Picotazos de historia
La Rebelión de Taiping: la guerra civil más sangrienta de la Historia que provocaron unos delirios
Hong Shiu Chuan pasó a la historia por ser el líder dela Rebelión y establecer el llamado «Reino Celestial de la Gran Paz». Sus creencias consistían en considerarse a sí mismo como el 'hermano menor de Jesús'
Hong Shiu Chuan (su nombre se encuentra escrito de diferentes maneras) era hijo de unos humildes agricultores que vivían en una pequeña población a unos 40 kilómetros de Cantón. Apacible e introvertido, su vida no destacó más que por suspender, hasta cuatro veces, los rigurosos exámenes estatales para ingresar como funcionario del Estado. La tercera vez que suspendió, pidió humildemente perdón a sus padres y cayó gravemente enfermo a consecuencias del disgusto.
Los síntomas de la enfermedad fueron: fiebre alta, alucinaciones y unas espeluznantes convulsiones que, morbosamente, fascinaron a sus vecinos que iban a contemplar el periódico espectáculo. Sanó, pero algo dentro de él quedó afectado y le dejaron vivos recuerdos de sus alucinaciones. En ellas era ascendido al Cielo, donde sus órganos eran reemplazados por otros para permitirle un renacimiento. Después, un anciano con barba dorada le entregaba una espada y le conminaba a luchar contra los demonios y devolver al mundo a la fe verdadera. Hong Shiu Chuan, en su delirio, luchaba contra estos acompañado por un hombre algo mayor que él.
Recuperado de su enfermedad, se preparó a conciencia y emprendió el viaje a Cantón para intentarlo por cuarta vez. Fracasó de nuevo.
En la soledad de su habitación, inmerso en la desesperación de su propio fracaso, encontró un opúsculo que había recogido, hace varios años, en las calles de Cantón. Buenas palabras para exhortar a la era, ese era el título del panfleto, una creación de un converso chino al cristianismo llamado Liang Fa, donde se mezclaba las ideas propias del cristianismo con sentencias de sabiduría popular chinas. Su lectura fue una revelación que le permitió reinterpretar sus alucinaciones.
Según esta nueva óptica, él había ascendido a los Cielos donde se le había mostrado su origen divino. El anciano de barba dorada era Dios, su padre, que le encomendaba una misión en la que su hermano mayor, Jesús, le había antecedido. Él, Hong Shiu Chuan, debía continuar la lucha iniciada por Jesús para combatir a los demonios y devolver al mundo a la verdadera fe. Y asumió con dedicación su nueva tarea.
Predicó entre sus vecinos la creencia en su divinidad, la particular idea cristiana de Dios que se había formado y la necesidad de enfrentar contra las fuerzas del caos, que se representaban en el corrupto y decadente gobierno de los manchúes en China.
¿Risibles los delirios del loco les parecen a ustedes? Es posible. Pero esos delirios llevaron a la guerra civil más sangrienta de la Historia de la Humanidad.
La llamada Revuelta de los Tai Pin ensangrentó y destrozó al Imperio Chino, hundiendo su economía y dejando un balance de entre cuarenta y cincuenta millones de muertos.