El posado del Rey Juan Carlos con su familia en Abu Dabi para celebrar su cumpleaños

El domingo 5 de enero fue un día muy especial para Juan Carlos I, que celebró sus 87 años en Abu Dhabi, donde vive desde agosto de 2020. En esta ocasión, estuvo rodeado de una treintena de amigos y de su familia más cercana. La Infanta Elena, con sus hijos Victoria Federica y Felipe, no faltaron, al igual que la Infanta Cristina y sus hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin. Lo más destacado fue la presencia de las parejas de varios de sus nietos: Johanna Zott, la novia de Pablo; Olympia Beracasa, la pareja de Miguel; y Juan Urquijo, novio de Irene. Fue una reunión familiar muy especial, aunque no todos los nietos pudieron estar allí. La Princesa Leonor, que estaba a punto de embarcarse en el Juan Sebastián Elcano, y la Infanta Sofía, que pronto regresaba a su internado en Gales, no pudieron asistir, dejando un vacío. A pesar de estas ausencias, el ambiente fue cálido, lleno de amor y complicidad, reflejando el cariño que une a todos los presentes.

Gracias a la revista ¡Hola!, que publicó este miércoles una crónica escrita por Laurence Debray, biógrafa de Juan Carlos, pudimos conocer más detalles sobre la fiesta. Aunque el cumpleaños no fue tan ostentoso como algunos esperaban, resultó ser mucho más entrañable que lujosa. Entre los invitados, destacaron la embajadora de Estados Unidos en los Emiratos, Martina Strong, y el embajador de Portugal, entre otros.

El cumpleaños de Juan Carlos I fue una celebración de dos días que comenzó el 4 de enero, con una cena tan cálida como divertida, y culminó el 5 con una fiesta deslumbrante, llena de sorpresas que dejaron a todos boquiabiertos. La primera noche, como un aperitivo de lo que estaba por venir, fue un preludio perfecto. La cena, relajada e informal, se celebró en un restaurante chino del lujoso Emirates Palace de Abu Dhabi. Allí, el padre de Felipe VI recibió su pastel con una vela, y como no podía ser de otra manera, todos le cantaron el tradicional «Cumpleaños feliz». Las hijas y los nietos se acercaron para darle besos y abrazos con mucho cariño, y todo quedó reflejado en las entrañables fotos que publica el citado medio. El toque especial lo puso un invitado muy peculiar: el mago Drummond Money-Coutts, un miembro de la ilustre familia británica de banqueros.

500 drones

Pero verdadero despliegue de magia tuvo lugar al día siguiente, el 5 domingo de enero, cuando todos se reunieron de nuevo, esta vez con una puesta en escena más formal. A las 20:00 horas, los invitados se acomodaron en mesas decoradas con gusto a orillas de la playa. Don Juan Carlos, vestido con chaqueta azul y camisa blanca, estaba en la primera mesa junto a Martina Strong, mientras los demás, elegantemente engalanados, disfrutaban del ambiente relajado. Uno de los momentos más impresionantes de la noche fue cuando 500 drones iluminaron el cielo al ritmo de la música de Paco de Lucía. Las figuras que crearon cambiaban de colores y formas: primero la bandera de España, luego la corona, la fecha de nacimiento de Juan Carlos I, y su rostro en diferentes etapas de su vida. El momento más sorprendente fue cuando apareció el rostro del jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan junto al suyo, seguido de un mensaje que decía: «Gracias, Su Majestad». Para finalizar, una lluvia de drones iluminó la playa, un espectacular regalo del jeque.

La fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada, pero como cuenta Laurence, el cumpleañero se retiró poco después de la medianoche. Pero Juan Carlos I llevaba una pena silenciosa que prefería no mostrar. La ausencia de su hijo, Felipe VI, dejaba un vacío que, aunque no lo expresara, se sentía claramente. Según Laurence Debray, aunque estaba rodeado de su familia, la falta de su hijo mayor contrastaba con la alegría del día. También echó de menos a su hermana, Margarita de Borbón. En el reportaje no se menciona a la Reina Sofía, pero como era de esperar, no estuvo en la celebración.