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El SMS Derfflinger internándose en Scapa Flow

El SMS Derfflinger internándose en Scapa Flow

Picotazos de historia

La base naval de Scapa Flow estaba llena de mascotas imaginarias

La «orcaditis» causada por la monotonía, la soledad y el aislamiento llevó a muchos de los marines a la locura

Existe un tipo específico de neurosis característico por su localización en las islas Orcadas. Más concretamente en el grupo sur de las Orcadas, en el área entorno a la gran base naval de Scapa Flow. Los que la conocieron la denominaron «orcaditis», pero no la encontrarán en ningún libro de medicina o psiquiatría. Las primeras menciones documentadas aparecen en la segunda guerra mundial, aunque se tiene la seguridad de su existencia desde los mismo inicios de la gran base naval. La orcaditis se componía de muchos elementos: monotonía, aislamiento, soledad, la convivencia demasiado estrecha con las mismas personas, el invariable e inhóspito paisaje, las noches eternas de invierno y los días sin fin de verano, el viento enloquecedor que azotaba continuamente y que era uno de los motivos por los que no existían árboles en el archipiélago.

En definitiva, la concatenación de muchos factores más, la tensión de saberse en guerra, la ansiedad por entrar en una acción que nunca llegaba y las aburridas y rutinarias actividades. Este conjunto podía llevar a los soldados destinados en la base a una crisis nerviosa, incluso, al suicidio. Los puntos de defensa antiaérea y naval alrededor fueron siempre guarnicionados por, al menos, dos individuos y se tuvo especial cuidado de que no permanecieran demasiado tiempo en sus puestos.

Pero es la forma más leve la más chocante de todas, porque dio lugar a un comportamiento y una actitud socialmente aceptada por toda la base: las mascotas imaginarias. Y este hecho se dio sobremanera en la isla de Flotta. Se sabe de un marinero (que nunca tuvo correo) que recibía cartas de sus inexistentes abuelos, contando historias cada vez más descabelladas. El HMS Iron Duke tenía un huerto imaginario que era cuidado por turnos por la oficialidad del buque. Era común que se solicitara raciones extras para alimentar a las mascotas, ¡y se aprobaban las solicitudes! Un contramaestre tenía como mascota ¡un dragón! Y a todo el mundo le parecía bien.

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