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Fidel Castro

Fidel Castro©GTRESONLINE

Historia

Cuba era uno de los países caribeños más ricos, pero en eso llegó Fidel

Fidel Castro tomó el poder y dio el mando de la Policía y el Ejército a sus guerrilleros. Gobernaron por decreto, el del 7 de febrero confería al Ejecutivo el Poder Legislativo

Cuba, créanme, fue un país caribeño rico, aunque desde 1934 no cobraba aduanas a las importaciones norteamericanas. Earl Babst, de la Compañía Refinadora de Azúcar, lo definió como «un paso hacia una buena política colonial». La isla era un satélite norteamericano.

Un golpe militar derrocó al dictador Gerardo Machado en 1933. El cabecilla era el sargento Fulgencio Batista. El embajador norteamericano, Sumner Welles, le calificó de «francamente comunista»; el líder marxista Blas Roca afirmó que Batista era el padre del Frente Popular, «esta grandiosa reserva de la democracia cubana», «el ídolo popular, el gran hombre de nuestra política nacional». Batista manejó la presidencia entre 1940 y 1944 usando testaferros, con el apoyo de los estudiantes radicales y de Ramón Grau San Martín, fundador del Movimiento Revolucionario Auténtico. Batista reasumió el poder directamente en 1952 y se esfumó el socialismo.

El joven Fidel Castro

Uno de esos estudiantes era Fidel Castro, hijo de un gallego que prosperó y levantó una hacienda de 4.000 hectáreas y 500 empleados.

Uno de los profesores de Fidel Castro fue el sacerdote jesuita Armando Llorente, español de León, mentor de Fidel en el Colegio de Belén. Llorente, con 94 años, declaró en Miami sobre Castro: «Estudiaba y leía mucho, con especial predilección libros sobre los conquistadores españoles y escritos de los líderes como Hitler, Mussolini y José Antonio Primo de Rivera». El padre Llorente agregó sobre Fidel: «cantó conmigo el Cara al sol 20.000 veces y con el brazo en alto». Según José Ignacio Rasco, compañero de Fidel en el Colegio de Belén y en la Universidad de La Habana, Castro recitaba de memoria fragmentos de discursos de Primo de Rivera. Su movimiento posterior usaría los colores de Falange: el rojo y el negro.

Fidel Castro leyendo en la base militar en Sierra Maestra en 1957

Fidel Castro leyendo en la base militar en Sierra Maestra en 1957©GTRESONLINE

En 1958, cuando Castro ejercía de guerrillero, el padre Llorente le visitó: «Me confesó en la sierra que había perdido la fe y yo le respondí: Fidel, una cosa es perder la fe y otra la dignidad». Cuando el Papa Francisco visitó a Fidel Castro, le regaló libros y discos del padre Llorente.

La guerrilla y la victoria

Entre 1951 y 1952, Batista abolió los partidos y se proclamó dictador. Castro replicó: «La hora es de lucha». El principal defensor de Castro fue Herbert Matthews, de The New York Times: «Correspondería a los mejores intereses de Cuba y del mundo si se eliminase a Batista». Por su lado, William Wieland, jefe de la sección caribeña del Departamento de Estado, dijo: «Sé que a los ojos de muchos Batista es un hijo de perra […] pero los intereses norteamericanos están primero […] por lo menos es nuestro hijo de perra». En 1957 llegó a Cuba el nuevo embajador Earl T. Smith, que, el 13 de marzo de 1958, acordó con Batista que dejaría el poder en febrero de 1959 y habría elecciones libres.

Castro pasó de 300 a 3.000 guerrilleros. Pero sus principales ofensivas fueron en la opinión pública. Como reconoció el Che Guevara: «La presencia de un periodista extranjero, de preferencia norteamericano, para nosotros era más importante que una victoria militar».

Batista huyó el primer día de 1959. Castro tomó el poder y dio el mando de la Policía y el Ejército a sus guerrilleros. Gobernaron por decreto, el del 7 de febrero confería al ejecutivo el poder legislativo. El 3 de marzo, un tribunal absolvió a 44 militares. Castro hizo repetir el juicio hasta condenarlos: «La justicia revolucionaria no se basa en los preceptos penales, sino en la convicción moral».

El movimiento de aproximación a la URSS aceleró. Con ese aliado y financiero, la ideología de Castro mutó al marxismo. No todo era dorado: murió en un extraño accidente el comandante Camilo Cienfuegos y se sublevó el veterano guerrillero Hubert Matos, que no había combatido por el comunismo.

Cuba soviética

La isla, a 70 kilómetros de EE.UU., pasó de ser aliada a ser satélite soviético. Cuando Kennedy asumió la presidencia, en 1961, autorizó el desembarco de 12.000 cubanos en la Bahía de Cochinos para encabezar una rebelión contra Castro. Fue un fracaso porque Washington no echó toda la carne en el asador. La intentona fortaleció a Castro y muchos presos fueron fusilados.

El 1 de mayo Castro anunció que Cuba era un Estado socialista. Richard Helms, jefe de la CIA, reconoció los diversos atentados que intentaron contra Fidel. Ninguno fructificó.

Moscú veía aumentar constantemente el costo de mantener a Cuba. Castro quiso compensarle ofreciendo la isla como una base estratégica. El líder soviético Jruschov envió 42 misiles nucleares con un alcance de 1.800 kilómetros y 22.000 soldados y técnicos soviéticos. Prepararon para el siguiente envío 24 misiles con un alcance de 3500 kilómetros.

Lugar de instalación de los misiles, noviembre de 1962

Lugar de instalación de los misiles, noviembre de 1962

El 15 de octubre un avión U-2 fotografió los emplazamientos. Tras muchas discusiones, Kennedy, el 22 de octubre, anunció un bloqueo como había hecho con Japón en 1941. Los lanzadores estadounidenses de misiles estaban en alerta máxima. Unos 1.420 bombarderos estratégicos y operacionales preparaban su despegue inmediato. Sobre el Atlántico volaban 90 bombarderos B52 con bombas nucleares. Activaron las cabezas atómicas en 100 Atlas, 50 Titán y 12 misiles Minuteman. En los portaaviones, los submarinos y las bases norteamericanas de ultramar se impuso el estado Defcon-2, Defcon-1 es ya la guerra.

El 24 de octubre, los buques soviéticos obedecieron a la Armada de Estados Unidos y regresaron a la URSS. Jruschov aceptó retirar los misiles de Cuba el 28 de octubre. Castro, a quien no consultaron, maldijo, pateó la pared y rompió un espejo. Kennedy ganó en apariencia, pero dio a Moscú dos concesiones fundamentales: la retirada de los misiles Júpiter de Turquía y el compromiso de no invadir Cuba.

Y el gallego murió en la cama todopoderoso. Cosas de gallegos.

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