
El director del Centro de Coordinación de Alertas del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón
La vida personal de Fernando Simón: del barrio de Madrid en el que vive a su mujer
El rostro que informaba de la pandemia en España se sienta, esta noche, en una entrevista con Jordi Évole
«Ha sido una almendra que me he comido». Esta inoportuna frase que salió de la boca de Fernando Simón, mientras tosía informando de la pandemia y los síntomas de virus, caracterizó a un personaje cuanto menos controvertido. El epidemiólogo de 61 años se convirtió en el rostro del covid en España y regresa, este domingo, al foco en el programa de Jordi Évole. Su papel como director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y su estilo caótico, con su melena rizada, cejas rebeldes y camisas nada a la moda, suscitaron muchos comentarios.
En su entrevista con Évole, Fernando Simón reflexiona sobre la peor cara de la política durante la crisis sanitaria: «Sí, barro, barro sucio». Revela que fue testigo de mentiras flagrantes y de cómo se tomaban acuerdos a puerta cerrada solo para luego desmentirlos públicamente.

Fernando Simón, en la entrevista que este domingo emitirá La Sexta
Cinco años después de todo lo ocurrido, Fernando Simón sigue trabajando en el Ministerio de Sanidad como director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, cargo que ocupa desde 2012. Sin embargo, ha preferido mantenerse alejado de los medios. Aunque ha hecho algunas apariciones en conferencias, su presencia en el foco público ha sido mucho más limitada. De hecho, tenía prevista una comparecencia para hablar sobre el impacto de la DANA en la Comunidad Valenciana, pero al estar de baja, fue María José Sierra quien presentó los datos en su lugar.
Sus raíces
Nació en una familia de médicos: su padre, Antonio, fue un psiquiatra reconocido y su abuelo veterinario. Sin embargo, su vocación por la medicina se fortaleció tras la pérdida de su madre, Mariluz, quien falleció de cáncer cuando él era niño. Este hecho marcó profundamente su vida y la de sus cinco hermanos.Desde joven, estuvo inmerso en un entorno que valoraba la excelencia académica. Estudió en el colegio Montearagón y luego se licenció en Medicina en la Universidad de Zaragoza. Aunque su formación era prometedora, pronto se dio cuenta de que quería algo diferente y decidió mudarse a África. En Burundi, trabajó como el único médico en un hospital que gestionaba 60 camas, lo que le permitió conocer de cerca la salud pública, un campo que le permitió aplicar su vocación médica de forma más amplia.
Después de Burundi, Simón continuó su carrera en Somalia y se especializó en Epidemiología en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, consolidando su trayectoria en la salud pública.

Fernando Simón, en la inauguración del Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, en Palma de Mallorca
En el amor le va bien. Está casado con María Romay-Barja, investigadora en Salud Pública en el Instituto de Salud Carlos III. María, doctora en Epidemiología, se especializa en Comportamiento en Salud y tiene experiencia trabajando en África, América Latina y España. Su relación comenzó en el pueblo natal de Simón, donde ella tenía familia, y aunque en ese entonces él estudiaba Medicina y ella Periodismo, con el tiempo María se especializó en salud, fortaleciendo su vínculo personal y profesional. Además, María es sobrina de José Manuel Romay Beccaría, exministro de Sanidad de España.
Juntos tienen tres hijos: Guille, Fefa y Marcos, que estudian Físicas, Filosofía e Ingeniería. La familia vive en el tranquilo barrio de Alameda de Osuna, en Madrid. A pesar de su intensa vida profesional, Fernando encuentra tiempo para sus pasiones. Desde joven ha practicado deportes, y a los 42 años descubrió la escalada, un deporte que le permite disfrutar de la naturaleza. También es aficionado a la vela, windsurf, surf y rugby, reflejando su espíritu aventurero.