Herrera Oria, el gran director de El Debate

Ángel Herrera ocupó el cargo durante más de 20 años, tiempo en el que convirtió a El Debate en un periódico de referencia

Todas las miradas se dirigieron a Ángel Herrera Oria una vez que los propagandistas se hicieron cargo de El Debate en 1911, pero él no estaba convencido del todo pese a haber llevado sobre sus hombros la búsqueda de la financiación. De hecho, no aceptó hasta que el nuncio de El Vaticano en España, monseñor Vico, se lo pidió personalmente. «Acepte, don Ángel, que es servicio de la Iglesia», contaba años después el propio Herrera que le dijo el enviado del Papa. Aquellas palabras fueron definitivas para ligar durante más de 20 años su nombre con el de El Debate.

Uno de los motivos por los que Herrera rechazaba inicialmente la dirección era su falta de experiencia con los medios. Aseguraba que solo sabía de los periódicos «a la hora del desayuno», pero encontró la fórmula de sostener El Debate apoyándose en una cabecera ya creada como era La Gaceta del Norte. No solo fue un sustento económico para el primer año, sino también a modo de enseñanza.

Eugenio Moltó, director y gerente de La Gaceta del Norte, abandonó momentáneamente su puesto a petición de Herrera para instruir a los trabajadores de El Debate, sobre todo para la publicación de los primeros números.