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El presidente francés, Emmanuel Macron, en la inauguración del Museo del Caso DreyfusAFP

Macron afirma que el ejército francés podría promover a Alfred Dreyfus al rango de general

El presidente francés Emmanuel Macron ha inaugurado el museo que recorre el injusto caso Dreyfus acusado de espionaje en 1894, y ha aprovechado para alertar contra el antisemitismo

Ha pasado más de un siglo del Caso Dreyfus pero su vigencia llega hasta nuestros días. Por ese motivo acaba de inaugurarse en París un museo que expone las causas y consecuencias de un hecho que sacudió no solo al país francés, sino a Europa entera, en un contexto previo al antisemitismo que cristalizaría en la Segunda Guerra Mundial. Según recoge Jewish Telegraphic Agency (JTA), el Museo del Caso Dreyfus recoge al menos 500 documentos que incluyen fotografías, documentos judiciales y objetos personales de Alfred Dreyfus, que estuvo durante ocho años en el punto de mira debido a los cargos falsos de espionaje.

¿Qué es el Caso Dreyfus?

Alfred Dreyfus nació en una familia acaudalada de origen judío. Tras la Guerra franco-prusiana, abandonó Alsacia y se trasladó a Francia para comenzar su carrera militar. Alcanzó el grado de oficial de artillería y ascendió a capitán en 1889 y en 1893 entró en el Estado Mayor del Ejército en el Ministerio de la Guerra francés. Mantuvo durante estos años un expediente impoluto; sin embargo, todo su esfuerzo quedó manchado en el otoño de 1894.

Juicio de Alfred Dreyfus en 1894

El 15 de octubre de 1894, el capitán del ejército francés Alfred Dreyfus fue acusado de espionaje para Alemania. El motivo de esta acusación derivó del hallazgo de una nota en la papelera de la embajada germánica que revelaba los últimos movimientos del Estado Mayor Francés. Esto solo hizo confirmar las sospechas que tenía el servicio de contraespionaje francés de la existencia de un traidor dentro del ejército.

Dreyfus era la víctima perfecta, no solo por su cargo en el Estado Mayor Francés, sino por sus orígenes judeo-alsacianos. El caso podría haber quedado aquí: se había encontrado al supuesto culpable y se le había condenado al destierro perpetuo en la isla del Diablo. Todo el mundo estaba en su contra, sobre todo tras el creciente antisemitismo que reinaba en el país.

Una cadena de hombres buenos

Un año más tarde, se interceptó un manuscrito del embajador alemán para el comandante de infantería francés Ferdinand Esterházy. El nuevo jefe de contraespionaje, Georges Picquart, comenzó a indagar sobre el caso Dreyfus, entonces ya cerrado. Cotejó la nota anterior con el manuscrito ahora encontrado y descubrió que el autor de los dos documentos había sido Esterházy.

El ejército francés, con miedo de que su negligencia ante el caso saliese a la luz, destinó a Picquart a Túnez para frenar su investigación. Pero surgieron más defensores de Dreyfus y el vicepresidente del Senado, Scheurer-Kestner, pidió la revisión del caso.

El «Yo acuso» de Zola dio nuevas esperanzas a Dreyfus

El 13 de enero de 1898, Émile Zola escribió en el periódico L’Aurore un artículo titulado «Yo acuso» en el que, en forma de carta abierta al presidente de la República de Francia, exponía todas las irregularidades del caso. Émile Zola escribió en su artículo: «El capitán fue procesado y condenado por escasa evidencia porque era judío». Tras la carta de Zola, Francia quedó dividida entre aquellos que defendían la necesidad de reabrir el caso y los que continuaban empeñados en defender el honor del Ejército por encima de los derechos individuales.

«Yo acuso», Émile Zola en el diario francés L'Aurore

Generó grandes conflictos e incluso un intento de golpe de Estado, lo que provocó que el gobierno se diese cuenta de la necesidad de poner fin a este caso. En 1899 se decidió que Dreyfus compareciese ante un nuevo consejo de guerra, cuyo veredicto fue mantener la condena del acusado, pero con una reducción de su pena a diez años... de los que ya había cumplido cinco. Aunque el gobierno le ofreció el indulto, este supondría reconocer su culpabilidad. Después de tantos años, Dreyfus solo pensaba en su libertad y no en su inocencia, por lo que tomó la decisión de aceptar el indulto con todo lo que suponía.

Alfred Dreyfus recibió su completa rehabilitación en 1906 en la misma plaza donde fue condenado por primera vez, y ascendió a teniente coronel. 

Un museo para recordar la injusticia 

El presidente francés Emmanuel Macron en el Museo del Caso DreyfusAFP

El Museo del Caso Dreyfus forma parte de la Casa Zola, un centro cultural dedicado a preservar la memoria de Émile Zola, algo muy significativo debido al papel clave que desempeñó este escritor. 

Con su inauguración, Macron se opone al antisemitismo; de hecho, el presidente galo ha expresado la necesidad de combatirlo. Según el periódico francés Libération, su acto de presencia se interpreta como una respuesta a Eric Zemmour, candidato a las próximas elecciones de abril, que afirmó que pensaba que Dreyfus no era del todo inocente de sus acusaciones como espía para Alemania.

«Les digo a los jóvenes: no olviden nada de estas luchas. En el mundo en el que vivimos, no han terminado», expresó el presidente Macron durante la ceremonia de inauguración del museo.

Por otra parte, el director del museo y de la Casa Zola, Louis Gautier, explicó a CNews que este espacio «mostrará y contará sobre el asunto, pero también planteará preguntas sobre cuestiones vitales de tolerancia, alteridad, derechos humanos, derechos de las mujeres, la separación de la Iglesia y el Estado y el contrato entre la República y sus ciudadanos».