Cayetano Rivera, junto a María Zabay
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Quién es María Zabay, la mujer que acompañó a Cayetano Rivera a la presentación de Atenea
La reaparición del torero llegaba poco después de haber puesto fin a su relación con la presentadora portuguesa María Cerqueira Gomes
En ocasiones, las apariciones públicas dicen más de lo que se calla que de lo que se dice, y lo decimos con conocimiento de causa. El 25 de septiembre, el torero Cayetano Rivera reapareció tras anunciar su retirada de los ruedos en un acto que, sobre el papel, prometía más bostezos que titulares: la presentación de Atenea, la plataforma de ideas lanzada por Iván Espinosa de los Monteros.
Un foro político-intelectual de esos que hablan de «valores liberal-conservadores» y suenan más a club de lectura sobrio que a cita mundana. Y, sin embargo, bastó con que el hijo de Paquirri y Carmina Ordóñez cruzara la entrada acompañado de una mujer desconocida para que el manifiesto quedara relegado al segundo plano. Atenea podía esperar: lo que importaba en ese instante era la sonrisa de Cayetano y, sobre todo, la incógnita de su misteriosa compañera.
No era una socialité ni una pareja oficial confirmada, sino María Zabay, periodista, escritora y presentadora, cuyo nombre sonaba menos en las revistas de crónica rosa y más en las páginas culturales. A su lado, el ex de Eva González parecía relajado, en un gesto que, a falta de declaraciones, se interpretó como positivo. Ella, en cambio, no compartió ni una sola imagen del evento en sus redes, lo que en tiempos de hiperexposición digital resulta casi una declaración de intenciones.
¿Quién es, entonces, esta mujer que ha despertado tanto interés? Nacida en Zaragoza y criada en Andorra (Teruel), creció entre gallinas, hortalizas y libros viejos que olían a polvo en casa de sus abuelos. Allí aprendió a imaginar mundos, quizá la semilla de su vocación literaria. Estudió Derecho en la Universidad de su ciudad natal, convencida de que quería luchar contra el terrorismo desde los tribunales, aunque la vida acabaría llevándola por derroteros más creativos.
Primero probó suerte en la moda: con 19 años desfilaba en el Elite Model Look, saltando entre Madrid, Milán y París. Pero detrás de las luces, había una estudiante disciplinada que regresaba a Aragón para examinarse. Aquel periodo, dice, fue de «luces y sombras», aunque también un entrenamiento para lo que vendría: saber moverse con soltura en mundos fascinantes e implacables.
Terminó Derecho y entró en un prestigioso despacho mercantilista, pero pronto un golpe de azar cambió el rumbo. Una profesora le ofreció dirigir una institución cultural ligada a la Universidad de Zaragoza y al Gobierno de Aragón. Ahí descubrió que lo suyo no era litigar en juzgados sino debatir sobre ideas, libros y autores. De ahí dio el salto al periodismo, la literatura y, finalmente, la televisión.
Cayetano Rivera y María Zabay
Hoy conduce El Foco en Ok Diario, donde entrevista a científicos, artistas y escritores, con la naturalidad de quien se siente igual de viva en un plató que en la intimidad de su escritorio. Su trayectoria televisiva, además, ha tenido espacio para lo inesperado: fue presentadora en Intereconomía TV, y hasta tertuliana en La isla de las tentaciones, demostrando que lo mismo podía comentar los giros de un reality que analizar la obra de un premio Nobel.
En el 2013 dio un salto al mundo institucional como asesora del entonces ministro José Manuel Soria, una experiencia que añadió otra capa a su perfil poliédrico. Como escritora, ha cultivado un estilo mordaz y fresco, con títulos como Valentina, una novela que Arturo Pérez-Reverte describió como «pícara y desvergonzada», y Carmen Posadas calificó de «fluida y dinámica». No le tiembla el pulso al hablar de racismo, desigualdad o migración, ni tampoco al lanzar frases que hoy suenan políticamente incorrectas: «Un piropo bien dicho provoca una sonrisa. Si alguien se ofende, allá ellos».
En lo personal, se sabe que mantuvo una relación de más de dos años con el emprendedor gallego Anxo Pérez, escritor y conferenciante especializado en crecimiento interior. También muestra en redes sociales una faceta cercana y cotidiana: lo mismo comparte un paseo en bicicleta que una cena en el restaurante Alabaster de Madrid. Precisamente la noche del evento con Cayetano, publicó en Instagram una imagen cenando con una amiga, sin rastro del torero. Una forma elegante de decir: aquí no hay nada que declarar.