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Oficiales ucranianos y polacos - Expedición a Kiev, abril de 1920 para el Tratado de Varsovia

¿La historia se repite en Ucrania?: en 1917 los bolcheviques acordaron la invasión del país

La Rada proclamó la República Popular de Ucrania, pero no la independencia de la región del resto de Rusia. Tras demandas y negativas de los ucranianos, los bolcheviques acordaran la invasión del país

Al comenzar la Primera Guerra Mundial, el Imperio ruso se extendía desde el Mar Báltico hasta el Océano Pacífico, y desde el mar Blanco hasta el Mar Negro como límites marítimos, colindando por tierra con los Imperios alemán, austrohúngaro, turco y chino, así como con Suecia, Noruega, Persia y Afganistán, dado que, desde el siglo XVI, aquel se había expandido por la fuerza de las armas, ocupando la mayor parte de las veces grandes territorios, tanto en Europa como en Asia.

Para dicho imperio, el final desastroso de dicha guerra y la revolución bolchevique significaron la pérdida momentánea de grandes extensiones del mismo. En los meses finales de 1917 se sucedieron declaraciones de independencia de territorios que habían formado parte del imperio ruso: Finlandia el día 23 de noviembre, Lituania el 28 del citado mes; Letonia se proclamó independiente el 30 de diciembre. Ya en 1918, Ucrania se concedió la independencia el 9 de enero, mientras que Estonia esperó hasta el 24 de febrero, y el 22 de abril, la independencia se adoptó en la Transcaucásica: Amenia, Georgia y Azerbaiyán, si bien luego se separaron entre ellas. Por su parte, el Krug del Don había declarado la independencia de la región el día 20 de noviembre de 1917. Igual medida habían tomado en diferentes fechas Bielorrusia y Polonia, formada con territorios de los fenecidos imperios ruso, alemán y austríaco.

Pero entre 1920 y 1924, los bolcheviques rusos lograron reintegrar esos territorios a la Gran Madre Rusia, y si no pudieron conseguirlo por entonces con Finlandia y los países bálticos, fue porque la ayuda que estos recibieron de Gran Bretaña en 1918-1919, y Polonia de Francia sobre todo en 1920, lo impidió, aunque solo momentáneamente, ya que Estonia, Letonia y Lituania volvieron a formar parte de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en 1940, habiendo pasado a dominio ruso gran parte de Polonia en virtud de su reparto con la Alemania nazi el año anterior.

Volviendo a Ucrania, el día 20 de noviembre de 1917 la Rada proclamó la denominada República Popular de Ucrania, pero no la independencia de la región del resto de Rusia. La respuesta del Consejo de Comisarios del Pueblo, el órgano supremo de la revolución bolchevique, fue opuesta a dicha decisión y se exigió de la Rada el cumplimiento de una serie de draconianas decisiones, sobre todo en materia militar, a las cuales el órgano legislativo ucraniano se negó, lo que comportó que los bolcheviques acordaran la invasión del país.

Ucrania estuvo dividida en tres repúblicas, una de ellas bolchevique, siendo las otras dos las antibolcheviques

El primer intento de acabar con la República Ucraniana corrió a cargo de las tropas que, procedentes del frente al haber terminado la guerra con las Potencias Centrales, se replegaban hacia el interior de Rusia, intentando apoderarse de la ciudad de Kiev, pero el I Cuerpo de Ejército Ucraniano, a las órdenes del general Skoropadsky, no solo se lo impidió, sino que también desarmó a los efectivos implicados en la intentona, totalmente carentes, por otro lado, no solo de orden y disciplina, sino también de ganas de combatir.

En realidad, Ucrania estuvo dividida en tres repúblicas, una de ellas bolchevique, siendo las otras dos las antibolcheviques República Popular de Ucrania, constituida principalmente en la Ucrania que antes de la guerra había pertenecido a la Rusia zarista, y la República Popular de Ucrania Occidental, establecida en el territorio ucraniano que había pertenecido al imperio austrohúngaro.

Los Fusileros de Sich fue una unidad militar regular del Ejército Popular Ucraniano que operó bajo diversas formas entre 1917 y 1919

La vida de estas dos últimas repúblicas durante sus pocos años de existencia fue muy traumática, tanto interior como exteriormente. Así, en la República Popular hubo al menos tres gobiernos, dos de los cuales fueron depuestos por sublevaciones interiores en 1918: el inicial, que había declarado la independencia, y el del general Skoropadsky, ayudado por alemanes y austríacos cuando sus ejércitos entre 1917 y 1918 ocuparon Ucrania. Eso sin olvidar las luchas que tuvieron que mantener frente a los campesinos en armas, alzados a las órdenes de Makhnó y otros cabecillas, contra los poderes constituidos con independencia de cuales fuesen, blancos, ucranianos o rojos.

La Rusia Soviética no podía permitir que partes de su territorio se independizasen y llevasen una vida política autónoma

En esos años ciudades como Kiev, Járkov, Jerson y Odessa, cuyos nombres hoy día oímos en las noticias, cambiaron de manos según resultaban vencedores unos ejércitos u otros, y la última esperanza de que existiese una Ucrania independiente se esfumó cuando, en 1920, tras la guerra entre Polonia y la Rusia soviética, los dos países firmaron la paz, trayendo como resultado que la alianza entre Polonia y la República Popular de Ucrania se deshiciese, lo que, por otro lado, ocasionó la definitiva derrota de los Ejércitos Blancos del general Wrangel, que en noviembre de 1920, una vez abandonados por Gran Bretaña y Francia, tuvieron que evacuar la península de Crimea.

La Rusia Soviética no podía permitir que partes de su territorio se independizasen y llevasen una vida política autónoma, por lo que entre 1919 y 1921, apoyándose en rebeliones bolcheviques y en reclamaciones de territorios poblados por rusos, fueron acabando poco a poco con las repúblicas independientes del Cáucaso: primero Azerbaiyán, luego Armenia y, finalmente Georgia. Esta última tuvo que ser vencida por la fuerza de las armas, pero en 1924 estalló una gran rebelión que fue ahogada a sangre y fuego por los «pacíficos» bolcheviques. También Bielorrusia, tras ser invadida, volvió al redil soviético. Además, intentaron acabar militarmente con los estados bálticos en 1919 y 1920: Estonia, Letonia y Lituania, amén de con Polonia en 1920.

¿Cómo puede extrañarnos que, una vez conseguida la independencia por estos estados a finales del siglo pasado (o que como Polonia dejase de estar bajo el Telón de Acero), intentasen preservar su independencia integrándose en la OTAN y en la Comunidad Europea?

¿Con su actual política de fuego y muerte, la Rusia de Putin y sus adláteres quieren volver a constituir la Gran Rusia ante la pasividad de Occidente? Esperemos que no, y que pronto cese este infierno que se cierne sobre el orbe entero.