Luis Felipe Fernández-Salvador, marqués de Lises: «Estoy muy agradecido al Rey Felipe que firmase mi título»

En verano, durante los Juegos Olímpicos, un chateau del elegante distrito del Marais parisino fue engullido por la selva amazónica. La Fundación Identidad Nacional, creada por el marqués de Lises, convirtió esa reliquia del siglo XVIII de un antiguo servidor del rey Sol, en la Casa Ecuador. Viandas, artesanía, música, folclore, naturaleza y en definitiva cultura iberoamericana, que aunque sea ancestral, es insuficientemente conocida, deslumbraron París. Allí, en la ciudad bañada por el Sena, la embajadora ecuatoriana en España, Wilma Andrade, coincidió con el marqués de Lises y le pidió que lo replicase en Madrid. Dicho y hecho, siete meses después España recibe a la primera Casa Ecuador, y digo primera porque nace con vocación de continuidad.

España, y concretamente Madrid, es la segunda ciudad del mundo en la que se abre la Casa de nuestros «hermanos iberoamericanos». De hecho, el marqués de Lises es criollo, sus raíces españolas proceden del País Vasco. El lugar escogido también ha sido un palacete neogótico, concretamente uno ubicado en la milla de oro madrileña, en el barrio de Salamanca, y durante la semana de Arco. «El arte es identidad y un latido que traspasa fronteras» me comenta el joven, 42 años, marqués de Lises. «Lo que hemos querido trasladar a Madrid es un trozo de Ecuador que sirva de puente entre España e Iberoamérica».

Las enormes rosas rojas ecuatorianas cubren las fachadas del palacio, «las hemos traído en avión y también en contenedores porque todo ha viajado desde Ecuador, también la plantación de bananos bañados en oro, los objetos decorativos como la réplica de la vasija de Palanda donde se encontró el cacao hace 5.500 años, telas, máscaras, camarones para los ceviches, bananos que llegaron de España 'al Nuevo Mundo' o las nueces de cacao porque en mi país se produce el 65 por ciento del cacao fino que se consume en el mundo. Somos la cuna y el origen del cacao».

Durante el día la efímera Casa Ecuador recibe a cientos de personas que disfrutan, gratuitamente, de la música, la artesanía y los platillos de alta gastronomía ecuatoriana. Al caer la tarde. El palacio se vuelve dorado, como el tesoro de los incas y el marqués, como un fabuloso Atahualpa del siglo XXI, cabellera recogida, botonadura de metales preciosos, sello con el escudo familiar e impecable traje de alpaca andina, recibe, a sus 80 selectos invitados, en la puerta.

En esta Casa Ecuador efímera, Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodonico, ha ofrecido seis cenas de gala a lo más granado y variopinto de la sociedad española e internacional, que estos días pasan por Madrid. Un menú de estrella Michelin dominado por el ceviche de camarón, chicharrones, arvejas, moles y maíz y todo bien regado con cava Gramona, guiño a España.

Los primeros invitados de la lista de honor de invitados convocados a disfrutar de este pequeño Ecuador, han sido los Reyes Felipe y Letizia, pero dado lo apretado de sus agendas, «me comunicaron que les resultaba imposible asistir. Espero que haya pronto otra ocasión. Yo le estoy muy agradecido al Rey Felipe que firmase la Real Carta de Sucesión como marqués de Lises el 3 de septiembre del año pasado.

Es un título que concedió el primer Rey Borbón, Felipe V, en 1745 y que yo llevo ahora con mucho orgullo». Sin embargo, Valeria Mazza, Sandra García-Sanjuán, Magali Yus, Yolanda Font, Marta Sánchez, Juan Peña, empresarios iberoamericanos, como Miguel Sierraalta, veinte embajadores encabezados por la embajadora de Ecuador, Wilma Andrade o la periodista que firma esta crónica, hemos podido sentir que estábamos en la selva amazónica.

La siguiente cita de Casa Ecuador, que es una embajada trashumante alrededor del mundo, será Art Basel en Miami.