
Toni Ruiz e Isak Andic
Toni Ruiz (Mango), un CEO en vaqueros, aficionado al pádel y padre de tres hijos
Proviene de una familia trabajadora, con fuertes lazos comerciales. Su padre, melillense, y su madre, catalana y enfermera, le inculcaron el valor del trabajo y la dedicación
Toni Ruiz ha vuelto a la actualidad desde la sede de la compañía en Palau-Solità i Plegamans, donde presentó los resultados económicos de 2024, coincidiendo con la reapertura de la investigación sobre la trágica muerte de Isak Andic, fundador de Mango. Al respecto, comentó: «Agradecemos la exhaustividad de este proceso» y destacó que el equipo está «comprometido» con continuar su legado.
¿Pero quién es el hombre que está llevando a la marca catalana de moda a mejorar sus números? Nacido en Barcelona en 1969, es presidente del consejo de la firma desde 2025, aunque su relación con la empresa comenzó en 2015 cuando asumió la dirección financiera.
Con estudios en Económicas por la Universidad de Barcelona y un máster en Economía por el IESE, construyó su carrera en Leroy Merlin España, donde destacó en la dirección financiera y planificación global. Su experiencia en Lille, Francia, le dio una visión global del sector minorista, pero fue su instinto inconformista lo que lo llevó a unirse a Mango. «Siempre había sido una empresa de referencia para mí; me pareció una gran oportunidad cuando Isak me llamó», comenta sobre su decisión de unirse a la compañía. La relación con el fundador fue clave para él, y desde la muerte de Andic, Ruiz no ha dejado de rendir homenaje a su mentor. «Él me enseñó que la clave del éxito radica en los equipos», asegura, una lección que aplica todos los días.
Los comienzos no fueron fáciles, ya que al llegar a la firma, la empresa enfrentó graves dificultades, con una deuda superior a los 600 millones de euros. Sin embargo, Toni no dudó en asumir el reto. Implementó una estrategia de renegociación de deuda y optimización de tiendas, con resultados inmediatos. La compañía pasó a tener una posición financiera neta de 8 millones de euros y alcanzó un beneficio de 67 millones, incluso durante la pandemia. Estos buenos resultados son el reflejo de su «buen hacer».
Toni Ruiz e Isak Andic
Lo que realmente define a este catalán es su enfoque en los equipos. Para él, no solo importan los logros profesionales, sino también la integridad y el carácter de las personas con las que trabaja. «¿Le confiaría las llaves de mi casa?» y «¿Querría que fueran jefes de mis hijos?» son las preguntas que siempre se hace al seleccionar talento. Hoy en día, las cosas van muy bien. En el último ejercicio, el gigante del retail alcanzó un beneficio neto de 219 millones de euros, un aumento del 27 % respecto al año anterior, impulsado por un crecimiento del 7,6 % en ventas.
Pero el éxito de Toni no es casualidad. Proviene de una familia trabajadora, con fuertes lazos comerciales. Su padre, melillense, y su madre, catalana y enfermera, fueron figuras clave en su vida, inculcándole desde pequeño el valor del trabajo y la dedicación. Desde joven, estuvo en contacto con el sector textil, trabajando en la fábrica de su tío, quien fundó una empresa de tejidos. Durante los veranos, se empapó de la industria, aprendiendo desde las tareas más sencillas hasta a supervisar la calidad del producto. Ahora vemos cómo esos primeros pasos ‘desde abajo’ fueron fundamentales para cimentar su carrera.
Su familia
Fuera del trabajo es un hombre de familia, pero también de pasiones que le dan un respiro al ritmo frenético de su vida profesional. Casado y padre de tres hijos, su vida personal está centrada en los suyos y en sus amigos más cercanos, algunos de los cuales conserva desde la época escolar.
Si alguna vez te lo encuentras fuera de su rol como CEO, lo verás con un estilo mucho más relajado que el impecable traje de chaqueta que suele usar en el trabajo. En su día a día, prefiere vestir con vaqueros, una camisa cómoda y su inseparable chaleco. Este look, sencillo pero elegante, refleja su estilo personal, basado en la comodidad y la naturalidad, sin recurrir a excesos o artificios.
Y si hablamos de pasiones, no hay duda de que el fútbol, especialmente el Barça, ocupa un lugar central. «Ejerzo de embajador de mi ciudad allá donde voy», comenta con orgullo. También es un gran aficionado al pádel y al tenis. Además de la ciudad que lo vio crecer, otro de sus grandes amores es Grecia. Siempre que puede, especialmente en verano, se pierde entre las islas griegas, buscando un refugio en el Mediterráneo que le permita recargar energías.