
El Arco del Postigo del Aceite de Sevilla, un espacio único en la ciudad de Sevilla
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Las joyas que atesora la Fundación Medinaceli y su última compra
Su última adquisición, el Arco del Postigo del Aceite de Sevilla, promete convertirse en un espacio cultural único en la ciudad
La Fundación Casa Ducal de Medinaceli continúa su labor de preservar y promover el patrimonio histórico con una nueva y emocionante adquisición: el Arco del Postigo del Aceite en Sevilla. Este monumento, que forma parte de la muralla árabe de la ciudad y data de 1107, ha sido testigo de siglos de historia. A lo largo del tiempo, ha sido reformado, especialmente en el siglo XVI, y su nombre se debe a que por allí entraba el aceite, ya que cerca se encontraba el almacén y mercado de este producto. Este arco fue uno de los accesos más importantes a la ciudad, y hoy, gracias a la Fundación, se convertirá en un espacio cultural único.
Con sus 120 metros cuadrados, albergará un museo que combinará la historia de las antiguas puertas de la ciudad andaluza con tecnología moderna, como la inteligencia artificial, para ofrecer una experiencia interactiva a los visitantes. A través de un recorrido virtual, podrán explorar la evolución de estas puertas y descubrir sus usos a lo largo de los siglos. Además, este arco tiene un gran valor simbólico, ya que es el único de los tres postigos originales que sigue en pie, y representa los orígenes de la ciudad andaluza.

Armario de botica
La Fundación, creada en 1978 por la XVIII Duquesa de Medinaceli y presidida actualmente por Ignacio Medina Fernández de Córdoba, tiene como objetivo conservar tanto el patrimonio material como el inmaterial. A lo largo de los años, ha ampliado su acervo mediante donaciones, adquisiciones y fusiones con otras instituciones. Este nuevo proyecto se suma a otros importantes monumentos gestionados por la Fundación, como el Hospital Tavera en Toledo, la Casa de Pilatos en Sevilla, el Pazo de Oca en Pontevedra y la iglesia del Salvador en Úbeda.
Pero su colección no termina ahí. A lo largo de los años, ha reunido un impresionante legado artístico que incluye esculturas, muebles, pintura, orfebrería y textiles, entre otras joyas.En cuanto a pintura, en Casa de Pilates destaca un retrato de Ana Fernández de Henestrosa y Gayoso de los Cobos, XVIII Duquesa de Medinaceli. La obra, realizada en 1911, la muestra en su matrimonio con Luis Jesús Fernández de Córdoba. Además, la Fundación alberga un sepulcro del siglo XVI de Pedro Enríquez de Quiñones, IV adelantado mayor de Andalucía, que se encuentra en el Monasterio de Santa María de las Cuevas.

Banco archivos de la Fundación Medinaceli
En el Hospital Tavera se conserva una pieza de gran valor histórico y simbólico: la máscara mortuoria del cardenal Tavera, realizada en mármol de Carrara. Este objeto, cargado de significado cultural, es especialmente relevante porque, según su biógrafo Pedro Salazar de Mendoza, el cardenal falleció a voluntad propia sin dejar ningún testimonio de su imagen.
Además, en este mismo lugar se encuentra otro hallazgo fascinante: el «Banco de Justicia», un lettuccio o trono tallado en madera, fechado en 1541, que refleja de manera impresionante el arte y la funcionalidad de la época. También destaca un armario español del siglo XVIII, conocido como el «ojo del boticario». Este armario, de autor anónimo y realizado en madera, es aún más especial debido a los restos de granates en polvo (una piedra semipreciosa de color rojo) y lapislázuli (una gema de un azul vibrante) que conserva en su interior, lo que le otorga un valor adicional y lo convierte en una pieza única de la historia.

Mascarilla funeraria del cardenal Juan Pardo de Tavera
Por otro lado, en la Sacra Capilla del Salvador se encuentra una escultura de mármol de San Juan Bautista de niño, otra pieza destacada que resalta por su delicadeza y por ser una de las grandes joyas de la Fundación.