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La batalla de Isly se libró el 14 de agosto de 1844 entre Francia y Marruecos

Norte de África

El origen del enfrentamiento entre Marruecos y Argelia

El conflicto entre ambos vecinos empezó a fraguarse hace más de 50 años

La rivalidad, a veces violenta, entre Argelia y Marruecos viene de antiguo. Tenemos que remontarnos al siglo XIX. En 1830, Marruecos es el único país independiente del Magreb. Argelia, Túnez y Libia estaban bajo la dominación del Imperio Otomano y Mauritania no existía. Es cierto que la autoridad de los beys otomanos sobre Argelia y Túnez era escasa, casi nominal. En 1830 los franceses desembarcaron en Sidi Ferrouch e inician la toma de Argelia. Encuentran una dura resistencia que acabará liderando el emir Abd el Kader. En un principio, mientras consolidan el dominio sobre Argel y su región, pactan la paz con aquél, llegando incluso a firmar el Tratado de Tafna en 1837, tras una derrota militar francesa, donde reconocen al caudillo argelino como soberano de amplios territorios en el oeste y sur del país. Abd el Kader organizó el país y su ejército y comenzó a ser una grave amenaza para la Francia colonial que temía su nacionalismo y su independentismo. En 1839, el duque de Orleans provocó un incidente con el emir con la excusa de que no respetaba los límites fronterizos trazados en Tafna. Abd el Kader declara la guerra santa contra los franceses, ataca y destruye posiciones de éstos en la Mitidja (la mejor zona de agricultura del país).

A partir de aquí la guerra se prolongó durante años. Francia se decidió a acabar con el desafío y mandó a la colonia al general Bugeaud que desarrolló una táctica novedosa. En vez de llenar el territorio de fuertes y posiciones (como luego haría el general Silvestre en el Rif español), decidió organizar columnas móviles que actuaban con rapidez, recorrían bien armadas el territorio para someter a los pobladores y usaban la política de tierra quemada contra los rebeldes. Bugeaud logra mermar la resistencia de Abd el Kaker que, en 1843 arrinconado en las montañas y con muy pocos fieles –unos 3.000–, decide refugiarse en Marruecos donde encuentra la protección del sultán Abderrahman. Francia reaccionó con gran dureza contra los marroquíes, les declaró la guerra y bombardeó Tánger, Oujda y Essaouira. Finalmente, el 14 de agosto de 1844 los franceses y las tropas del sultán con los pocos hombres del emir, se enfrentaron en la batalla de Isly. Fue una gran victoria de Bugeaud, una derrota catastrófica para Marruecos y el principio del fin de Abd el Kader que acabaría entregándose a los franceses de Argelia.

Tratado de Lalla Marnia

Catastrófica para Marruecos porque Francia, aprovechando la ventaja que le dio el triunfo militar, se quedó con una franja importante del territorio oriental de Marruecos. Tras el Tratado de Lalla Marnia en 1845, la frontera entre Marruecos y la Argelia francesa se traza desde Saidia en el norte hasta el puerto de Teniet Sassi en el sur sahariano. Son las fronteras que Marruecos sigue reconociendo. Pero los franceses comenzaron una larga y continua labor de menoscabo del territorio sur de Marruecos. La Francia colonialista fue ampliando su posesión en Argelia hacia el sur y el oeste, entrando en territorios donde el sultán era reconocido como líder, al menos religioso, y con los que había lazos evidentes de relación que no existían con Argelia. Se apoderaron de oasis, salinas, minas e incluso de ciudades como Figuig.

En 1900 Francia firma el tratado de París con España y delimita las fronteras en Guinea y Sahara, privando a España de zonas en el Sahara que había explorado firmando tratados con tribus locales como las salinas de Iyil y Adrar Tamar. Lo que era contrario al espíritu de la Conferencia de Berlín. Pero también siguió menoscabando el territorio de influencia marroquí, ocupando las áreas de Gurara, Tuat y Tidikelt. El sultán Hassan no tenía fuerza militar para oponerse, intentó conservar otras regiones cuya soberanía estaba sin concretar en el tratado de 1845 y firmó un protocolo que consolidó el dominio francés. Tras la instauración del Protectorado francés en Marruecos en 1912, Francia trazó una nueva frontera argelina en la región, de manera unilateral, con la llamada línea Varnier (en honor del residente francés en Rabat). En 1934, el coronel Trinquet ocupó Tinduf, fundó una posición en Fort Trinquet en Tiris Zemmour (actual Mauritania) y culminó el proceso de usurpación territorial con una nueva línea fronteriza.

Después de la independencia de ambos países en 1956 (Marruecos) y 1962 (Argelia), Marruecos reivindicó estos territorios a Argelia. Primero, por derechos históricos, segundo por la ayuda prestada en 1844 y en la guerra de liberación argelina, y tercero por seguir las tesis nacionalistas de Allal el Fassi, fundador del partido Istiqlal, ejemplo de ultranacionalismo y que reivindicaba hasta la zona norte de Mali. Origen también del anhelo marroquí por el Sahara español. Argelia se negó a tratar el asunto, aceptó como territorio nacional lo que había dejado Francia y dio lugar a una serie de incidentes diplomáticos y encuentros armados. Los incidentes fueron especialmente graves en Tinduf en 1962. Y siguieron en aumento.

En 1963 los hechos acabaron produciendo una guerra entre los dos países que rompió la colaboración entre ambos y que dio lugar a una larga etapa de malas relaciones que dura hasta hoy. Ese año se produjo la llamada Guerra de las Arenas. Con varias escaramuzas, ataques a posiciones, bajas y prisioneros, la guerra pudo haber derivado en un conflicto largo y sangriento que ninguno de los dos países deseaba. Argelia acababa de salir de otra muy larga y de alto coste económico y social. La intervención de la Liga Árabe logró que los combates cesaran y que las tropas volvieran a los cuarteles, pero no se solucionó el fondo del conflicto y las fronteras no se tocaron.

Por último, en 1972 ambos países firmaron la convención de Rabat que declaraba intangibles las fronteras coloniales hasta que se llegara a un acuerdo de delimitación de fronteras. Marruecos aceptaba la frontera desde el río Draa hasta Figuig y esperaba la explotación conjunta de las minas de Gara Yebilet en Argelia. Este acuerdo ha permanecido siempre entre una nebulosa que lo oscurece. Se llegó a decir que lo firmo Ufkir con Boumedianne a cambio del apoyo de Argelia a su golpe de Estado, fracasado en Sjirat. Ha habido momentos de distensión y de tensión, pero el conflicto sigue latente.