en el que destacan la trayectoria como socio, consejero y presidente de la compañía, explicando que «dejó un legado imborrable en Multiópticas y en el grupo Americana».

Cartel de Victoria Federica de Marichalar para la campaña de la firma « Mó de Multiópticas »GTRES

«Su labor fue clave en la modernización de la imagen de compañía, en el lanzamiento de la marca Mó, en el desarrollo de una estructura organizativa robusta, en el fortalecimiento del compromiso social a través de Fundación Multiópticas, y en la promoción de la innovación tecnológica y en la evolución del modelo de negocio. Estas contribuciones dejaron un impacto significativo, sentando las bases para el ambicioso plan de expansión internacional que hoy constituye la prioridad estratégica de la organización», añaden en el comunicado.

La Fundación

Más allá de los éxitos financieros, su papel como persona comprometida con los más vulnerables fue muy relevante.

La Fundación Multiópticas, que creó para ayudar a los demás, nació para iluminar los ojos de las personas más desfavorecidas. Una Fundación que puso luz en los lugares más oscuros repartiendo casi 200.000 gafas entre los más necesitados alrededor del mundo.