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Fotografía de archivo de Borís Skósyrev, Boris I de Andorra

Cuando la Guardia Civil detuvo al Rey Boris I de Andorra

El exiliado ruso que convirtió a Andorra en un paraíso fiscal solo pidió una cosa a cambio: ser nombrado rey

El domingo 7 de julio de 1934, el Síndico General de los Valles –máxima autoridad en Andorra– convocó al Consejo General en la Casa del Valle. Se abrió la sesión con la propuesta de convertir Andorra –una pequeña demarcación montañosa perdida en el Pirineo que sobrevivía a duras penas gracias a la ganadería– en un paraíso fiscal como eran Mónaco, Luxemburgo y Liechtenstein.

La propuesta partía de un exiliado ruso, Boris Skósyrev, que se comprometía a convertir Andorra en uno de los centros empresariales más importantes del mundo, al que fluirían bancos, empresas y grandes compañías para aprovechar su régimen fiscal.

A cambio de su promesa quería ser nombrado príncipe de Andorra. Su, entonces, aparentemente surrealista oferta obtuvo 23 de los 24 votos del Consejo. ¡Quedaba aprobado el inicio de los tramites para convertir Andorra en una monarquía!

El único consejero que se opuso a la llegada del Rey Boris I al trono andorrano, a principios de julio de 1934, no perdió el tiempo para informar al obispo de Urgel, legítimo gobernante de Andorra, de lo que estaba pasando.

Los franceses, como copríncipes de Andorra, anunciaron que no tomarían ninguna medida, actitud sospechosa, pues en agosto habían enviado un destacamento de su gendarmería, al mando del coronel René Baulard, para restablecer el orden. Los gendarmes galos permanecieron en Andorra hasta comienzos de octubre de 1933. El presidente de la república francesa Albert Lebrun anunció que renunciaría a su título de copríncipe si así se lo solicitaba el parlamento andorrano.

El 10 de julio el Parlamento de Andorra votó la instauración de una nueva monarquía en sus valles. El 17 de julio se publicó en el Boletín del Gobierno Provisional de Andorra la Constitución del Estado Libre de Andorra, decretándose la absoluta libertad política, religiosa y de imprenta; acabando definitivamente con las pretensiones territoriales de Francia y España, tras siglos en liza, se disolvía el Consejo General, se otorgaba una amnistía y se convocaban elecciones para el 1 de agosto.

Del trono a la cárcel

El obispo de Urgell pidió amparo al gobierno español de Samper, miembro del Partido Republicano Radical. El 21 de julio de 1934 un pelotón de guardias civiles al mando de un sargento llegaron a Andorra la Vieja y detuvieron a Boris I, lo esposaron y lo llevaron a la cárcel de la Seo de Urgel, desde donde fue trasladado a Barcelona para ser puesto a disposición del juez Bellón, encargado de los casos relacionados con la Ley de Vagos y Maleantes española. Este mismo juez comprobó que Boris I era en realidad «el señor Skósyrev», que había sido expulsado de Mallorca en 1932 cuando vivía con una millonaria británica.

El 23 de julio fue trasladado bajo custodia policial en tren hasta Madrid. Su llegada a la capital despertó una enorme expectación. Después del juicio fue internado en la cárcel Modelo de Madrid, para luego ser expulsado a Portugal, desde donde viajó a Gibraltar, norte de África y a Francia.

El reinado de Boris I fue breve, brevísimo, pero lo suficiente para ser el capítulo más interesante de la historia de Andorra.