El pelotazo del 'hacker' Chema Alonso: de Móstoles a la urbanización más cara de Madrid

Su marca personal se representa con algo tan atípico como desenfadado. Un gorro de lana de rayas, del que no se desprende ni para dar conferencias ni para estrechar la mano con Barack Obama o el Rey Felipe VI. Chema Alonso se siente cómodo bajo los focos. Se gusta y se pasea con seguridad por el Mobile World Congress. El conocido hacker de Telefónica no tiene ninguna necesidad de pasar desapercibido. Él mismo ha relatado que afronta la vida de forma desencorsetada y divertida. Un día se presentó en una charla de Simo, en Madrid, directamente llegado desde Baqueira, con su tabla de snowboard bajo el brazo y su ya famoso gorro. Nunca más se desprendió de él.

Nacido en Madrid en 1975, en el seno de una familia de Móstoles, pasó su infancia entre cómics de Marvel en el parque. Se formó en el instituto público Ana Ozores, hoy en día rebautizado como Juan Gris, y se sacó el título de Ingeniería Técnica de Sistemas en una cafetería. Posteriormente, se hizo con la Ingeniería Superior de Informática y el doctorado en la Universidad Rey Juan Carlos. Allí también recibió el doctor honoris causa.

Este joven de melena desaliñada, camiseta de algodón y estética heavy, llegó a Telefónica en mayo de 2016 de la mano de un encorbatado José María Álvarez-Pallete, quien fue cesado como presidente el pasado enero, después de casi nueve años al frente de la compañía. Chema Alonso aterrizó, como dicen los cursis, como un soplo de aire fresco, pero en realidad no dio buenos resultados. Le ficharon como experto en ciberseguridad y nunca se entendió muy bien por qué Telefónica tuvo que comprar la empresa de Alonso (Eleven Paths). Todo apunta a que le quedan las horas contadas en Telefónica.

La semana que viene está convocado un consejo extraordinario en el que se aprobará la propuesta de nombramiento de Emilio Gayo como nuevo consejero delegado y también, probablemente, el despido de Alonso, como chief digital officer.

Uno de sus fracasos más famosos ha sido Aura, un asistente de voz que no ha funcionado. Tampoco han triunfado Movistar Home, promovido por él, ni la cuarta plataforma, una herramienta de big data, ni el anuncio que hizo al llegar de su idea de obligar a WhatsApp, Facebook o Google a pagar por los datos que usaba de los clientes.

La carrera de Chema Alonso guarda ciertas similitudes con la de Iker Casillas, con el que comparte una buena amistad. Los dos se criaron en Móstoles y lograron conquistar la cima, estableciéndose en La Finca, la urbanización de Pozuelo de Alarcón, donde residen futbolistas, cantantes e importantes empresarios. El hacker tiene dos hijas (una del Atleti y otra del Real Madrid) , a las que lleva a patinar y respirar aire fresco en la Casa de Campo. No pierde el tiempo en la cocina, sus conocimientos no sobrepasan el huevo frito, aunque se declara un enamorado del cocido.

Además de con Casillas, se codea con otros famosos como David Summers, o Christian Gálvez, también nacido en Móstoles. Los cuatro compartieron mesa y mental en un restaurante de este municipio del suroeste de Madrid e inmortalizaron el encuentro con una foto compartida en redes sociales. Aunque Chema Alonso es más de Despistaos que de Hombres G.