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El presidente sirio, Bashar al-Assad, en 2007Gtres Online

El programa nuclear sirio que Israel destruyó

Aunque Siria construía su central nuclear en secreto, el Mossad lo descubrió y a pesar de no contar con el apoyo de Estados Unidos, decidió destruirla

La era Bashar al-Asad en Siria se puede dividir en dos grandes periodos: desde su llegada al poder en el año 2000 hasta el 2011 (cuando estalla la Guerra de Siria) y desde 2011 hasta ahora. Lo expuesto en este artículo corresponde al final del primer periodo del gobierno de Al Asad, época caracterizada por un aumento exponencial de la inestabilidad en la región por la segunda intifada, la Guerra de Irak, etcétera. Pero dentro de Siria es un periodo de aperturismo progresivo y mejora económica.

En este contexto uno de los objetivos, que seguro que ya estaba en mente de Hafez al-Asad, era el de convertir Siria en un estado nuclearizado para lograr obtener independencia energética, abaratar costes (la energía nuclear es más barata) y, por ende, lograr la tan ansiada soberanía energética y depender menos de otros países o de sistemas de obtención de energía más contaminantes, caros y menos efectivos. Al mismo tiempo, todos sabemos que una central nuclear puede ser también un foco de obtención de armamento nuclear.

Todo esto implicaba también perder la desventaja frente a la única potencia nuclear de Oriente Medio, Israel, que posee su central en Dimona, por lo que Siria no estaba siendo pionera en este tipo de actividades.

El reactor fue construido en Deir Azzor (este de Siria) en el más absoluto de los secretos debido al contexto geopolítico de Siria y avanzó sin interferencias debido a que los servicios secretos habían dado un paso atrás tecnológico. Todo el proyecto sería gestionado sin utilizar medios electrónicos para la comunicación y la planificación sería al modo antiguo: por escrito y usando correos humanos. Esto se extendía al resto de países que colaboraron con Siria en el levantamiento del proyecto.

Financiación iraní

La financiación corrió a cargo del gobierno sirio y el iraní. Los expertos en energía nuclear que supervisaron dicha empresa y construyeron el reactor eran científicos norcoreanos enviados allí por Kim Jong Il en un acto de apoyo a su aliado socialista sirio. La cooperación militar y tecnológica entre Corea del Norte y Siria empezó en 1990 tras una visita de Kim Il-Sung a Hafez al-Asad.

A pesar de este apagón tecnológico, que hacía imposible el rastreo telemático y la obtención de información mediante captación de mensajes, el Mossad descubrió lo que estaba pasando. ¿Cómo? Por Ali Reza Asgari, un general iraní cuya desaparición en Turquía el 7 de febrero de 2007 fue muy controvertida: se habla de una deserción debido a un reclutamiento de una agencia de inteligencia occidental, mientras otras teorías hablan de un secuestro en Estambul, a donde llegó desde Damasco. Supuestamente, la información (cedida voluntariamente u obtenida tras su supuesto secuestro) condujo a una serie de revelaciones sobre actividades nucleares de Irán y sus aliados, especialmente el caso de Natanz y Siria.

Israel pide la intervención de EE.UU.

En todo caso, los israelíes descubrieron que los sirios tenían casi acabado el reactor. El Mossad quedó aterrado cuando descubrió el proyecto y lo avanzado del mismo. El Primer Ministro, Ehud Olmert, se puso en contacto con el presidente George W. Bush. Israel quería que Estados Unidos atacara el reactor nuclear sirio, pero Bush se negó, ya que estaba al final de su mandato, la Guerra de Irak era un desastre, se avecinaba una crisis y no quería dejarle a su sucesor (fuera quien fuera) un conflicto grave con Siria e Irán. Desde Washington se aconsejó a los israelíes que usaran la diplomacia pero que no atacaran el reactor.

A pesar de que las pruebas entregadas, como fotografías satelitales y muestras de terreno cercano a la central –obtenidas tras una incursión limpia de los Sayeret Matkal que mostraban índices de radiación anormal (aunque inocua)–, confirmaban el progreso de la obra, otro dato importante fue el diseño de la central, idéntica a la de Yongbyong en Corea del Norte, lo que implicaba personal norcoreano.

Aún así, Washington no quería un conflicto internacional de tal envergadura, porque además era un ataque imposible de justificar diplomáticamente. Por ello, Israel decidió que actuaría en solitario para abortar el programa nuclear sirio tras la negativa estadounidense.

El 6 de septiembre de 2007 Israel atacó la central nuclear en Siria y la destruyó. Rápidamente, Olmert llamó a Erdogan para que avisara a Bashar al-Asad de que Israel no quería una guerra pero no toleraría que Siria fuera un potencia nuclear. La operación siria para el levantamiento de la central era secreta, de ahí que el gobierno no hiciera publicidad del ataque ni denunciara a Israel ante la ONU u otros organismos internacionales por la violación de su soberanía nacional, la injerencia en sus asuntos internos y su seguridad territorial.

Tras estos hechos, otro actor importante en el conflicto tomó fuerza: el general sirio Mohamed Suleiman. El general era el artífice de todo el programa nuclear sirio y tuteló el proyecto desde el principio y decidió, con el beneplácito del gobierno, continuar con el plan.

Meses después, Estados Unidos e Israel descubrieron que la central estaba siendo reconstruida, que seguía habiendo científicos norcoreanos y que tanto el gobierno de Teherán como el de Damasco seguían apostando por una Siria nuclear. En respuesta al tesón del gobierno del presidente Bashar al-Asad y del General Suleiman, el Mossad decidió asesinar a este último.

El 2 de agosto de 2008, mientras el general ofrecía una cena familiar con amigos frente al mar mediterráneo en Tartous, francotiradores del Kidon (la brigada de asesinos y secuestradores del Mossad) le mataron. Los impactos fueron en la cabeza y el cuello. Tras esto, Siria abandonó su programa nuclear.

Hay que ver la beligerancia de Israel en este contexto previo al actual estado de guerra en Siria como un episodio dentro del más amplio relato de la lucha contra la nuclearización de los estados de Oriente Medio. Israel atacó Siria por este motivo, pero los ataques contra Irán por la misma razón llevan dándose durante más de diez años.