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Batalla naval frente a La Rochelle siglo XIVWIKIMEDIA COMMONS

El día que los españoles invadieron Inglaterra

Grandes ejércitos como los de Hitler, Napoleón o Felipe II no lograron desembarcar en Inglaterra. La gesta de Sánchez de Tovar inspiró a Felipe II para enviar en1588 a la Gran Armada de Medina Sidonia

Por el Tratado de Toledo de 1368, el español Enrique de Trastámara se comprometió a dar ayuda naval al francés Carlos V en su guerra con los ingleses. El francés, en 1369, solicitó que el rey castellano cumpliese su compromiso con el resultado de la victoria La Rochelle de 1372. Después el almirante Fernán Sánchez de Tovar, con quince galeras, marchó al asedio del puerto bretón de Brest, que cayó en manos de los sitiadores en agosto de 1373 como represalia a la quema por la flota inglesa del Conde de Salisbury de siete naves mercantes castellanas ancladas en la rada de Saint-Malo.

En 1374 Fernán Sánchez de Tovar, ya almirante de Castilla, recibió la orden de dirigirse hacia Inglaterra con quince galeras españolas y cinco portuguesas, a las que luego se unió una flota francesa bajo el mando del almirante Jean de Vienne. Esta armada conjunta realizó una incursión contra la isla de Wight, situada en la boca del estuario de la ciudad de Southampton para luego ‘raziar’ varios pueblos del sur de Inglaterra.

Al año siguiente las galeras castellanas y la flota de Jean de Vienne colaboraron en el asedio terrestre del castillo de Saint-Sauveur-le-Vicomte situado en el interior de la península de Cotetin en Normandía. La plaza fue conquistada el 21 de marzo por las tropas del condestable Bertrand du Guesclin, el que fue personaje determinante para que Enrique II Trastamará pudiese matar y arrebatar el trono a su hermano Pedro I de Castilla: «Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor».

En junio de 1375 se firmó la Tregua de Brujas pero muy pronto fue rota. En junio de 1377 Fernán Sánchez de Tovar partió con una flota de trece galeras con cinco mil hombres abordo para reunirse con Jean de Vienne en Harfleur. Su objetivo era desembarcar en las costas del sur de Inglaterra. La primera villa conquistada fue Rye, en junio de 1377, que fue saqueada e incendiada, para luego desembarcar en Rottingdean, donde el abad del monasterio de Lewes con sus vasallos intentó presentar resistencia, siendo derrotado y muerto en los combates. Después, en julio, se asaltó la plaza Folkestone, a la que siguieron la toma de Portsmouth, Dartmouth y Plymouth. El 28 de julio la flota franco-castellana retornaba a Harfleur para abastecerse y reanudar la campaña.

Tres semanas más tarde los almirantes Jean de Vienne y Fernán Sánchez de Tovar se dirigieron nuevamente contra la isla de Wight, que fue totalmente arrasada, aunque su castillo pudo resistir. La flota se dividió en dos escuadras: una atacó a Winchelsea, que rechazó a los atacantes gracias a las medidas defensivas adoptadas por el abad de Battle; y la otra a Hastings y Poole, que fueron saqueadas.

En mayo de 1379 subía al trono Juan I de Castilla, que confirmó a Fernán Sánchez de Tovar en su cargo de almirante de Castilla.

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En el verano de 1380 una nueva flota combinada franco-castellana volvió a castigar por cuarta vez las costas inglesas. Desde Sevilla zarpó el Almirante de Castilla con veinte galeras para unirse con los franceses en julio en La Rochelle. Éstos, antes de la llegada de los castellanos, ya habían arrasado las islas de Jersey y Guernsey. Las armadas franco-castellana se dirigió Winchelsea, donde derrotaron ahora sí a las tropas del abad de Battle, para regresar a Harfleur y aprovisionar sus naves y tripulaciones, zarpando el 24 de agosto para dirigirse a la desembocadura del Támesis. Remontaron el río y después de incendiar la fortaleza de Winchelsea, las galeras entraron a golpe de remo por la punta de North Foreland hacia el canal del Rey. Una vez en el curso del Támesis avanzaron sin oposición para desembarcar en Gravesend, sobre la ribera sur, a 35 kilómetros de Londres, villa que incendiaron al igual que otras pequeñas aldeas costeras cercanas. Faltaban poco para que los castellanos llegaran a Londres, pero Sánchez de Tovar ya había logrado su objetivo, sembrar el pánico en la isla a base de incendios y asaltos.

Salvo Julio César, el rey Harald III de Noruega en 1066 y, ese mismo año, el normando Guillermo II, pocos invasores más lograron poner el pie en las islas británicas. Grandes ejércitos como los de Hitler, Napoleón o Felipe II no lograron cruzar el Canal de la Mancha y desembarcar en Inglaterra. La gesta de Sánchez de Tovar inspiró a Felipe II para enviar en1588 a la Gran Armada de Medina Sidonia, que se tenia que unir con el Ejército de Flandes de Alejandro Farnesio para humillar de una vez por todas a los ingleses.

Hoy nadie se acuerda pero en el siglo XIV los castellanos lograron cuatro veces arrasar el sur de Inglaterra.