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Gabriel Rufián pretende que España indemnice a Marruecos por la Guerra del Rif

Gabriel Rufián pretende que España indemnice a Marruecos por la Guerra del RifEFE / Creative Commons

Lo que pasó de verdad en la guerra por la que Rufián quiere que paguemos a Marruecos

ERC considera que los bombardeos españoles de 1924 y 1925 han provocado que el Rif sea la región de Marruecos con mayor índice de pacientes de cáncer, pero no mencionan la Rebelión de 1958 que también puede explicar el aumento de esta enfermedad

El partido Esquerra Republicana de Cataluña, por medio de su portavoz en el Congreso de los Diputados Gabriel Rufián, ha presentado varias enmiendas al proyecto de Ley de Memoria Democrática. En una de ellas pide «el reconocimiento de responsabilidades del Estado español y reparación de daños consecuencia del uso de armamento químico en el Rif». También pide compensaciones económicas de carácter individual que pudieran reclamarse por los daños causados y costear tratamientos oncológicos, ya que considera que los cánceres que se producen ahora en el Rif son consecuencia del uso de gases en 1922. No menciona ninguna exigencia de responsabilidades a Marruecos por el asesinato de más de 3.000 españoles que se rindieron en Monte Arruit, entregaron las armas y fueron masacrados por los rifeños incumpliendo la promesa de respetar la vida.

A la falta de técnica legislativa por incluir los hechos finalizados en 1927 en una ley cuyo ámbito abarca de 1936 a 1975, también hay algunos errores de carácter histórico. El deseo de atacar a la nación española les lleva a asumir cualquier leyenda negra. Por eso es necesario matizar lo ocurrido. Es recurrente el tema en ERC que ya presentó dos proposiciones no de ley en 2005 y 2007 sobre el mismo asunto. Y en septiembre de 2021 los eurodiputados Antoni Comín i Oliveres, Clara Ponsatí i Obiols y Carles Puigdemont i Casamajó hicieron una pregunta a la Comisión Europea en la que, después de señalar los bombardeos españoles como causa de que el Rif sea la región de Marruecos con mayor índice de pacientes de cáncer, reclamaba ayuda a la región ya que «a pesar de las crecientes pruebas científicas, España nunca ha pagado ninguna reparación por los daños de larga duración que sus ataques químicos infligieron a la zona del Rif».

Las causas de los cánceres 

Hay que admitir sin excusa que España bombardeó en Marruecos en 1924 y 1925 con fosgeno, difosgeno, cloropicrina y gas mostaza (iperita). Al principio comprados a Alemania, después suministrados por una fábrica cercana a Madrid y otra que funcionó durante poco tiempo en Melilla. No hay datos fiables del número de bombas con gas lanzadas (se habla de miles de toneladas) ni del número de víctimas, ni de si esos gases sufridos por padres y abuelos son causa del cáncer actual. Hay evidencias que señalan que sí, pero también hay otras causas.

Annual

Mapa del desastre de Annual.

El hecho pasó desapercibido a la prensa y a los cronistas españoles de la época. No eran hazañas gloriosas y se mantuvo en el secreto posible. Quizás interviniera la censura militar. Pero sí que se hicieron eco algunos extranjeros que conocían el país. Así Walter Harris, corresponsal de The Times en Marruecos y conocido espía y hombre de negocios, lo refiere en France, Spain and the Rif (Londres 1927) y Rosita Forbes hizo lo propio en The sultan of the mountains (Nueva York 1924). Hasta el libro de Juan Pando Historia secreta de Annual (Madrid 1999) no aparecen referencias claras en la bibliografía española, aunque se mencionaban los bombardeos en los papeles del general Picasso.

Hay que señalar que la relevancia pública de estas acciones de la aviación española tiene lugar a partir de la publicación del libro de Sebastian Balfour Abrazo mortal (Barcelona 2002), que hace una profunda investigación del uso militar de los gases. Posiblemente el deseo de venganza por la derrota de Annual y la matanza de Monte Arruit llevara a aceptar un sistema que mataba o dejaba ciegos y quemados a cientos de personas, civiles y militares, adultos y niños. Pero también, como señala el mismo Balfour, «los africanistas progresistas veían en la guerra química el modo más eficaz de concluir la guerra rápidamente (página 265)». Es decir, causar un daño grande de una vez para evitar daños mayores prolongados en el tiempo. Es un argumento que se utilizaría después para justificar el lanzamiento de bombas atómicas en Japón.

El gas se utilizó durante mucho tiempo y en grandes cantidades. Solo era eficaz si caía en concentraciones de personas porque era volátil y se dispersaba en el aire. El mismo aire lo podía llevar contra tropas amigas, por lo que dejó de usarse cuando las fuerzas españolas y francesas penetraron en el campo rifeño. Producía ceguera, daños internos y la muerte. Y, seguramente, con el tiempo desarrollara el cáncer en quienes lo padecieron. Habría que determinar la duración de esos efectos y si los cánceres de los pacientes actuales traen causa en aquellas bombas.

Pero se han ignorado sistemáticamente unos hechos de especial importancia ocurridos en 1958, casi dos años después de la independencia, y que también puede explicar el aumento del cáncer en la zona. Ese año el malestar rifeño contra el Majzen acaba estallando en revueltas populares. Los rifeños siempre tuvieron mucha independencia frente al sultán. La excusa fue el cierre de la frontera con Argelia, lo que impidió a los temporeros del norte de Marruecos acudir a recoger las cosechas y con eso ganar un dinero que les ayudaba durante todo el año. La revuelta alcanza un grado de violencia fuerte, asaltando oficinas del Istiqlal y matando soldados marroquíes. El Gobierno temió que los rebeldes se armaran porque se oían gritos a favor de la independencia rifeña y en Tetuán se dieron vivas a Nasser y a Franco. El propio Abd el Krim animaba la lucha desde El Cairo y Adelkhalek Torres, líder de la zona norte del país, atacaba al Gobierno.

Finalmente, el ejército marroquí recién creado tomó cartas en el asunto y bombardeó la región con napalm, fósforo blanco y bombas de fragmentación. Hubo miles de muertos, heridos, detenciones y violaciones de mujeres. Y se abrió una herida que duró varias décadas porque al frente de las tropas estaba el príncipe heredero, luego Hassan II. Esas armas químicas de 1958 también tienen efectos cancerígenos, eran muy potentes y son más recientes que las españolas de 1925. Sería necesario determinar el tanto de culpa de cada actuación y recordar los años de plomo que siguieron a la independencia y que castigaron al Rif de manera brutal.

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