El galeón español San José y su tesoro «deben sacarse del comercio porque son inembargables»

«El galeón San José no se entregará como pago en especie, la prioridad es su preservación como patrimonio cultural sumergido», ha expresado la vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez. Los restos del galeón español fueron descubiertos en 2015 en las costas cercanas a Cartagena de Indias, y el descubrimiento fue entonces presentado como «uno de los más grandes hallazgos de patrimonio sumergido, si no el más grande, dicen algunos, de la historia de la humanidad», según anunciaba con entusiasmo el expresidente colombiano Juan Manuel Santos.

El descubrimiento del San José tuvo y tiene una importancia cultural e histórica para el gobierno colombiano, que desde entonces ha trabajado para realizar este rescate de los restos del galeón a 600 metros de la superficie marina, donde hay una oscuridad absoluta. El objetivo final es construir un museo y un avanzado laboratorio de conservación para preservar y presentar los hallazgos al público, incluidos los cañones de bronce con tallas de delfines, las vasijas de cerámica y otros artefactos que se han ido recuperando a lo largo de estos años.

Sin embargo, este proyecto se enfrenta a un problema: Colombia ha cancelado el proceso de contratación con la empresa que iba a saquear el San José. El Ministerio de Cultura colombiano ha declarado desierta la licitación de la alianza público-privada (APP) para recuperar el tesoro del pecio español con la empresa Maritime Archeology Consultants (MAC). La vicepresidenta y canciller colombiana expresaba con satisfacción que Colombia estaba trabajando en una política pública para mostrar al mundo su firme defensa del patrimonio arqueológico y cultural de la humanidad que constituye el galeón.

La licitación ponía en peligro el patrimonio

El acuerdo previsto por la administración del presidente Juan Manuel Santos con la MAC establecía que el pago a la empresa cazatesoros se hiciera con el 50 % de lo que se extrajera del lecho marino y no fuera considerado patrimonio. Sin embargo, al declarar el galeón patrimonio cultural y arqueológico y de acuerdo con lo que establece el artículo 72 de la Constitución colombiana, el San José «debe sacarse del comercio porque es imprescriptible, inembargable», ha expresado Ramírez. Este contrato público hubiese supuesto el saqueo de la nave: «Esa es la razón por la cual se tomó la decisión de declarar desierta esta alianza público-privada», continúa.

Según la alta funcionaria, lo que queda ahora es abrir una nueva convocatoria donde se contará el apoyo de arqueólogos y científicos nacionales que tienen experiencia en extraer objetos sumergidos bajo el mar, y asegura que se hará «con todo el cuidado que requiere un patrimonio de esta naturaleza».

Este contrato público hubiese supuesto el saqueo de la nave

A su parecer, «ningún colombiano hubiera podido entender jamás que las monedas y cualquier pieza de cerámica de ese galeón apareciera después en los anticuarios del mundo por cientos de miles de dólares, cuando estuvo en Colombia y era decisión del Gobierno colombiano protegerlo».

También destacaba la colaboración estrecha de España, que «respaldó también la decisión que se tomó hace dos años de declararlo como patrimonio cultural». En 2019, el Ministerio de Asuntos Exteriores español expuso que su apoyo a las autoridades colombianas en esta materia pretendía honrar «el cementerio de los marinos españoles» muertos durante la batalla.

Hundido frente a Cartagena de Indias en el siglo XVIII

El San José fue un galeón del Imperio español construido en 1698 por el duque Arístides Eslava y su familia. Zarpó en 1706 junto con otros barcos para el mar Caribe y llegó a Cartagena de Indias después de un mes de navegación.

Fue la nave capitana de la Flota de Tierra Firme, un sistema de flotas y galeones como medida para evitar los constantes ataques a los barcos que transportaban oro y plata americana por parte de los corsarios y piratas principalmente ingleses y franceses.

Tras conseguir llegar a Portobelo para recoger una gran cantidad de oro, plata y otros objetos valioses que provenían del Virreinato del Perú, el capitán José Fernández de Santillana, sabiendo el riesgo que corría, ya que estaba amenazado por un ataque de los ingleses, decidió partir el 28 de mayo de 1708 hacia Cartagena escoltado por 16 barcos. En su viaje de regreso, el San José tuvo que enfrentarse a una escuadra británica en el que el Expedition, comandado por Wager, arremetió contra el galeón español. La idea principal de Wager era apoderarse del galeón para conseguir su preciado cargamento. Sin embargo, tras una hora y media de intercambio de fuego, la nave sufrió una explosión que lo llevó al fondo del océano.