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'Impartiendo justicia en la Rus de Kiev', por Iván Bilibin

Los míticos orígenes de la Rus de Kiev

Como a menudo ocurre en la Edad Media, los orígenes de esta federación no están del todo claros y lo mitológico se mezcla con lo real

Los terribles acontecimientos que están teniendo lugar en Ucrania han resucitado el debate histórico sobre su origen común con Rusia y Bielorrusia, es decir, la denominada Rus de Kiev, la «Asturias» de la nación rusa y que fue una federación de tribus eslavas agrupadas alrededor del rio Vóljov en el siglo IX y posteriormente del rio Dniéper. Sin embargo, como a menudo ocurre en la Edad Media, los orígenes de esta federación no están del todo claros y lo mitológico se mezcla con lo real, por no hablar de las múltiples paradojas que adornan el nacimiento de esa «protorusia» medieval.

La Rus de Kiev, no nace en Kiev

«Well, then. Now. I'll begin at the beginning» como decía el entrañable padre Lonergan en la película El hombre tranquilo. Para empezar, esta federación eslava no nace en Kiev, sino en Nóvgorod y en sus inicios, estos pueblos eslavos y fino-ugrios eran bastante débiles hasta el punto que eran tributarios de los jazaros o kazaros. Estos últimos, que no hay que confundir, pese a la similitud del nombre, con los cátaros de occitania, tienen a su vez una historia muy sorprendente. Se trataba de un pueblo de origen túrquico situado en el Cáucaso septentrional entre la Constantinopla cristiana y el califato Omeya. En consecuencia y frente a las presiones evangélicas de unos e islamistas de otros y para preservar su identidad cultural decidieron adoptar la religión judía, pero nunca fueron étnicamente hebreos, aunque con su posterior dispersión y con el transcurrir del tiempo acabarían siendo considerados askenazíes y de hecho muchos fallecieron en el holocausto. Algunos europeos célebres, como el escritor Arthur Koestler, por ejemplo, eran de origen jazaro. Pero, regresando a la Edad Media, tras luchar con los persas sasánidas y posteriormente con omeyas y abasies, se fueron extendiendo por el este europeo hasta llegar a los territorios de las actuales Rusia y Ucrania.

Una liga creada por vikingos

En este punto volvamos a Nóvgorod y a nuestras paradojas. Habiendo ya aclarado que la Rus de Kiev no nace en Kiev, la siguiente es que esta liga eslava no es fundada por eslavos sino, muy curiosamente, por vikingos y más concretamente por los varegos. Si los jazaros fueron un pueblo sorprendente, los varegos no lo fueron menos.

En finés, Suecia es denominada Ruotsi y de ahí posiblemente derivase la palabra Rus, la tierra originaria de este pueblo de raíces germánicas que tras piratear y comerciar a lo largo de la costa del báltico oriental se fueron introduciendo cada vez más hacia el interior hasta chocar con las tribus eslavas que estaban asentadas en esos territorios. Estas tribus, hasta entonces tributarias de los jazaros y con fuertes disensiones internas invitarían al caudillo Riúrik y a sus hermanos a gobernarlos, naciendo así en Nóvgorod la denominada dinastía rúrika alrededor del año 862. Unos años más tarde, durante el reinado del Príncipe Oleg la capital se trasladará a Kiev y se inicia un proceso de expansión que los hará guerrear inevitablemente con los jazaros. Estas batallas se extendieron a lo largo del siglo X con desigual fortuna, pero el final de la tradicional alianza que la Jazaria mantenía con el imperio bizantino, supondría un punto de inflexión en la guerra a favor de los eslavos. De hecho, tras las campañas de Sviatoslav I de Kiev en el 960, los jazaros son abrumadoramente derrotados.

'Cristianización de la Rus', fresco de Víktor Vasnetsov en la Catedral de San Vladímir de Kiev

Los varegos, por su parte, llegan hasta Constantinopla, comerciando a veces y guerreando otras con los bizantinos, hasta que el emperador Basilio II los contrató como mercenarios, convirtiendo la denominada «guardia varega» en una fuerza de elite. Hay que tener en cuenta que las relaciones e influencias entre la Rus y Bizancio fueron muy estrechas, de hecho, la palabra Zar adoptada por diferentes reinos eslavos y que, en la actualidad tiende a identificarse con los monarcas de la Rusia imperial deriva de la palabra Cesar a través del Imperio romano de oriente y, por cierto, para los aficionados al cine es muy recomendable la película Viking del cineasta ruso Andrei Kravchuk, que retrata de manera muy creíble la Rus de los Varegos.

Con el paso del tiempo y aunque los escandinavos se mantienen como las elites del Rus, se irán eslavizando, proceso que se acentuará con Vladimir el Grande, con quien comienza la cristianización de estos territorios, al abrazar la religión ortodoxa y casarse con la Princesa Anna, hermana del emperador Basilio II. Comenzará entonces la época gloriosa de la Rus, hasta que unos siglos más tarde, las invasiones de los mongoles, el azote de la peste y posteriormente las conquistas del reino de Polonia y del Gran Ducado de Lituania la conviertan en historia.