80 años
El Ejército Nacional polaco, algo más que un «movimiento de resistencia»
Polonia, durante la guerra, tuvo un Estado clandestino, estrechamente vinculado al gobierno en el exilio y que incluía autoridades civiles, basado en un acuerdo entre los cuatro principales partidos políticos, así como un Ejército secreto
El concepto de «movimiento de resistencia» fue conocido en Occidente gracias a la resistance francesa y suele extenderse a toda la Europa ocupada por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. En el caso de Polonia, sin embargo, existió mucho más que un «movimiento de resistencia». Polonia, durante la guerra, tuvo un Estado clandestino, estrechamente vinculado al gobierno en el exilio, que tuvo su sede primero en París y Angers en Francia, y a partir de 1940 en Londres. La organización del Estado polaco clandestino incluía las autoridades civiles clandestinas, basadas en un acuerdo entre los cuatro principales partidos políticos: el Partido Nacional, el Partido Laborista Cristiano, el Partido Popular y el Partido Socialista Polaco, así como un Ejército clandestino, creado gradualmente desde finales de septiembre de 1939, cuando la resistencia del Ejército Polaco a la agresión de la Wehrmacht y el Ejército Rojo estaba llegando a su fin.
Han pasado precisamente 80 años desde la fundación del Ejército Nacional (AK), una amalgama de varias organizaciones militares clandestinas que ya existían anteriormente. El 14 de febrero de 1942, por orden del comandante en jefe, residente en Londres, el general Kazimierz Sosnkowski, la Unión de Lucha Armada (Związek Walki Zbrojnej, ZWZ), que existía desde diciembre de 1939, pasó a llamarse Ejército Nacional. En el curso de esta integración, la Organización de Lucha Socialista (Socjalistyczna Organizacja Bojowa), el Campamento de la Polonia Combatiente (Obóz Polski Walczącej) y el Ejército Secreto Polaco (Tajna Armia Polska) se fusionaron con él. La autonomía dentro del AK fue mantenida por la Guardia Campesina del Partido Popular (Chłopska Straż Stronnictwa Ludowego), transformada en 1942 en los Batallones Campesinos (Bataliony Chłopskie). La acción se encontró con la resistencia de algunos de los círculos nacionales que habían formado, previamente, la poderosa Organización Militar Nacional (Narodowa Organizacja Wojskowa). Finalmente, alrededor de la mitad de sus estructuras se unieron al AK, mientras que el resto se fusionó con grupos más radicales para formar las Fuerzas Armadas Nacionales con una estructura de mando independiente del AK.
El comandante en jefe del AK era el general Stefan Grot-Rowecki, hasta el momento comandante de la ZWZ, que no solo tenía la amplia experiencia de campo de septiembre de 1939, sino que también era el autor de un manual pionero sobre la guerrilla urbana. Toda la Polonia ocupada fue dividida en tres zonas: Białystok, Leópolis y Zachodnia; y estas zonas, a su vez, en comarcas que correspondían aproximadamente a los voivodatos de antes de la guerra; por otro lado, las comarcas fueron divididas en circuitos que solapaban condados y puestos avanzados que correspondían a municipios. Fuera de estas zonas estaban los voivodatos centrales que dependían directamente del Cuartel General y de sus 31 cuarteles militares. Entre otras cosas, existían las unidades de organización, información e inteligencia, comunicaciones, intendencia y el comando de subversión. Aparte de los oficiales profesionales de antes de la guerra y de un gran número de hombres jóvenes que se incorporaron a la conspiración, un papel importante en el buen funcionamiento de esta maquinaria lo desempeñaron las mujeres, que cumplían principalmente las funciones de oficiales de enlace.
La principal tarea del AK era, por supuesto, luchar para recuperar la libertad y, más concretamente, preparar un levantamiento general cuando la ocupación alemana se derrumbara. Por el momento, no había planes para una lucha abierta con las fuerzas de ocupación, ya que se consideraba, con razón, que no existía ninguna posibilidad de éxito en un momento en que los ejércitos del Tercer Reich estaban en la cima de su poder. Como parte de su formación, el AK organizaba escuelas de cadetes de reserva con un programa de estudios de cinco meses, así como cursos especiales de subversión, artillería y otros. Unos tres mil jóvenes estudiaban permanentemente en estas escuelas. Las armas reunidas por el AK procedían de las existencias ocultas después de septiembre de 1939, de compras y capturas, así como de su propia producción. Era importante mantener un contacto permanente entre el país ocupado y el gobierno y el comandante en jefe en Londres.
La comunicación se mantenía a través de emisoras de radio secretas perseguidas ferozmente por los servicios alemanes, y mediante una red de correos que recorrían largas distancias desde las bases subterráneas de Budapest, Bucarest, Kaunas y Estocolmo. Una de las mensajeras del AK, Elżbieta Zawacka, fue capaz de cruzar toda la Europa continental ocupada para llegar a Londres. Otra misión extraordinaria fue ejecutada en nombre del AK por Witold Pilecki, quien ingresó voluntariamente en el campo de Auschwitz, durante dos años y medio dirigió allí un red clandestina y, tras su huida, describió con detalle lo que allí ocurrió. Después de la guerra fue asesinado por los comunistas.
Uno de los mayores éxitos de la inteligencia del AK fue localizar la producción de misiles V1 alemanes, lo que permitió a los aliados destruir esta base en Peenemünde en marzo de 1943. Por otro lado, tres criptólogos del AK construyeron una copia de la máquina de cifrado alemana 'Enigma', lo que permitió a la inteligencia aliada conocer la correspondencia secreta alemana. En verano de 1944, el AK contaba con más de 350 000 soldados juramentados, lo que lo convertía, en términos absolutos, en el mayor Ejército clandestino de Europa.
El Alzamiento de Varsovia en agosto y septiembre de 1944, que se correspondía con la ejecución de un plan de levantamiento general y que fue ahogado en sangre con la total pasividad de los aliados soviéticos, puso fin a las actividades del AK. El Ejército Rojo permaneció en la otra orilla del Vístula, observando pasivamente la tragedia de Varsovia. Ante la invasión del Ejército de la URSS en el territorio polaco, aliada de los aliados polacos, pero enemiga de la independencia de Polonia, el AK se disolvió formalmente en enero de 1945, aunque sus soldados siguieron luchando contra el nuevo ocupante durante muchos años. Desde el principio, los comunistas trataron con odio al AK, ya que era el brazo armado de la Polonia independiente, una prueba más de que Polonia se encontró tras la Segunda Guerra Mundial como un país derrotado en el campo de los vencedores.