Al son de estas canciones resistieron los legionarios franceses
La inmortal cantante francesa Édith Piaf puso voz a 'No, no me arrepiento de nada' como regalo a los legionarios de la Legión Extranjera. Una canción que se convirtió en símbolo de resistencia para los legionarios
En 1988, el Gobierno socialista de Felipe González se planteó muy seriamente la disolución de La Legión española. España ya no tenía posesiones en ultramar desde la perdida del Sahara en 1975. La Legión parecía un anacronismo y una herencia no deseada de una España que había muerto en noviembre de 1975.
Pero durante la Primera Guerra del Golfo (agosto de 1990 a febrero 1991) el Gobierno socialista comprobó que el fantasma de la casi centenaria guerra de Marruecos seguía vivo en la conciencia del pueblo español. Cuando salieron los primeros buques de la Armada, con tripulaciones de marineros que estaban haciendo en ellos «la mili», sus madres lloraban como si fuesen enviados a morir al Barranco del Lobo. González, seguramente el único estadista que ha dado la Transición, rápidamente comprendió la necesidad que España tenía del viejo Tercio de Extranjeros. En 1992, cuando España tuvo que enviar tropas a los Balcanes, los legionarios dieron un paso al frente. Los novios de la muerte irían a luchar y a morir, si hacía falta, a Bosnia.
El fantasma de la casi centenaria guerra de Marruecos seguía vivo en la conciencia del pueblo español
En los años 60 Francia estuvo a punto de disolver su Legión Extranjera. En plena guerra de Argelia, unidades de legionarios y paracaidistas, tropas coloniales habían dado un golpe de estado para liquidar la IV Republica e imponer por la fuerza un cambio de rumbo político que tenia que liderar un militar, el general De Gaulle.
Cuando De Gaulle los traicionó, paracaidistas y legionarios se levantaron contra él. Al fin y al cabo ellos le habían dado el poder. De Gaulle venció en 1961. Los mandos de las unidades de Argelia fueron arrestados y sometidos a consejos de guerra. Algunos se pasaron a la lucha clandestina en la OAS (Organización del Ejército Secreto). Varias unidades fueron disueltas y muchos legionarios destinados a otros batallones de marcha en los lugares más lejanos de los restos del viejo imperio francés.
En el momento que fue estrenada la canción No, no me arrepiento de nada, Francia se encontraba a las puertas de una guerra civil y combatiendo en la Guerra de Independencia de Argelia (1956-1962). La Legión acababa de realizar un golpe de estado contra el Gobierno civil de Argelia impuesto por De Gaulle. La Legión Extranjera adoptó como canto legionario No, no me arrepiento de nada cuando su resistencia fue quebrada en abril de 1961. Los mandos de los regimientos fueron arrestados y juzgados, mientras el resto de los oficiales y legionarios fueron asignados a otras formaciones de la Legión Extranjera. Los legionarios salieron de sus barracas cantando su nueva canción. Un himno que se ha convertido en un símbolo de la Legión Extranjera y se entona durante los desfiles.
Los legionarios salieron de sus barracas cantando su nueva canción
No, no me arrepiento de nada
Édith Piaf, una cantante con una vida atormenta, hija de una trovadora callejera italo-bereber, criada por una argelina y educada en el burdel que regenta su abuela paterna, siempre se vio reflejada en los soldados sin pasado y sin futuro que se alistaban a La Legión Francesa. La Piaf ya les había dedicado dos canciones a sus legionarios: Le Fanion de la Legión y Mon légionnaire ambas escritas en 1936 por el antiguo legionario Raymond Asso.
Le Fanion de la Legión
Mon légionnaire
Cuando la causa de los legionarios en Argelia estaba perdida, la Piaf, el 10 de noviembre de 1960, les dedico Non, je ne regrette rien (No, no me arrepiento de nada). Una canción compuesta en 1956 que había pasado sin pena de gloria hasta que la Piaf la regaló a sus legionarios y estos la levantaron como bandera de su honor aparentemente perdido. Hoy La Legión francesa desfila con su paso lenta y cadencioso cantando No, no me arrepiento de nada.
La Legión Extranjera adoptó como canto legionario No, no me arrepiento de nada cuando su resistencia fue quebrada
En España, cuando la alcaldesa Carmena quiso quitar su calle al fundador de La Legión, nació una marcha en honor del primer legionario: el coronel Millán Astray. La Legión francesa desfila con No, no me arrepiento de nada. La Legión española no canta la marcha Coronel Millán Astray. Seguramente porque no es una canción tan buena como Non, je ne regrette rien y porque nunca la ha cantado la inmortal Édith Piaf. La Legión francesa desfila y canta sin complejos la canción de la Piaf, seguramente porque en Francia no existe una estúpida ley sobre la Memoria Histórica.