
El Príncipe Filiberto de Saboya y su primo el duque de Aosta
La pelea de los Saboya por las joyas de la corona
Las joyas de la familia están en el Banco de Italia desde 1946, cuando el último Rey de Italia las depositó junto a una carta que decía que se devolvieran «al legítimo propietario»
Las espadas están en alto. Manuel Filiberto de Saboya y su primo Aimón de Saboya-Aosta se pelean por las joyas familiares en público.
Algo que no es ninguna novedad. Sus padres fueron grandes enemigos y ellos mantienen el pulso. Un pulso que viene de largo y que incluso escenificaron a puñetazos en Madrid, hace más de 20 años, en la cena previa a la boda de don Felipe y doña Letizia.

Aimón de Saboya
Víctor Manuel de Saboya y su primo Amadeo de Saboya-Aosta han dejado las rencillas familiares en herencia a sus hijos y herederos. El Príncipe Aimón, duque de Aosta tras la muerte de su padre en 2021, está en contra de la devolución de las joyas de la familia Saboya que ha solicitado su primo Manuel Filiberto, jefe de la Casa Real italiana desde la muerte de su padre hace un año.
En prensa
Una contundente declaración a la prensa del Príncipe Aimone de Saboya -Aosta, en el Corriere della Sera, ha avivado el fuego. Dice que se declara contrario a la devolución de las joyas de la familia Saboya, tal y como reclama su primo, el Príncipe Filiberto, quien al leerlo repondió inmediatamente a través de un comunicado en el que afirma estar "sorprendido”.
Manuel Filiberto de Saboya
En su opinión, la clave de este asunto es que las joyas que depositó en el Banco de Italia su abuelo el Rey Humberto II, en su día, no eran joyas de la Corona sino joyas de la familia y cree que por ello está autorizado para reclamarlas. Argumenta que son piezas que están fuera del embargo que hizo la Constitución italiana. Y por tanto, deben de ser restituidas a los herederos directos del último monarca italiano. La justicia italiana, que tiene el asunto en sus manos desde 2021, aún no lo ha resuelto.
La declaración
«No tiene sentido, pertenecían a la Corona y la disposición XIII de la Constitución de la República Italiana es muy clara al respecto: todo fue confiscado. El mismo hecho de que Humberto II las dejara a disposición del Banco de Italia demuestra que no las consideraba propiedad privada», ha declarado en la entrevista al diario italiano el duque de Aosta, quien opina que el valioso lote de joyas debería ser expuesto en un museo. Un testimonio que desencadenó el cruce de declaraciones entre los primos.
Tras estas palabra, Manuel Filiberto de Saboya se encargó de recordar que «Aimón de Saboya-Aosta no es un descendiente directo de Humberto II», por si acaso su testimonio lleva a equívocos. Aimón de Saboya-Aosta no es el nieto de Humberto II, pero lleva sangre real pues es tataranieto del Rey Víctor Manuel II.
Muy valiosa
La colección de joyas de los Saboya custodiada en el Banco de Italia dicen que incluye 6.732 brillantes y 2.000 perlas, es decir, piezas historicas que rondan los 300 millones de euros. Un tesoro al que el titular de los derechos dinásticos de la familia no está dispuesto a renunciar. El padre de Aimón, Amadeo de Saboya era primo segundo de Humberto II. Un Rey que reinó sólo durante el mes de mayo de 1946.
El comunicado emitido por Manuel Filiberto de Saboya, -quien puede entrar libremente en Italia por haber jurarado lealtad a la República- es contundente: «En nombre y representación de los herederos de S.M. el Rey de Italia Humberto II (Príncipe Manuel Filiberto de Saboya, Princesa María Gabriela de Saboya, Princesa María Pía de Saboya y Princesa María Beatriz de Saboya), y como apoderado en el procedimiento de reclamación de los derechos de propiedad y de reclamación sobre las joyas y bienes muebles depositados en el Banco de Italia por S.M. el Rey de Italia Humberto II, de forma única y exclusiva contra cualquier otro. Los herederos de S.M. el Rey de Italia Humberto II se muestran sorprendidos por las declaraciones de Aimone de Saboya - Aosta, publicadas por Correre della Sera el 24 de marzo de 2025. Cabe recordar que Aimone de Saboya Aosta no es descendiente directo de S.M. el Rey de Italia Humberto II. Las joyas depositadas en el Banco de Italia no son joyas de la Corona, sino bienes personales de los herederos de Humberto II, que nunca han sido confiscados por el Estado italiano. El gobernador del Banco de Italia, posteriormente presidente de la República, Luigi Einaudi, afirma y mantiene que las joyas 'no pertenecen a la propiedad del Estado, sino a la familia real'».
Las joyas de la corona, de un reino que ya no existe, son la disculpa perfecta para una eterna pelea de primos que nunca van a renunciar a sus discrepancias, ni en el fondo ni en las formas.